Durante el episodio, casi psicodrama, de la ya celebérrima exposición de las hostias en Iruña, le dediqué media docena de cargas de profundidad a su autor, Abel Azcona. Lo mismo que él su polémica obra, lo hice en ejercicio de mi libertad expresión. Eso creía yo. Compruebo ahora que, en realidad, no estábamos en igualdad de condiciones, puesto que al artista se le niega ese derecho.
En una nueva demostración de la inquisición rampante —y cada vez con más brío y creciente descaro— en estos pagos, Azcona ha tenido que dar cuenta de su trabajo como investigado (eufemismo actual de imputado) ante el juez de instrucción número 2 de la capital navarra. Todo, como ya sabrán, porque una casposa asociación de (sedicentes) abogados cristianos le ha puesto una querella a la que, hay que joderse, la (también sedicente) Justicia, está dando curso en lugar de haber mandado a esparragar a los denunciantes.
Se le acusa de profanación y ofensa a los sentimientos religiosos. Todo un auto de fe en pleno tercer milenio y en un estado, este del que nos toca ser súbditos sin derecho a réplica, que se cacarea anticonfesional. Y desde la bancada del público que asiste regocijado al anatema al hereje, los jerarcas de la Conferencia Episcopal española pidiendo la hoguera, siquiera metafórica. Proclama Gil Tamayo, el portavoz de los purpurados, que “meterse con los sentimientos religiosos no puede salir gratis”. Manda huevos con los que se supone que predican el perdón. Muy atinadamente, el reo de la causa ha dicho que el interrogatorio ante el juez forma parte de la pieza artística por la que se le juzga. Mi respeto y mi apoyo.
Esas hostias si no están consagradas, son lo que son barquillos. Y venden esos recortes, hasta en las tiendas de chuchea…..Y yo me pregunto, no tiene la Iglesia Católica otros muy sucios asuntos de finanzas y abusos sexuales, para hacer limpieza en sus propias filas, y no parar de hacer demandas y juicios al respecto?
Las hostia sí estaban consagrada, él mismo colgó videos gravados de como iba a comulgar en iglesias para conseguirlas, pero aún consagradas no dejan de ser barquillos para algunos.
El asunto es que Azkona buscaba todo este jaléo. Sabía que hacía, a quien iba a ofender y lo que podía venir después. Es como si los titiritero famosos realmente y a propósito pusieran una pancarta enalteciendo a ETA para hacerse publicidad.
Para mí el único arte que tiene Azkona es que sabe liar pollos. En eso es un artista de verdad. La exposición en sí no valía nada. Por eso no creo que en este caso valga la pena hablar de libertad de expresión, inquisición, etc. Aún estando de acuerdo que toda esta reacción no está justificada en un país supuéstamente moderno, tratándose de este tío no vale la pena discutir. Es lo que ha buscado y provocado y a mi entender sabiendo que saldrá inocente pero con su exibicionismo colmado.
Consagradas o no, que es algo no civil, lo que perseguía la perfomance de Azcona era la denuncia del oscurantismo y encubrimiento de la pederastia que ha llevado a cabo la iglesia católica.
Respecto al «valor artístico», recomiendo echar un vistazo a las «obras» de la reciente inaugurada ARCO con la presencia siempre gratificante de SSAA. Luego comparamos con la de Azcona y anotamos el coste de unas y otras.
Ya ..y por un trozo de tela, se mata, se tortura o se gobierna por o contra.
Son símbolos.
Aunque atea soy creyente, vayan usteds a saber que paradójica y terrible cuestión me corroe.
En todo caso, el artista, no éste sino una parte de artistas, utilizan através de la provocación de sus obras, meter el dedo en el ojo (por no decir otro sitio).
Hay otros que nos ofrecen ,de forma generosa, lo mejor de su inconsciente creador y reparador.
No es el caso de este que nos ocupa.
En fin, libro cafecito que viene nieve.
PS
Como decía Pepín Bergamin: «Yo con los comunistas hasta la muerte.Pero ni un paso más»