Nuevo golpe contra los arsenales de ETA. Eso dicen los titulares a la diestra de la línea imaginaria. “Golpe”, de verdad. Como si se tratara de una acción heroica arrostrando peligros sin número. Tremenda gesta en comandita de las policías de La France y L’Espagne. Después de un tiempo fisgoneando una probablemente tan bienintencionada como chapucera operación secreta para mostrar al mundo —vía exclusiva a ciertos medios, temo— que ETA está dispuesta a destruir unos cuantos cachivaches de matarile, los uniformados se suman a la fiesta. Para cargársela, claro. Aparecen en la suerte de chatarrería, se incautan del material de desecho y detienen a las personas que, con su mejor voluntad, se habían avenido a participar en lo que entendían que podría contribuir a agilizar de una vez el embrollo sin fin del desarme.
Esos son, poco más o menos, los hechos. Contados, lo reconozco, desde mi cada vez más resabiado prisma, pero sin alteraciones en lo básico. A partir de ahí, la conocida coreografía. Estos lo presentan como una gran hazaña en nombre del Estado de Derecho y aquellos como un intolerable ataque de los “enemigos de la paz”. Llama la atención que tal categoría comprende no solo a los ejecutores y ordenantes de la maniobra policial, sino a cualquiera que no esté dispuesto a comprar la moto de la bondad infinita de lo que queda de la banda frente a la maldad de los demás. Sueltan la milonga, como no me cansaré de subrayar, individuos que tiraron de pipa directamente o aplaudieron a quienes lo hicieron. Hablan, además, en nombre de un pueblo que no le ha dedicado a este asunto ni medio pensamiento.
Estamos ante una guerra de propaganda.
En este caso no veo absolutamente criticable ni reprochable en la operación policial. Nada. Hay un arsenal ilegal de armas…pues se interviene y se incauta; es lo que toca. Y da igual para que lo quieran.
Yo puedo tener en mi casa un alijo de cocaína con intención de quemarlo o destruirlo y grabarlo para expresar lo mala que es la droga; ya vale. Pero no puedo estar en posesión de esas sustancias y lo lógico es que si tienen conocimiento de ello…intervengan, me lo incauten y me detengan.
Y no se me escapa la intencionalidad política de la operación. Pero es que no me parece mal. Sí me parecen condenables otras actitudes del Estado, como mantener la misma política penitenciaria sin aliviar la situación de las familias, etc. Eso hace daño y hace sufrir a personas gratuitamente. Y no ayuda a avanzar. Y me parece mal.
Pero…no permitir a eta posturear ni dulcificar su final ni maquillar su derrota…pues…no me parece mal. ETA busca dignificar su final, evitar imagen de derrota y su rendición. Pues no veo por qué hay que permitírselo si se puede evitar de forma legal (y no veo qué hay de ilegal o de ilegítimo en que la policía incaute arsenales armas). Porque yo creo que eta no se merece ni un gramo de esa dignidad que busca.
Tuvo sus múltiples oportunidades, sentando a todos los gobiernos a negociar y forzó más de la cuenta. Al final hubo que derrotarles y se les derrotó.
¿Esquema de vencedores y vencidos? Los vencedores me dan lo mismo. No compro medallas ni grandilocuencias…pero eta…claro que ha sido vencida. ETA; no el abertzalismo, no el independentismo. No las ideas. Ahora toca hacer política y ahí sí que no hay derrotas.
Pero…¿eta? derrotada y bien derrotada. Sin paños calientes.
Y..ojalá no hubiera hecho falta derrotar a eta porque lo hubiera dejado cuando aún podía hacer daño. Pero…mientras pudo…mientras les quedó capacidad siguió matando y haciendo daño…y hubo que derrotarla. Y se hizo.
Pues es lo que hay.
Y no creo que esto ponga en peligro nada; esto está finiquitado.
Y eta no se ha ganado ni derecho a postureo ni a dignidad alguna (ya tuvo su momento de gloria con el paripé-bien montado, de Aiete; démoslo por bueno; pero ya). Y pienso que a muchos (o algunos) de los que se rasgan las vestiduras por una operación así lo que les sucede es que les preocupa la imagen de eta, quieren que eta salve de alguna manera la cara queriendo hace como que ellos traen la paz, ellos dejan de matar por su anhelo de paz y su repentino amor por los derechos humanos y entregan generosamente las armas. No. Eta entrega armas para salvar la cara cuando no le queda otra. Quiere su paripé y su solemnidad; pues ese tiempo pasó. Pudo hacerlo y ahorrar unas cuantas muertes y no quiso; hubo que derrotarla.
Me parece muy bien no concederles ni medio milímetro en ese terreno. Y a quien le preocupe la buena imagen y recuerdo de eta…él sabrá por qué. Y, repito, así como castigar a los presos y sus familias me parece cruel y dañino…no veo nada de malo en incautar arsenales de armas.