En el penúltimo capítulo del culebrón sobre el cruce de zancadillas y bofetadas entre los dos socios del gobierno español, Sánchez ha tenido que convocar a sus dos vicepresidentas enfrentadas a una reunión para templar gaitas. Hay que contar hasta cien para no caer en la tentación de escribir lo que inspira la sola imagen del tal encuentro. Pero como todo va de controlar la batalla comunicativa, en los titulares se ha conseguido colar que PSOE y Podemos han llegado a un acuerdo. ¿Y exactamente para qué? Pues para encontrar el modo de ponerse de acuerdo, he ahí la perogrullada. Más o menos, como cuando en las asambleas de la facultad sometíamos a votación si había que votar.
Resumiendo, que estamos en la enésima patada a seguir. Nada se ha resuelto realmente, salvo que las dos contendientes pueden contar a sus respectivas parroquias que se están saliendo con la suya. Nadia Calviño, porque la negociación de la derogación estará tutelada por representantes socialistas, y Yolanda Díaz, porque será su ministerio el que la liderará. Mientras, ni cenamos ni se muere padre. Sigue vigente la supuestamente perversa reforma laboral que este gobierno ha prometido cien veces echar abajo. Para cuando llegue el momento de la verdad, puesto que una nueva normativa no es algo que se haga de un día para otro, estaremos al final de la legislatura. Y todo, seguramente, por la dañina costumbre de aferrarse a los maximalismos y los eslóganes. Si el compromiso hubiera sido más realista —simplemente anular los aspectos más lesivos—, ahora sería más fácil cumplirlo.
Los aspectos más lesivos de la reforma laboral de 2012 incluye su totalidad.
Permitió y abarató el despido de forma exprés dejando totalmente indefensos a los trabajadores.
Creó un sinfín de contratos, horarios y jornadas partidas propias de países tercemundistas, que imposibilita la conciliación familiar, eso que tanto gusta hablar a todos los políticos, etc, etc,etc.
Ahora presenciamos vemos como una parte del gobieno que es al mismo tiempo oposición, cosa que no deja de asombrar al más interperrito, intenta cara a la galeria hacernos creer que su derogación es posible. Cuando todos sabemos que no lo es.
Por la otra parte saben que lo prometido se queda en agua de borrajas, lo sabían antes, y lo saben ahora cuando desde Bruselas les marcan las diretrices.
Aquí el juego va de quién la tiene más larga, o más profunda es este caso. Lo que se cuece y trata entre bastidores en este caso es ganar titulos o promesas banales electorales sabiendo de antemano que no hay nada en que competir, puesto que el resultado ya esta dictado.
La impresión de unión que da este gobierno particularmente me parece penosa.
¿Y cuanto de todo esto es solo postureo de cara a la galería?
¿Cuanto hay de lo que dicen que quieren hacer que Europa (que no nos olvidemos es quien manda y también, valga la «rebuzdancia», manda la pasta) va a decir que no se va a hacer ni por un cortijo?
¿Porqué nos tratan como a niños? ¿Engañados vivimos mejor?
Al globo para que los niños juegen si se le echa mucha agua revienta y moja.
Moja mucho.
Eso si… ¡¡Como nos reiamos cuando reventaba!! (y eramos niños)
La energía interna de la política española es constante y proporcional a la incapacidad y/o mala fé de muchos políticos y agregados.
Han sido muchos meses en los que la tenaz derecha española
(políticos, medios, empresarios, curas, jueces y militares con graduación) se ha dedicado exclusivamente a dar hostias a las supuestas izquierdas españolas. Cuando parecía que se bajaba un poco la presión, son las mismas izquierdas españolas las que se pegan entre sí generando energía para que el total siga constante, o sea lo de la entropía y esas cosas. Qué horror de país.
¿Reforma, derogación? SIGNIFICANTES VACÍOS a los que cada uno da el CONTENIDO que quiere. Lo importante hoy en día es la batalla del RELATO. ¿A quién le importa realmente la REALIDAD? Tal vez a los empresarios y trabajadores REALES, pero, no sé por qué me da que esos no van a estar en la negociación. Estarán SUS REPRESENTANTES. Pues bueno, lo que se defenderán son los intereses de loa REPRESENTANTES. Y no tienen, ni mucho menos, que coincidir.
Este es el precio de haber hecho un gobierno recurrente con un solo objetivo: que no gobierne la ultraderecha (me niego a considerar al PP fuera de la extrema derecha). De cuya consecución me alegro, pero a cambio de no esperar nada.
El caso es que había que hacer un gobierno como fuera, sin programa ni objetivo. Se consigue un gobierno de retales para gobernar desde criterios de gestión las crisis (la sobrevenida del Covid y la latente de la deuda endémica del 110 % del PIB de entonces, y ahora 130%). Hay que hablar con los hombres de negro, con Vonderleyen , Gentiloni, a calzón bajado y que Dios nos pille confesados.
¿Que mejor nosotros que no los corruptos y asilvestrados del águila bicéfala?. Por supuesto. pero no esperemos lugar para la ideología, que por parte del Psoe no se espera, pero por los herederos del 15 M, quizá un poco sí: cambio en ciertas estructuras, reformas de tipo laboral, fiscal, social y territorial. Pues no. El Gobierno no era para eso y el que no apoye, ya sabe lo que tiene.
Por eso, los verdaderos dueños del país, energéticas, comunicaciones y banca, no tienen problema con un gobierno de izquierdas: Solo es una manera de llamarlo. Las decisiones que les afectan no están en Madrid. Están en Bruselas, y de cambiar las condiciones de`l «mercado» de la electricidad, de la reforma laboral, de las pensiones, de armonizaciones fiscales de tipo progresivo, de eliminación de paraísos fiscales en el seno de la UE …nada.
Pero bueno, la vida sigue y el balón va para adelante. Sigámosle.