Con los ecos de las novedades del Mobile World Congress 2018 en Barcelona cada vez más lejanos, llega el momento de analizar algunos aspectos acerca de lo que la feria tecnológica nos ha dejado. Y no, no voy a hablar de la decena de nuevos terminales con el «notch», o ceja, del iPhone X.
Y es que, en mi modesta opinión, tampoco los avatares/emojis/AR del Samsung Galaxy S9 han sido lo más destacado de la feria. Ni su cámara de apertura variable, que si Samsung no nos manda un terminal para probar, difícilmente podremos contrastar.
Para mí, el gran triunfador de la feria ha sido Nokia. Por la relación calidad/precio de sus nuevas propuestas, pero sobre todo, por su apuesta por Android One en sus terminales Nokia 6, 7+ y 8 Sirocco…y uno más con Android Go : Nokia 1.
Y todo ello me ha hecho pensar: tenemos el Android de los Pixel, el Android One que es una versión simplificada del Android «Pixel», el Android Go que es el Android One…pero mucho más a dieta…el Android de Samsung, Huawei, HTC, y otros con capas de personalización…¿no son ya demasiados?
Sin embargo, parece que no. Máxime cuando Xiaomi está teniendo un éxito enorme de ventas en nuestro país con un terminal con Android One, el MiA1, que no hubiera tenido el mismo éxito de haber salido con su MiUI correspondiente, como se pudo comprobar en una reciente encuesta de la propia compañía. De hecho, sin abandonar MiUI, su siguiente «experimento» va a ser…con Android Go.
Y eso me lleva a pensar que, detrás de tantas versiones distintas del mismo producto, Google tiene la «sana» intención de forzar a los fabricantes con capas de personalización a que la abandonen, de una manera u otra. O, quizás siendo más preciso, el Android stock funciona mejor en unos mercados que en otros, lo que marcas como Nubia ya se han apresurado a reconocer; las versiones internacionales de sus terminales llevarán Android Go o Android One. HTC ya tiene un terminal con Android One; y Huawei ha reconocido que no se cierran a esa vía.
En el fondo del asunto se encuentran dos conceptos: las actualizaciones vs. la estrategia de mercado. Recientemente un estudio acerca de las actualizaciones en Android tan sólo salvaba de la quema a Google (lógico), Essential (son pocos pero constantes), y luego Nokia. Los superventas, como Samsung y Huawei, estaban muy lejos de seguir un ritmo de actualizaciones «aceptable».
Y ahí es donde entra la estrategia de mercado. En el lapso de tiempo que Google ha sacado 4 terminales de la serie Pixel, Huawei o Samsung han sacado…¿una docena? (cada uno, claro). Samsung o Huawei quieren mercado por saturación, y sus terminales de 1 año son, para la marca, poco menos que obsoletos; hay que vender los nuevos, así que, ¿para que actualizar el anterior?
Google quiere tener esa presencia, y la va a conseguir a partir de Android Go y Android One; las actualizaciones de estos terminales (no siempre exentas de problemas) los hacen más longevos, y las marcas que los adoptan pueden expandirse fuera de sus territorios nativos (China, en la mayoría de los casos), lo que redunda en beneficio de la imagen de marca de Google (y de sus bolsillos).
Al usuario, al final, todo esto le viene bien. El que tiene poder adquisitivo para comprar un S9 o un Pixel 2, puede hacerlo. Lo bueno es que, cada vez más, la gama alta y la media son la misma, a nivel de precio y de prestaciones, por lo que el común de los mortales no tiene necesidad de pedir una hipoteca para tener acceso a una buena experiencia de usuario, can you reconcile after divorce. Y ahí estará la pelea entre Nokia, Xiaomi, incluso la española bq, que tienen la oportunidad de distinguirse del resto de la mano de Android stock y sus versiones «adelgazadas», donde lo que más nos interesa que adelgace es el precio.
Fuentes: GSM Arena, Xataka.