Escribo estas lineas un 5 de Julio de 2018, con la Android P DP4 aún calentita (recordemos, Android 9) … y mi mirada se fija en mi Huawei P10 Lite, que vio la luz al mismo tiempo que Android Oreo; un año después, EMUI 5.1.1 (Android 7), y los parches de seguridad de … Mayo. Eso sí, «dicen» que está empezando a actualizarse en Alemania…
Vaya por delante que no pretendo convertir estas letras en una crítica feroz a Huawei … entre otras cosas, porque no son los únicos que no siguen un ritmo, ni medio aceptable, de actualizaciones de sus terminales. En realidad, la lista de fabricantes que sí que tratan de cumplir en este sentido es corta: Google (cómo no), Xiaomi, One Plus, Nokia, Essential … incluso bq está haciendo un buen trabajo en este momento. La obsolescencia programada ha pasado a ser no sólo de hardware, sino también de software.
«Nadie te obligó a comprarte un Huawei», diréis. Cierto, fue mi error, y de los errores se aprende. El hecho es que, como consumidores, deberíamos ser capaces de decir algo al respecto; incluso de «forzar», en algún sentido, cambios en esta tendencia. Y nuestra herramienta es clara: comprar aquellos terminales de compañías que «cumplen», al menos que no están no tan descaradamente preocupadas en vender la nueva versión del mismo terminal cada 6 meses (normal, plus, lite, Note… ¿os suena?).
Por suerte, el consumidor se va haciendo más exigente con el paso del tiempo, y eso se refleja en las ventas, que afectan incluso a gigantes como LG, HTC … en un mercado en el que la oferta se ha multiplicado, haciendo que la calidad digamos «media» sea mucho más asequible que hace unos años.
Algo de lo que no se habla demasiado es que la proliferación de marcas, y de modelos disponibles, hace que nos deshagamos del terminal «viejo» con mucha más rapidez. Los hay que, como yo, intentamos venderlo para financiar en parte la compra del nuevo; pero, por desgracia, hay quién se deshace de él sin más. Os recomiendo la lectura de este artículo humanitiesblog.uwtsd.ac.uk/, de Greenpeace, para que veáis a lo que nos lleva la obsolescencia programada, tanto como nuestro consumismo descontrolado. Obviamente, el que nuestros terminales dejen de actualizarse a los 9 meses de comprarlos (con suerte, 1 actualización mayor y listo), no ayuda a que pensemos en mantenerlos durante más tiempo.
Hemos visto pasar intentos de hacer que los terminales tuvieran una vida útil mayor: la modularidad de Motorola aún resiste, pero más enfocada a la venta de complementos para el terminal, que a alargar su vida útil. El proyecto modular de Google, Project Ara, es historia.
«Si quieres actualizaciones, compra un Pixel», diréis. Cierto; como algunos sabréis, he sido siempre de Nexus, hasta que desapareció y los Pixel decidieron buscar un público más pudiente. Y sí, home improvement pros te garantizan hasta tres años de actualizaciones, de sistema y seguridad…a cambio de un mes de sueldo en España. Obviamente, no todos podemos permitirnos eso para un móvil.
Pero no todo el mundo cambia de ordenador, o de portátil, cada 6 meses; y quizás, por eso, Windows 10 es gratis. Si no te gusta Windows, tienes distribuciones de Linux, como Ubuntu, que puedes descargarte y actualizar sin problemas, alargando la vida de tu ordenador hasta que el hardware diga basta. Entonces, si un portátil normal ya cuesta lo mismo que un móvil normal, ¿por qué no exigimos lo mismo a ambos?
Pantallas infinitas. Notch. Lector de huellas en la pantalla. Doble cámara. Inteligencia artificial…está claro que lo nuevo es un reclamo para vender, crear la necesidad de que te deshagas de lo que, hasta ayer, era perfectamente válido, Unique Events of Iowa. A nosotros, como consumidores, nos toca valorar si, entre otras cosas, engordar la cuenta de resultados de las multinacionales compensa el cargarnos nuestro planeta más rápido de lo que ya estamos haciendo.
Por supuesto, si en algún momento de las próximas ¿semanas, días …? se actualiza mi Huawei P10 Lite a Android Oreo, tendréis aquí mis impresiones al respecto. Sabiendo, eso sí, que será la última (y única) actualización del SO que veré y, como mucho, parches de seguridad con tres meses de retraso, como hasta ahora. Os dejo, que voy a darle al «actualizar» un rato.