El PP desoye a las víctimas de ETA

El respeto a las víctimas de ETA quizá debería empezar por el respeto al deseo expresado por sus familiares. Por segundo año consecutivo, Mikel Iruretagoyena, hijo del concejal del PP en Zarautz José Ignacio Iruretagoyena, asesinado tal día como anteayer hace 24 años, pidió a Pablo Casado que se abstuviera de hacer política a costa de su sufrimiento. El tuit, que terminaba con un “¡Basta ya!” seguido de un “¡Cuánto te echo de menos, aita!”, respondía a una intervención por vídeo del presidente de los populares en la que aprovechaba la efeméride del crimen para cargar contra el gobierno español por blanquear a ETA y blablablá, requeteblá. Poco tardó Consuelo Ordóñez, hermana de Gregorio Ordóñez, otra victima referencial de ETA, en mostrar su comprensión y solidaridad con Mikel, y en sumarse a su petición de no manchar el recuerdo con el politiqueo de baja estofa.

Parece que los mensajes eran muy claros, ¿verdad? Pues no. El PP vasco mantuvo el homenaje a Iruretagoyena previsto para ayer en la localidad donde le quitaron la vida cobardemente. Y eso en sí mismo no es criticable ni censurable; no hay nada en contra de recordar a un compañero de partido asesinado. Ocurrió, una vez más, que el recuerdo era la coartada para echar la red y colar el mensaje partidista de rigor. En este caso, Carlos Iturgaiz, presidente por designación digital de los populares locales, cargó contra PNV y PSE por (atención a la tontuna) “ayudar desde los despachos a la izquierda abertzale, que ha cambiado de consigna y ya no pide el acercamiento de los presos de ETA a cárceles vascas sino su puesta en libertad”. Lo de menos, el homenajeado.

Una víctima que no se calla

La pandemia está mandando al córner de la actualidad hechos de enorme relevancia. Permítanme que hoy les haga una finta a los cada vez más preocupantes números para rescatar una de esas cuestiones que ha pasado de puntillas por el escaparate informativo. Ocurrió el pasado domingo, un día después de que destacados dirigentes de la sucursal autonómica del PP se fotografiaran en el cementerio de Zarautz junto a la tumba de José Ignacio Iruretagoyena, concejal popular en la localidad gipuzkoana asesinado por ETA hace 23 años. El consiguiente tuit de carril de Pablo Casado para glosar el pretendido homenaje tuvo la descarnada y hastiada réplica del hijo de la víctima, Mikel, que era un crío cuando acabaron con la vida de su padre.

“Señor Casado, efectivamente soy yo el niño que aparece en esa foto. Te quería comentar que os ha quedado muy bonito el homenaje realizado a mi aita. Tanto, que ni un solo miembro de la familia ha asistido al acto”, anotaba de saque Mikel. Era solo el aperitivo. El postre fue demoledor: ”Dejad de vivir de las víctimas, ya es hora de que vuestra política se base en algo más que en nuestros muertos. ¡Dejad a mi aita en paz, por favor!”. A la hora en que tecleo estas líneas, ni Casado ni su bienmandado Iturgaiz han acusado recibo del recado. Miran al suelo hasta la próxima foto.