Pues sí, en eso, murió Fidel. Llegó la comandante Biología y le mandó parar. A más de un medio le ha faltado el humor negro para apuntarse el tanto. “Tal y como hemos adelantado muchísimas veces en los últimos años”, podían haber encabezado las informaciones seguidas del obituario que por fin salía de la nevera de modo pertinente.
Y junto a los perfiles biográficos recalentados en el microondas, el aguacero torrencial de castrólogos y cubólogos nacidos de la nada 30 o 40 segundos después de la difusión del óbito. Qué hartura de escuchar sus verdades verdaderas sobre lo que va a pasar o a dejar de pasar en cuanto los magros y gastados restos del finado se convierta, por deseo expreso, en ceniza. Que si mucho, que si poco, que si cuarto y mitad, que si Raúl esto, que si Trump lo otro, que si el papa Francisco. Solo faltó meter por medio a Susana Díaz, aunque quizá alguien lo hizo y me lo perdí.
Bien es cierto que resultaron más cansinos si cabe los eternos de Villarriba y Villabajo. Imposible decir qué proclamas ganaban en ranciedad, si los del “Hasta Siempre, patria o muerte, venceremos” o los del “Ahí te jodas tirano, que has palmado y pasado mañana el pueblo será libre”. Lo escribí sobre Hugo Chávez, y lo repito con más motivo —porque su dimensión histórica es bastante mayor— respecto a Fidel: un personaje así no entra en un puñado de palabras. Menos, si eso que se dice está contaminado por el ramplón simplismo que nos asola. Sí debo decir, con todo, que me asusta un tanto comprobar que a estas alturas del tercer milenio hay jovenzuelos que cacarean estas o aquellas consignas con peste a naftalina.
Si alguno tuviera que razonar por qué le parece tan héroe o tan tirano, lo mismo se veía en un problema. Aunque a mí me pasaría igual si me preguntaran qué opino de la historia de Cuba de 1957 hasta ahora: preferiría no hacerlo. Es que lo que más o menos sé no me convence. Y leer sobre personalidades tan idolatradas y tan denigradas no es muy productivo, creo. No sé si el libro póstumo -por voluntad expresa suya: murió en 2013- de Enrique Meneses sobre Fidel Castro aclarará algo o no.
Le agradezco la paciencia que tuvo conmigo al principio: adiós.
Fidel fué un titán que con arrojo y constancia convirtió Cuba de burdel de los EEUU en un Estado soberano para TODA su población.
Gracias a un bien asentado y democrático Partido Comunista y al esfuerzo denodado inmune al desencanto que asumió orgullosa la inmensa mayoría de la población se logró no solo unos standares de dignidad, en educación o igualdad hombre mujer o vivienda o sanidad, universales desconocidos en casi todo el mundo como por ejemplo en ese Bilbao lleno de pobres y despedidos, sino que se mostró solidario de los de verdad no de los de boquilla o de caridad alienante de ong, con los pueblos explotados, Angola, la organización de Mandela, prestándoles fuerzas militares y poniendo a su disposición escuelas técnicas y universidades para formar el futuro en Libertad.
Espero que el Partido Comunista de Cuba mantenga con coherencia la gran tarea de seguir siendo Cuba una sociedad formada y libre, ejemplo de dignidad para el Mundo y sana envidia para quienes vivimos en tierras donde los objetivos a corto plazo son que el paro no supere el 10% y que las grandes empresas continúen pagando a Hacienda lomenos posible.
¡Salud Comandante!
M: No entiendo el mensaje ni el motivo de la despedida.
A, bueno: gracias por contestar. Es toda una sorpresa. Me gusta la columna. Me gusta escribir. Lo de publicar, en cambio, me da ansiedad: y no me compensa, más que nada porque no me contesta nadie. Así que para mí no tiene mucho sentido seguir sólo por cabezonería.
M: Si te sirve de algo, a mí también me produce ansiedad, pero creo que se debe a cierto pudor por hacer pública la opinión de uno mismo. Yo suelo opinar cuando tengo algo que decir sinceramente sobre el tema que toque, y cuidando siempre de tratar de aportar algo, de buena fe. En ese caso que me contesten o que no, me da igual. No lo planteo en plan de polémica, sino de aportación.
Concretamente lo que sueles escribir me parece bueno. Con el permiso de Vizcaíno, no creo que te debas despedir.
Esnepel: Para empezar, muchas gracias. No me he explicado bien: no escribo para crear polémica. Además, me doy cuenta de que esto es un blog: no creo que tenga derecho a que todo el que me lea me haga casito. Puede que lo que me pase es que se me haya ido la inconsciencia, si te digo la verdad. Al principio escribía sin pensar mucho: si creía que ni lo iban a publicar. Metí la pata bastante, claro: me disculpé y rectifiqué. Entonces me dio por corregir errores de la columna, que pensé que sería más útil: lo dejé, porque me parece recordar que más de una vez se quedó como estaba. También es que no escribía otra cosa y creo que me pasé. No he seguido, y como a nadie más se le ha ocurrido hacer de corrector ortográfico, absternerse sigue ahí, con dos erres. En vista de que aquello no, envíe alguna opinión pero muy a la defensiva y más que nada me dio por las citas y por contestar a otros lectores. A algunos (1) les ha servido de algo y me lo han dicho, otros supongo que ni se han enterado o les ha parecido una impertinencia o no sé. Repito que sé que no hay obligaciones entre posteadores. Bueno, respetarnos sí: es muy desagradable escribirle a alguien y que te vacíe un cubo de mierda encima, y eso aquí no pasa. Pero con lo que me cuesta ahora y el rendimiento -a falta de una palabra mejor- que le saco pues lo dejo aquí. Puede que el año que viene lo vea de otra manera.
(1) Recuerdo a Anlinber, Julián, al que echo de menos, Félix Rojo, Larry… No sé si olvido a alguien.