La Roja, en la que no jugó un solo minuto Fernando Llorente, doblegó a Italia (4-0) con solvencia y logró su tercer cetro consecutivo tras la Eurocopa de 2008 y el Mundial de Suráfrica. Pero no solamente la Roja se ha coronado, Sara Carbonero, también, pero como la reina del despropósito: ha terminado con la cara Roja de rubor.