El Athletic no estará solo en el estadio de Alvalade: 4.000 aficionados se han desplazado desde Bilbao para apoyar a los leones y ayudarles a dar el último empujón para hacer historia y poner rumbo…¡¡¡a la final de Bucarest!!!
El Super-Athletic de Bielsa aguantó el empuje de los teutones y se clasificó por segunda vez en su historia para las semifinales europeas. Si contra el Manchester United ofreció una exhibición sublime de juego, frente al Schalke del incombustible Raúl, que marcó un golazo, mostró su poderosa pegada. En Europa no hay kryptonita que debilite los superpoderes de este super-equipo.
«El equipo de moda en Europa» como así lo ha definido Pep Guardiola al Athletic lo tiene todo para plantarse en semifinales por segunda vez en su historia. Los de Bielsa deben de volver a ser verdugos, esta vez frente al Schalke de Raúl. Auf wiedersehen!!!
Lo del Athletic este año es muy heavy, sigue de gira europea ofreciendo los mejores conciertos futbolísticos y este jueves presenta su nuevo disco «A la final». A seguir dando la mejor nota y que no pare el ritmo. «Highway to hell» para el Schalke.
El conjunto de Bielsa espera reeditar el espíritu de Old Trafford con el juego que asombró al viejo continente, es decir, con unos leones que no saben especular, que no se enrocan y siempre salen a ganar aderezado de un juego vertical, valiente, pleno de toque, calidad…y mucha ambición. ¡¡Schalke mate!!
El Athletic, es decir, «la Txapela Mecánica» con un juego sublime, que enamora, necesitaba este hito histórico de dos triunfos ante el Todopoderoso United, con sendas exhibiciones de fútbol, para asombrar al mundo balompédico. En un planeta-fútbol plagado de equipos de la élite que practican un fútbol del Cro-Magnon los leones son la especie más evolucionada. ¡¡¡Viva Darwin Bielsa!!!
Los leones deberán apelar a La Catedral para resolver la eliminatoria de dieciseisavos de la Europa League que tuvo en ventaja gracias al jugadón de Susaeta y el gol de Bart Muniain, pero una segunda parte lamentable ha dado alas y esperanzas a los rusos. ¡Desastrovich, tovarich!
