Cuando he contado en mi entorno que esta noche haré la cobertura en directo de las elecciones catalanas en las webs del Grupo Noticias, he recibido miradas de compasión, higiénicas y cómplices palmaditas en la espalda y, sobre todo, pésames de choteo. Se ve que entre mis congéneres, incluyendo a los que comparten gremio conmigo y muchos que en sus día monitorizaron al segundo cada latido del llamado Procés, no se considera un plan nada atractivo el seguimiento de unos comicios que se nos han presentado —cuándo no— como decisivos del copón y medio. ¿Tal desinterés, es decir, apatía cósmica, se debe solo a que la pandemia relativiza todo lo demás? Diría yo que no. Me temo que tres años y pico después de los grandes fuegos artificiales que llevaron a nada entre dos platos, a setecientos kilómetros de Palafrullel, el asunto produce un mezcla de pereza y fastidio. No digamos ya en otros lares menos sensibles a las causas de las naciones sin estado.
Por lo demás, y yendo al meollo de lo que se ventila en las urnas, lo único de fuste reside en ver cuál de las dos formaciones soberanistas mayoritarias obtiene más representación. La cacareada victoria de Illa, si es que se consuma, puede ser tan inútil como la de Arrimadas en diciembre de 2017. Esto vuelve a ir, como entonces, de Junqueras o Puigdemont… aunque no sean sus nombres los que encabezan las planchas.
Se está llegando o se ha llegado ya a un punto en el que muchos consideran unas elecciones como un coñazo insufrible y tan agradable como una lavativa de las de antes.
Para quienes estuvimos unos cuantos años sin votar porque un asesino y su régimen nos lo prohibían, las elecciones y la democracia van unidas.
El turre de baboserias previas al acto del voto en sí y algunos pactos posteriores tramposos las desvirtúan, pero son imprescindibles.
Querido Javi, acabo de leerte mientras espero a que afloje la lluvia para poder ir a votar y con la única esperanza de que los malos (los míos) saquen algunas miajillas para que les amarguen un poco las sesiones a unos y a otras.
Sigo bastante más interesada en lo que pasa fuera del Parlament, que por desgracia es poco, pero aún así esta noche me amorraré a la tele para seguir los resultados y seguro que para confirmar que pocas emociones nos esperan.
Un beso enorme y échale gracia a la noche para que no te aburras demasiado.
Claro que el poder votar es imprescindible.
Si lo sabremos quienes, como dice CAUSTICO, no pudimos votar durante muchos años, o lo hicimos sin ninguna garantía democrática.
Pero no confundamos la utilización del voto con la acción de votar. El voto libre , es imprescindible en democracia , otra cosa es la utilización que luego se haga con él, y por tanto con los resultados obtenidos.
Podríamos hacer un paralelismo con una frase popular y un tanto verdusca, que algunos lectores conocerán, y decir que «hasta votar mucho prometer, pero una vez votado, nada de lo prometido»
Y eso es lo que desvirtúa la acción de votar.
Cuídate, María. Y mucho ánimo.
Esta noche fiesta?. Me dicen mis amigos catalanes que sí, que los feudos Españolistas están votando mucho menos que los independentistas. Los que me lo dicen son tan banderizos como yo así que me lo tomo con mucha prudencia. Puigdemont arrasa hoy, dicen. Veremos. Saludos.
Es verdad que las promesas antes de votar a veces quedan como el dicho de prometer hasta meter pero es el único instrumento que tenemos para quitar y poner .tenemos que ser responsables y acudir a las urnas .
lo sabemos bien quienes vimos a nuestros padres privados de poder ejercer el voto durante una larguísima dictadura .
La sociedad Catalana está supongo que muy cansada se ha vuelto pragmática
Los partidos independentistas divididos y la otra cara extrema de la sociedad Catalana se ha ido a las antípodas de VOX ,Se les han radicalizado parte de los unionistas y los partidos independentistas siguen a lo suyo
En Euskalherria tenemos el mismo problema una incapacidad absoluta de unir fuerzas y así siempre ganará el divide y vencerás . Es lo que hay
Yo creo que lo que hay que conseguir es el derecho a decidir, y luego el referendum legal, sin descartar una oferta en serio del Estado, o entonces la declaración de independencia.
Hay que pensar en la estabilidad del gobierno y eso está en relación al gobierno de madrid así que apuesto por una coalición PSC, ERC y PODEMOS, donde distintas sensibilidades esté presentes y serene cataluña a nivel interno también, demostrando que los independetistas no son los bárbaros que anuncian en Madrid y es gente responsable sin renunciar a sus principios de un modo democrático y sereno, con el finalemnte todos estén de acuerdo
Por otra parte esta la UE, que , que si que no, su justicia ha amradp a los independentistas aunque con ciertos resquemores e incluso amenzando con cerrar la puerta Cataluña, en su caso.
En estos mometos que la comunidad internacional compruebe, ( y la indendencia es el reconocimiento de la comunidad internacional) que el independentismo actúa en claves de democracia estabilidad y concordia, es de esperar que serán puntos a favor del independentismo y en contra del 155, que ha traido mas independencia.