Como cualquiera con un gramo de corazón, en lo personal y en lo político desprecio a Donald Trump con todas mis fuerzas. Sin embargo, no puedo evitar que me fascine como fenómeno. Y cada vez más. Empecé escuchando de refilón sus casposas melonadas, sin sospechar que llegaría a tener la menor opción de aspirar a la presidencia de Estados Unidos, y hoy es el día en que sigo con notable atención sus andanzas y con interés aun mayor, el pánico que su posible victoria en las primarias provoca incluso dentro de su propio partido.
Esto último, por cierto, resulta muy divertido si tenemos en cuenta que el otro aspirante republicano con opciones, Ted Cruz, es un chalado ultramontano que dice recibir instrucciones directas de Dios. Frente a tal adversario, a esta hora de la entretenida carrera electoral —sobre todo, cuando se contempla a 9.000 kilómetros—, Trump lleva una ventaja, dicen que ya muy difícil de salvar, de 255 delegados. No hay analista que no se pregunte por qué, y de hecho, en aquel lugar del mundo se ha disparado la búsqueda en Google enunciada como “Why Trump?”.
Me temo que buena parte de los millones de individuos dispuestos a votarle lo que se preguntan es por qué no. Si le dan media vuelta y se fijan en singularidades políticas pujantes de la Europa que exporta superioridad moral por toneladas, verán que en el fondo no hay tantas diferencias. Por más que nos moleste a quienes detestamos el trazo grueso, estamos en una época en la que triunfa la ausencia de toda sutileza. Poca queja nos cabe. Trump y el resto de vendedores de humo son la radiografía del sistema que llamamos Democracia.
Con relación al del tupé, mejor, a las posibilidades de que salga (y lo que voy a decir es válido para Le Pen, Amanecer Dorado, AfD… y los del estilo que saldrán en todo Europa) observar, por mi parte, que los ciudadanos tenemos la fea costumbre de echar la culpa al «Malo»… cuando deberíamos hacerlo al «Inútil»
Sea como fuere, la Constitución USA prevé el marcaje férreo del presidente por medio del Senado y por el Tribunal Supremo, instituciones creadas desde el principio para evitar «abusos» o «prepotencias» por parte de este.
Inclusive, en la actualidad estas cautelas son innecesarias, por cuanto el Presidente USA (cualquier Presidente) no es más que un banderillero de los que en verdad cortan el bacalao.
Como epílogo, la frase eterna de Galeano: «Si votar sirviera para cambiar algo, estaría prohibido»
Si, si, pero tanto demandar democracia, que si la voluntad del pueblo, que si el pueblo decide, que si el pueblo soberano,…Y cuando el pueblo soberano decide algo que no gusta a algunos,…pues que hay un problema, que hay un peligro,…que si la voluntad popular está manipulada,… ¿Y por qué no se preguntan?, ¿Por qué le votan?, ¿Que les ofrece, que no lo hacen otros?. Sabiendo que el votante busca solución a los problemas. ¿Por qué no se la ofrecen otros?. ¿No ofrecerán solución a los verdaderos problemas u ofrecerán solución a no problemas?. El más acertado en la oferta es el elegido. Es la democracia. Lo que ocurra después será otra historia.
El pueblo será soberano, que no sé muy bien qué quiere decir, pero es manipulable, si no anda informándose lo más crítica o escépticamente posible, le cuelan carne por pescado y gato por conejo.Lo que no se entiende es cómo gente inmigrante apoya a D.Trump , él sigue vendiendo sentimiento de superioridad por ser norteamericano de pura cepa.Los nacionalismos, entendidos como salvavidas a la crisis ecónomica, y el sentimiento religioso es lo que mueven a las gentes en estos tiempos.Sí se dan juntos, es para echar a temblar. Marx ,ha muerto.
Cuando Hitler llegó al poder en 1933 se encontró, entre otras cosas, con una inmensa cantidad de parados carentes de todo tipo de ayudas. Situación peligrosa para cualquier gobierno, en épocas sin TV e Internet, y vivísimas la Revolución Rusa y los recuerdos de la I G M
Para disminuir la tasa de paro, Hitler puso en páctica una serie de medidas diseñadas años atrás por el equipo de Walther Rathenau, consistentes, básicamente en la realización de Obra civil e Infraestructuras… a lo bestia. Una especie de Keynesismo antes de Keynes (No debe extrañar a nadie: esta característica del Keynesismo -emplear a la peña en trabajos intensivos en mano de obra, lleva haciéndose desde épocas de Maricastaña: Babilonia, Egipto faraónico… Es una solución «natural»)
Las medidas dieron resultado. La tasa de desempleo bajó hasta casi cero; y no sólo eso, sino que atraídos por la prosperidad alemana comenzaron a llegar desde Polonia JUDÍOS POLACOS. Mogollón de judíos polacos.
Alarmados por la llegada a Alemania de estas masas semianalfabetas, pobrísimas y con una «impronta religiosa judía» muy acentuada, las tres asociaciones judías a la sazón vigentes en Alemania SE REUNIERON CON HITLER PARA PEDIRLE QUE IMPIDIERA ESTA INMIGRACIÓN -o la atenuara en buena parte- pues sabían/temían lo que les pasaría a los judíos alemanes de seguir esta inmigración, unos judíos alemanes integrados en mayor, o menor medida en la sociedad alemana, pero -en todo caso- participando en su progreso y disfrutando de los privilegios inherentes a formar partede un estado (paro, ayudas, jubilaciones, justicia…)
Corto el rollo aquí, añadiendo que esto que ocurrió en la Alemania de 1935 pasa siempre en todos los lugares… cuando se dan estas circunstancias.
Por supuesto, también en Florida.
No viene «mucho» a cuento, estrictamente hablando, pero sí «bastante» a cuento:
Esta es la noticia completa de algo que sacudió hace dos días a parte de la sociedad -pues fue gritada a los cuatro vientos- y que tiraflores, sinecuristas y tomadores de colacao nos presentaron a la ciudadanía como «¡Un profesor de dermatología acusado de machismo!»
(Parece ser que el hombre utilizó un estribillo jocoso como regla mnemotécnica)
http://sociedad.e-noticies.es/en-defensa-del-profesor-acusado-de-machismo-101537.html
Entre este tipo de gente; entre guays; entre repartidores aterceros de «lo de los demás», entre vividores del cuento; entre «Revolucionarios de Bar de la Facul de la Uni»; entre «Jesuicharlies»; y, acabo, entre peña así…¿A «álguien» le extrañan los Trump, Le Pen, AfD, Farage….? ¿En serio?