Gobierno terminal

Va más allá de la anécdota que se nombre portavoz de un gobierno a alguien que dice “conceto” en lugar de “concepto” o que es la viva demostración de que la cirugía láser no siempre es la solución a la miopía. Si Zapatero quería que su último conglomerado ejecutivo fuera una metáfora perfecta -o ‘perfeta’- de su patética desventura equinoccial, lo ha conseguido.

Hasta noviembre, que es cuando los sabios dicen que acabará entregando la cuchara, nos quedan unos cuantos viernes entretenidos viendo cómo José Blanco imita a Xan das Bolas o a su versión moderna, el gallego de Airbag. Habrá momentos en que no sepamos si las lágrimas son de pena penita pena por las desgracias que nos comunique o de puro descogorcie por el modo en que las narrará. Un segundo y medio de silencio por Ramón Jáuregui. Con la ilusión que le hacía al hombre que ha sido de todo añadir una línea más en su currículum. Ya no le quedan muchas oportunidades.

Y para Interior, Antonio Camacho, un oscuro bienmandado, que lo mismo se echa unos potes en el Faisán que ordena de muy malas pulgas desconectar la cámara a un periodista australiano que le estaba haciendo incómodas preguntas sobre la tortura. No es improbable que mañana o pasado le preparen la captura de cualquiera de los mil prófugos balizados o la desarticulación, qué sé yo, de una célula durmiente del Orfeón Donostiarra para que debute con picadores. “¡Apaga eso ahora mismo!”, le podrá espetar, en la consabida rueda de prensa multitudinaria, al primer plumilla que no le baile el agua.

La de velas que se habían puesto por aquí arriba para que el elegido fuera Rodolfo Ares, que el sábado se colocó en lugar bien visible para aplaudir hasta con las orejas a Rubalcaba. Pero no estaba de Dios. A ver si para la próxima abstención, el PNV anda un poco más vivo en las peticiones y consigue empaquetarlo. Claro que ya no queda mucho. Bien mirado, eso es lo mejor de todo.

8 comentarios en «Gobierno terminal»

  1. Yo también apostaba por Ares, incluso busqué en las máquinas de apuestas de los bares si me dejaba jugar un eurito pero no, acabé apostando a traineras.

    Quien sabe, igual le están reservando como candidato estrella para cuando arranque la campaña de verdad, finales de octubre, cuando todavía este fresca en las retinas de los indecisos votantes la entrada triunfal de la benemérita por la Gran Vía bilbaína de la vuelta a España.

  2. Los últimos coletazos… En Espana nadie gana unas elecciones. Las elecciones en Espana se pierden. Es decir, se vota al menos malo o mejor, no se vota al cagón (ZP es uno de los más gordos que he visto), al mentiroso (PP con el tema de la bomba de Atocha) o al corrupto (Felipe Glez y los 40 cleptómanos)(Sí, ya sé! Hay anomalías al estilo Valencia). Vamos, que en Espana gana las elecciones el menos no votado…  Eso es un país con iniciativa! Con cojones (Torrente dixit).

    Lo que no sé yo muy bien es qué nos conviene más a los vascos (o por lo menos a los vascos que anhelamos avanzar en nuestro autogobierno o un poco más allá nuestra construcción nacional o un poco más allá en nuestra independencia amén del desarrollo y bienestar de nuestro pequeno país)… un gobierno de hooligans peperos o una panda de flácidos sociatas. No sé si prefiero a los flácidos sociatas. Lo digo porq la que nos viene con el PP es de aúpa. Cuanta más mayoría cosechen peor para nosotros… y van por buen camino. Malo.

    A estos les quedan muy pocos teleberris (al de coscojales un par más), pero no cabe duda de que se le ha sacado partido a la situación. Triste es que nuestros representantes tengan que negociar para conquistar lo que son nuestros derechos (algunos dicen que son privilegios), pero bueno, parece que no hay otra. Los que hay son un poco tontos, pero los que vienen son extremistas. Sí, el PP es un partido radical, de no me mires que te meto. Y eso me preocupa por que van a rozar una mayoría absoluta al estilo Aznar y no habrá quién les tosa en Madrid. Por fortuna aquí no son nadie pese al jugo que le sacan a cuatro votos gracias a que los sociatas son flácidos por definición y ambicionan Ajuria Enea desde hace décadas.

    Más importante que nunca es votar a los partidos de ámbito vasco para tener representación en la capital del imperio a modo de dique de contención de la marea fachorra que se avecina. Prepárense, llegan los Urdacis, los conferenciantes episcopales, los historiadores intereconomistas y los nostálgicos `como Dios manda` para salvar al país del toro de osborne de rojos y separatistas. Eso sí, desde la serenidad y la firmeza (esto le gusta escribir al guionista del PP).

    Puaj!

    Agur Iparretik

  3. Me llaman la atención las primeras líneas del post. Esas ridiculizaciones de defectos personales de Blanco. No ciertamente porque sean algo poco habitual. Está bastante de moda desde todo tipo de medios, tertulianos, columnistas, etc, este tipo de comentarios sobre aspectos personales, yendo a ofender, a ridiculizsr, directamente a hacer daño a la persona.
    Así que esta pregunta se la podría hacer a muchos columnistas, muchos de ellos de la derecha hispana. Pero ya que blog me permite interpelar directamente al autor, pues lo aprovecho. Además, Javier, ya que eres tú el que has incluido el comentario supongo que no habrá problema en que entremos en el mismo. Si no quisieras hablar de la forma de hablar de Blanco o de la expresión de su mirada o de su cara, pues no lo habrías comentado y te habrías limitado a la crítica política.
    Y la pregunta es ¿qué piensa un periodista cuando se dispone a entrar en el terreno personal, a ridiculizar temas o defectos personales? ¿piensa quizás que merecido lo tiene esa persona, la que sea, que para eso gana lo que gana? ¿piensa por un momento en qué puede sentir la persona aludida no ya por su actividad pública sino porque es vizca, o gorda, o tartamuda, etc?

  4. Larry: Contesto encantado a tu pregunta. No se trata de una descalificación personal. Si Blanco fuera el tendero de la esquina o el conductor del autobús, no procedería en absoluto ninguna alusión a sus facultades como comunicador. Pero resulta que lo han nombrado portavoz de un Gobierno. Uno de los requisitos mínimos para el desempeño de ese puesto es, justamente, el dominio de la comunicación, una virtud que indudablemente no posee. Y no estoy hablando de un problema de dicción o pronunciación, sino de pura cultura general. Por tanto, no es comparable a las sobradas que se han pegado con el tipo de Leire Pajín, pues para ser ministra de sanidad no es necesario estar de pasarela. Otra cosa es criticarla por su absoluto desconocimiento de la sanidad.
    Sí reconozco que la segunda alusión me ha quedado fallida. Lo de la miopía pretendía ser una metáfora sobre la escasa capacidad de análisis de la realidad de Blanco. En el contexto en que lo he puesto, se podía tomar por algo literal.

  5. Ok, entedida la primera alusión a la capacidad de comunicación.
    La segunda, pues efectivamente ha quedado fallida. Sí, era muy fácil tomarlo como algo literal.
    gracias por la respuesta.

  6. Como siempre, genial Javi; Me quedo con lo de prófugos balizados; Porque a estas alturas ya nadie se cree lo de «detenidos en un control rutinario de carretera» o «un zulo encontrado por unos excursionistas». Les tienen a TODOS localizados, y bien localizados, hasta a Josu Urrutikoetxea y a De Juana Chaos; Lo que hacen es ir dosificando operaciones en función de la oportunidad política.

  7. No se puede tener un portavoz de gobierno que se llame «Pepiño» y tenga acento gallego.
    La mayoría de los políticos (portavoces o no) y periodistas españoles hablan fatal: «libertá», «hemos inaugurao», leismos y laismos varios, zezeos, etc…
    Desde luego, no acabo de comprender que la crítica principal a este individuo paisano mio (para miña desgraza e a de Galiza) sea que diga «conceto».

    La explicación posterior a Larry aún la lia más, porque parece debiéramos haber comprendido por sus referencias al acento/dicción y origen de Blanco, que claramente ústed se refiere a su falta de cultura general.
    En fin, parece que el sentido peyorativo de ser gallego es algo arraigado en Euzkadi y no sólo cosas de esa paisana suya: Rosa Díez
    Puede ústed creerme si le digo que lo siento, y mucho.

  8. Antón: Lamento mucho que hagas esa interpretación. Te doy mi palabra de que nada de lo que dices estaba cerca de mi intención. Mis raíces están en Galicia, así que puedes imaginar que no iba por ahí.
    Aun así, siento haberte ofendido y te pido disculpas por ello.

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