Escucho en Radio Euskadi al secretario general de Sortu, partido ampliamente mayoritario de EH Bildu, decir que las pintadas en sedes de partidos, principalmente batzokis y casas del pueblo, se quitan con acetona pero que nadie va a devolver la vida a Fulano, Mengano y Zutano, miembros de una organización criminal, autores y/o coautores de un quintal de asesinatos e incontables vulneraciones de los Derechos Humanos. En el primer bote, la frase resulta insuperable como melonada, pero más aun como autorretrato moral (o sea, inmoral) de quien —insisto— lidera la formación troncal de la segunda fuerza política de este país.
Por lo demás, las desahogadas palabras de Arkaitz Rodríguez Torres podrían ser un buen principio para que el individuo siga profundizando en su propia pregunta. ¿Quién, por ejemplo, devolverá la vida a Tomás Caballero, vilmente asesinado por el preso de ETA que está sirviendo de banderín de enganche a los ataques de estos días? O quién resucitará a Juan Mari Jáuregui, Miguel Ángel Blanco, Isaías Carrasco, Gregorio Ordóñez, Manuel Zamarreño, el niño Fabio Moreno, José Mari Korta, Fernando Buesa, Jorge Díez Elorza, Juan Priede, Froilán Elexpe, José María Ryan, Fernando Múgica, Enrique Casas, Fermín Monasterio, Yoyes, Ernest Lluch y los otros casi mil que no caben en estas líneas. ¿Quién?
Pero ya sabes «hay que mirar al futuro, restañar viejas heridas, amnistía…» Todo ello mientras se reclama justicia por todo lo ocurrido desde la conquista de Navarra por el duque de Alba, por lo menos. Y me gustaría estar exagerando, pero recuerdo perfectamente al alcalde de Donostia, a la sazón de Bildu, proclamar a los cuatro vientos que la quema, saqueo, masacre y violación de la ciudad 200 años antes y dentro del marco de la guerra española de independencia, había sido una agresión a Euskal Herria realizada de forma deliberada.
Así que, lo de siempre. No es que no condenen la violencia. Lo hacen, desde muy atrás. Lo único, que es que no consideran lo que hacen nuestros lugareños como violencia. Todo es fascismo, excepto un movimiento que, si uno se pone a leer los 14 puntos de Umberto Eco, encaja prácticamente en todos.
Suelo coincidir contigo casi siempre, pero hoy no.
Empezamos por el final , cómo puedes preguntarte quién devolverá la vida a ….? Ya se sabe que nadie , por eso el tal Patxi Ruiz y muchos más están en la cárcel.
Quieres la vida del tal Patxi Ruiz por la Tomàs Caballero? Porque lo parece.
Mantener a presos enfermos y alejados no es justicia, es venganza y odio.
En cuanto a la primera parte, el tal Arkaitz no demuestra muchas luces.
Un saludo.
No sé, Javier, estando de acuerdo contigo me queda un cierto regusto amargo, una desazón, una incomodidad. No se si te has parado a pensar en la larga lista de personas asesinadas que citas. No creo que sea intencionado, la lista te ha salido de carretilla, te la sabes de memoria, nos la sabemos, son los muertos CON NOBRE Y APELLIDOS. Pero seguro que estarás conmigo que la lista es mucho más larga y en ella los nombres se “difuminan”. Incluso en los titulares de los periódicos de la época esas muertes se despachaban en el anonimato: “DOS GUARDIAS CIVILES MUERTOS”, “UN POLICÍA ASESINADO”. Había que bucear en los artículos de las paginas interiores para averiguar sus nombres que, en realidad, nunca han transcendido más allá de sus familias e íntimos.
Tu mismo los resumes en tu artículo como: “ y los otros casi mil que no caben en estas líneas”. Cuando murieron fueron enterrados muchas veces de forma semiclandestina, creo que no debemos seguir invisibilizandolos.
Patxi Ruiz solo está enfermo de odio. De su huelga de hambre no se va a morir, porque lo alimentarán a la fuerza, bajo mandato judicial.
Por otra parte, tener a presos alejados sí es compatible con los DDHH, tal como el TEDH ha declarado una y otra vez (la última en mayo de 2019). Las condiciones están tasadas: que se les deje una vía para terminar con esa dispersión, que puedan relacionarse con su familia y que haya un medio de reclamación.
Si en tu visión del mundo, mantener disperso un asesino que no quiere acogerse a decir que asesinar está mal y poder salir cuanto antes, es lo mismo que matar a un concejal, quizá el problema lo tengas tú
Si Javier me lo permite, quiero hacer notar que el anterior comentario mío es en respuesta a otor comentario en el que se intentaba equiparar la dispersión de presos con asesinatos.
Un artículo ejemplar Javier.
Saludos/Agur t´erdi.