Diario del covid-19 (12)

738 personas fallecidas con coronavirus en España en 24 horas. Son tres veces y media las víctimas mortales de los atentados del 11 de marzo de 2004. Junto a la brutalidad indecible de la cifra, el hecho que termina de helar la sangre: lo hemos asimilado como una circunstancia casi normal, que para más escarnio, convive con la certeza de que el siguiente balance será todavía mayor. Personalmente, me parece un escándalo de proporciones estratosféricas, máxime cuando los apóstoles de la progritud, desde su Olimpo de metacrilato, se engolfan en buscar la parte lírica de esta inconmensurable tragedia.

Incluso conociendo el paño a la micra, jamás imaginé que se pudieran convertir en género literario las aleluyas a los malotes que se saltan las medidas contra el contagio, glosados como émulos de El Lute del siglo XXI. Luego, le das media vuelta y la sorpresa decae. Las decenas de miles de seres que sufren y van a seguir sufriendo esta catástrofe sanitaria, social y económica son el mero combustible de los fuegos fatuos y la egolatría de los que están a salvo. Es decir, de los que se creen a salvo. Porque si es seguro que nunca protagonizarán uno de esos naufragios en el Mediterráneo que monetarizan con tanto fingido arte, esta vez yo no apostaría que el bicho no vaya a hacer presa en ellos.

3 comentarios en «Diario del covid-19 (12)»

  1. Podemos decir lo que queramos de las cifras, pero hay una realidad: la historia se repite.

    ¿Por qué la pandemia de gripe de 1920 se llama «española» cuando llegó tan tarde a la península? Porque solo había transparencia informativa en la piel de toro (sí, qué ironía).

    Las cifras reales de muertos son… las españolas. Se está contando a paciente infectado y muerto con coronavirus como muerto por coronavirus. En el resto del mundo no. «Neumonía secundaria» y una mierda (con perdón). Cuando te pegan un balazo la muerte se produce por balazo, no por exanguinación.

    Reconozco que creía que era mucho menos grave de lo que es. Me temo que esto… no ha hecho más que empezar.

  2. Algunas asociaciones vecinales ya están alertando de los «chivatos» emulos de hormonautas-maderos que se dedican a insultar a personas que van por la calle ( que en algunos casos son sanitarios, personas acompañando a hijos con autismo, etc).

    La rancia militarización de nuestras calles, algunos policías que se están viniendo muy arriba, este 155 encubierto con militares dando el parte semanal en Moncloa…son muchas cosas como para que algunos estemos alerta y no traguemos con la que nos quieren meter.
    Eso si, la persona que no cumpla el confinamiento y sea insolidaria con el resto de la sociedad, que se le aplique la ley. Y me parece lógico que se le afee su conducta…pero tampoco es cuestión de sacar las antorchas.
    Un saludo,

  3. Al que se salte el confinamiento y sea insolidario con el resto de la sociedad que se le aplique la ley. Ya. Y ¿cómo se hace eso sin policías por las calles?
    Y que se vengan o no arriba…pues no sé. Supongo que alguno habrá. Pero aportaría dos rollos de papel higiénico a que en la mayoría de las veces es al revés; el que se viene muy arriba y se pone muy borde es el ciudadano que va de listo y supongo que cuando, al Ertzaina de turno, ya le han tocado unos cuantos de esos en una mañana, pues terminará subiendo el tono.

    Dices a la vez una cosa y la otra. Que se le afee la conducta pero sin sacar las antorchas. Pues creo que casi todo el mundo estará de acuerdo con eso. Pero…¿dónde está ese término medio?

    A mí tampoco me gustan los inquisidores de balcón y es muy difícil de interpretar la conducta de cada cual al que ves salir de casa. Pero dejémonos de perversas maquinaciones y segundas intenciones y 155s. Esto es muy gordo. No es que nos estén tratando de meter nada ni que tengamos que tragar nada.
    Se está afrontando esto como se puede, sobre la marcha y con los recursos que se tienen. Y si resulta que unos señores con buzos blancos y gafas protectoras que están desinfectando nuestras estaciones de tren (creo que de titularidad estatal, por cierto) son militares, pues estupendo; por una vez nos sirve para algo la parte de nuestros impuestos que van para Defensa.

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