Sería incapaz de decir quién ganó el monólogo a cuatro del lunes, pero no tengo la menor duda sobre el que salió peor parado del envite. Pedro Sánchez empieza a oler a cadaverina política que es un primor. Es cierto que esto mismo habría sido verdad el 20 de diciembre por la noche y que desde entonces acá ha luchado por su culo como un jabato. Ya escribí, y mantengo, que se manejó más que decentemente en toda la broma de la investidura. Dio la sensación de tener el empaque que le negábamos la mayoría y hasta medio mantuvo a raya a las peores alimañas que le acechaban, que eran y son las de su propia casa.
Tanto nadar para morir —salvo milagro de última hora— en la orilla. Cantaba Gardel que contra el destino nadie la talla, y menos, si te enfrentas a un tipo armado de una enorme inteligencia y, para colmo, una flor en el tafanario que le hace inmune. Simplemente, Pablo Iglesias, que está de dulce, le tiene comida la moral al atribulado candidato socialista. Uno es el coyote, y el otro, Correcaminos. La prueba audiovisual estuvo en ese momento en que Sánchez trataba de atizar al de la coleta, mientras este salmodiaba por lo bajo, casi como si fuera un espectro: “Pedro, el rival no soy yo, no te equivoques, es Rajoy”. Un instante que debía ser épico terminó siendo cómico.
No es cuestión de justicia ni de tener razón. Si vamos a los hechos medidos y tasados, el cabreo con el líder de Podemos está fundamentado. Quizá en otro mundo, su esfuerzo tendría recompensa. En este, lo más seguro es que se cumplirá la máxima que sostiene que ninguna buena acción queda sin castigo. El sorpasso será de escándalo.
Esfuerzo??? Buena acción??? Algo me he debido perder estos meses atrás porque a este ser humano no le he visto realizar ninguna de esas dos cosas. Que yo sepa no ha hecho más que intrigar y conspirar contra El Coletas, su verdadero objetivo, y como se puede comprobar lo sigue haciendo. No tiene cara el tío…! El peor político español de las últimas décadas. Tengo clarísimo que ir con éste del brazo es un auténtico suicidio; mejor que los morados se queden en la oposición y esperen pasar su «cadáver» que no creo que se demore. Mientras tanto que se vayan preparando para dentro de cuatro años. Igual suena la flauta entonces.