Antes de nada, una advertencia: este artículo está basado únicamente en opiniones, ya que, a día de hoy, y dado lo reciente del Brexit, dudo que nadie tenga claro qué es lo que va a pasar de aquí a, previsiblemente, 2 años vista.
Actualmente, hay 4 operadores de telefonía en el Reino Unido: Vodafone (británico), O2 (actualmente en manos de Movistar, aunque en venta), EE (británico), y Three (con base en Hong Kong). Todos ellos tienen, y tendrán en el futuro, que atenerse a las leyes tanto británicas como de la UE.
Actualmente, y aquí me referiré a Vodafone ya que es la compañía que yo utilizo (también cuando viajo a Londres), el roaming ha sido «eliminado», en lo referente a sus costes, en todos los estados miembros de la UE y en los EEUU. Digo «eliminado» porque, como todos sabemos, los precios de las tarifas que incluyen esta opción han «engordado» ligeramente para absorber esa posibilidad; pero ese es otro tema.
El problema surgirá cuando, previsiblemente en unos 2 años, Gran Bretaña deje de ser parte de la UE. En ese momento, cabrán 2 opciones: la primera, que Vodafone trate a Gran Bretaña como a los EEUU (muy probable, en mi modesta opinión), y nada cambie para los visitantes comunitarios en Gran Bretaña. La segunda opción es que operadores como Vodafone decidan que el Reino Unido pase a ser «resto del mundo», con lo que las tarifas del Roaming volverían a instalarse como años atrás.
El roaming no sólo es una gran herramienta para el visitante, sino también para los negocios; y ahí radica la clave de este asunto. Lo que finalmente ocurrirá será lo que permita a las grandes corporaciones no perder cuota de mercado; y, por ello, yo apuesto por la primera opción de las mencionadas. Bastaría con que una de las grandes, Vodafone por ejemplo, decidiera en ese sentido para que todas las demás se vieran obligadas a seguirla para no perder mercado.
Los nuevos impuestos que aparecerán son también parte de la ecuación, así como los nuevos acuerdos de mercado que tendrán que establecerse; Movistar, como comentamos, estaban en trámites de vender su participación en O2 antes del Brexit (y fue bloqueada la venta por la UE); y ahora, con la nueva situación, ¿quién sabe qué decisiones tendrán que tomar?. No olvidemos que se trata en muchos casos de enormes inversiones, que no todas las compañías estarán en condiciones de afrontar.
Así que éste es tan sólo uno de los profundos cambios que el Brexit va a acarrear. La incertidumbre, es verdad, raramente va acompañada de bajadas de precios; de modo que apostamos por incrementos de tarifas iniciales para mantener el sistema más o menos como está ahora.
¿Y vostr@s, qué pensáis?