Para quien, como este humilde rellenador de columnas, tiene un recuerdo bastante vívido del momento en que un representante de HB echó una bolsa de cal viva en el escaño vacío del socialista Ramón Júregui, lo del otro día en el Parlamento Vasco es apenas la enésima muestra de que hay asignaturas pendientes que jamás se aprobarán. Y ni siquiera me refiero expresamente a la bronca que ocurrió en la cámara, sino a las palabras de justificación y aplauso que se sucedieron después. Creo que me conocen lo suficiente para imaginar que hablo de todos los protagonistas del encontronazo y de sus respectivas hinchadas. Nazi, pues tú más nazi, grandiosas argumentaciones, comparaciones de parvulario, y como síntesis, la certidumbre de que, como canta Aute, tirios y troyanos son tal para cual. Cuidado con tocarles a sus asesinos o sus torturadores, que se ponen como basiliscos.
Lo triste en que bajo esa polvareda no se ve la ley que se debatía y salió finalmente aprobada de un modo que también supone un doloroso retrato de nuestra realidad. Votaron a favor PNV y PSE, sabiendo que su intento para reparar a las víctimas de abusos policiales no llegaba hasta donde debería llegar. La abstención de EH Bildu y Podemos propició la aprobación como mal menor. Mientras, el PP de Alonso, que es el de Casado, votó en contra con su representación residual, pero blandiendo su gran comodín: el recurso al su primo de Zumosol, también llamado Tribunal Constitucional. Es previsible que las cuatro cuestiones mínimas que contiene la norma vuelvan a ser agua de borrajas porque, como también sabemos, hay víctimas que no tienen derecho a nada.
Todas las opiniones son respetables, cuando son dignas de respeto, por supuesto. La suya está rozando la frontera.
Isaac Newton ya nos advirtió que si un cuerpo (A) ejerce una fuerza sobre otro cuerpo (B), este segundo ejercerá a su vez sobre el primero una fuerza igual y de sentido contrario. Por lo tanto…, señor opinador: ¿Que prendia el PP invitando a un sindicato policial que se manifiesta sobre reivindicaciones politicas? Si, si. Ya se que lo sabemos; del mismo modo que sabemos que lo consiguieron. Así que, la reacción, lógica en ese momento de calentón, se puede perdonar. Por lo menos en mi caso.
Más dificil de comprender es que, pasado el calentón, los opinadores mas cortesanos del poder de los divinos pactistas, carguen las tintas en la reacción y se olviden de señalar que acción la provocó
Señor «José Ángel», que tenemos memoria. Tal para cual. Asesino que además torturaban y otros torturadores que también asesinaban. Los cortesanos como dice usted, creyendo el ladrón que aquí todo quisque succiona bajos, ocurre que tenemos la muda limpia de haber hecho lo uno y lo otro. Es más, lo hemos denunciado para que, como ahora, me venga la fascistada de Jusapol por una lado y sus alteregos (vg, vuecencia) a atizar con lo gordo del minipimer. Fue injusto. No eso dicen
Todo es perdonable, Sr. José Angel. Todo. Lo dice la doctrina judeo cristiana que hemos mamado. Cómo no va a ser perdonable si queremos perdonar hasta la limpieza del forro y hemos perdonado 3 años de golpe de estado mas guerra civil, más 36 años de dictadura genocida, más 34 de transición con Eta Gal y Billy el Niño, más Hidalgos, Muñecas, Manzanas, Galindos y demás banda de salvadores, sin contar Filesas, Gurtell, 11M,
Vamos a perdonar, venga, a pasar página, folios en blanco, concordia y convivencia.
Pero el arengar desde una tribuna parlamentaria a los de enfrente y caer en la trampa, en mi opinión, preparada de los bancos del PP, una vez conocido el discurso, no es propio de calentón. Es propio de malos políticos, malos gestores de la representación otorgada, impresentables por torpes. ¡Menuda propaganda a los de los dedos! Yo le perdono, desde luego, pero ya sé yo quien no va a traer la convivencia ni la justicia, cayendo en esas fáciles trampas. Decía alguien que «por sus obras los conoceréis», yo creo que más por sus «calentones les conoceréis».