Los de Bielsa se mostraron infinitamente superiores a los franceses, pero acabaron pagando las pérdidas de balón, la falta de acierto en los últimos metros, y un clamoroso fallo de Iraizoz que finiquitó el partido. Los fallos se suceden y no hay forma de parar esta sangría. El Athletic está al borde del abismo de la Europa League. Llueve sobre mojado.