Me confieso sin rubor un paleto cósmico en doce millones de materias. En la audiovisual, por ejemplo, que ya no sé si es séptimo arte, octavo o ni llega a entresuelo desde que la gran pantalla se ha dejado comer la tostada por las medianas, las pequeñas y las ultracanijas. Fíjense qué ignorancia la mía, que hasta anteayer no tuve conocimiento de la existencia de un astro del firmamento cinematográfico-televisivo-platafórmico que atiende por Luca Guadagnino. “Hombre, Vizcaíno, no me joda que no conoce al insigne autor de esa ambrosía para los sentidos titulada Call me by your name”, se mesarán los cabellos los lectores más puestos. Y servidor contestará que no, y que de hecho, le importa media higa, especialmente después de haber leído en un diario de la acera de enfrente una entrevista al susodicho, que a la sazón es presidente del jurado de la actual edición del Zinemaldia.
Definitivamente, entre ese tipo y yo hay, como cantaba Serrat, algo personal. “El cine debe crear en el público emoción y una necesidad incómoda y permanente de cambiar de ideas, no entiendo a la gente que dice ir al cine para distraerse”, proclama el señorito, tomándonos por escoria a los que más de una y más de quince veces nos repanchingamos en la butaca esperando olvidar por un ratito que casi todo es una mierda. Un respeto.
En lugar de ir con palomitas, a las pelis pedantes hay que ir con cilicio para que se te haga más insoportable.
Contrasta con la última entrevista de Woody Allen precisamente con motivo del estreno de su película «donostiarra» en el Zinemaldi.
Dice el neoyorkino que el objetp del cine es puta y llanamente entretener. Proporcionar un buen rato. Solo que defiende que eso también es posible con una película de Bergman.
Pura…pura y llanamente.
Hombre, Vizcaino, con todos los respetos.
Normalmente leo tus artículos, columnas e incluso tus cortas intervenciones en la TV con cierta ansiedad por conocer tu criterio, estando la mayor parte de las veces de acuerdo contigo.
E, este caso, discrepo. No veo en la palabras de Guadagnino nada que te tome por escoria.
Realza su función de creador, instando a los espectadores que busquen en el cine algo más que mera diversión. Para los que creemos que el cine, como la literatura o cualquier actividad creativa, hasta la arquitectura o la gastronomía, tiene aspectos formativos más allá de los utilitarios, las palabras de Guadagnino no son más que algo consabido, y, concretamente, yo no he percibido desprecio hacia los que no lo ven más que un instrumento de diversión. Decir «no entiendo a los que…» no implica un desprecio, sino que él no los entiende.
¿Que hay en esas palabras un trasfondo de superioridad intelectual sobre el resto de los mortales? Pues puede ser, pero eso puede pasar (de hecho pasa) con otras muchas profesiones: hay personas que sólo buscan en la prensa, escrita o digital, las páginas de deportes o de esquelas (otra forma de distraerse), y para mí no son escoria, pero me parece que es una pérdida imperdonable de oportunidad de formarse o informarse (muy cercano), y puedo decir que no los entiendo. Es una manera de decir que yo no lo haría.
No deja de tener gracia que haya directores de cine empeñados en imponer cuál tiene que ser el objetivo del cine…que deje cada uno a los demás directores tener sus propios objetivos, por favor, y que dediquen a cumplir los suyos.
Ni un extremo, ni el otro.
Si todo el cine fuera «industria del entretenimiento», terminaríamos con productos prefabricados que emplean formulas de disfrute rapido ( fast food). Idem con la musica.
Si todo fuera «cine de autor» pretencioso y pedante…pues seria insufrible.
La música, el cine, el teatro…si debe buscar algo mas allá del «entretenimiento rapido»…una trascendencia, un mensaje, conmover al espectador.
Lo cual, puede lograrse con peliculones como «El ultimo Boy Scout»…ja,ja…;)
Te creo Javi que vayas muchas veces al cine a repanchingarte, pero no entiendo bien que el motivo sea que tienes necesidad de olvidar por un ratito que casi todo es una mierda. Y lo digo porque sencillamente no creo que opines eso, a no ser que utilices el «casi» como un comodín, ya que es sabido que al «casi le falta el todo «.
Tu amigo Luca, podrá ser lo que sea, pero en este caso está opinando sobre la función del cine, y puedes compartirlo o no, pero no seas torticero al querer convencernos que nos está faltando el respeto, tomándonos por escoria.
Animo, que un bajón lo tiene cualquiera, y a seguir viendo cine que «La Vida es Bella», repanchingado o no, pero sin poner los pies en el en el cabecero del asiento de delante.