El Athletic de Marcelo Bielsa ha pasado en tan solo un año de ser un martillo pilón para sus rivales a un martillo de juguete. Las debilidades ofensivas y defensivas quedaron otra vez de manifiesto. Los leones no terminan de dar en el clavo y se despiden de Europa. Ahora toca pensar en la Liga; esperemos que un clavo saque a otro clavo. Y si no la Copa… a la que otro año más nos aferraremos como clavo ardiendo.