Después de varios días de mareo de perdiz, o sea, del personal, desde hoy mismo es obligatorio el uso de mascarilla en aquellos lugares donde no sea posible mantener la distancia de seguridad. Eso quiere decir que prácticamente en todos, pues tal como se ha puesto el ansia paseatoria de la peña, hasta en los ascensos a los montes se las ve uno y se las desea para no rozar a un congénere o no ser rozado por él. No les cuento la cantidad de runners sudorosos que me han rociado estos días con sus felipilllos renqueantes u otros fluidos.
Puesto que, en el fondo, no dejo de ser un miembro disciplinado del cuerpo social, seré el primero en acatar la medida, así me hostie treinta veces por el jodido vaho que, por más vídeos reenviados por guasap que mire, sigue empañando mis gafas. De hecho, antes de la entrada en vigor de la medida, ya iba con el tapabocas en mis temerosas y cívicas salidas por la rúa. Lo que no voy a dejar de hacer, sin embargo, es mostrar mi perplejidad ante los mil y un zigzags que se han marcado las autoridades públicas antes de decretar el uso impepinable del dichoso trocito de tela con filtro. Recuerdo en particular a un muy molesto Fernando Simón adoctrinando a un periodista sobre la inutilidad absoluta de las mascarillas frente a este coronavirus concreto. Pues ya ven.
Una solución para saltarse la norma es ir por la calle haciendo running o cycling.
Corriendo y pedaleando pueden echar más salivilla que los vulgares peatones, pero al ser deportista como que sus exhalaciones son más sanas. Por eso.
Está muy bien llevar mascarilla, pero la pega es que sale mucho dinero para la maltrecha economía familiar.
Las próximas elecciones deberían ser más austeras, nada de despilfarros, tener una precampaña solo de una semana o menos, y se debería prohibir buzonear propaganda electoral. Con el dinero que se ahorre, que se destine a buzonear MASCARILLAS GRATUITAS.
Que tomen nota los partidos.
El principio de precaución (está en la legislación europea) parece que no existe.
Aunque, allá por marzo, se estuviera convencido del error simoniano de que no era necesaria, se debería haber obligado a la gente a llevar mascarilla en sitio público, ya que en el peor de los casos, si no sirve de nada, tampoco perjudicaría. Tiempo habría de levantar la obligatoriedad. La referencia estaba en países, como Corea, Taiwan (muy lejos y otra cultura), pero también en Hungría, Eslovenia, Rep. Checa… en donde tampoco tenían, pero la gente se la ha hecho en casa, o se ha puesto bufandas… mejor eso que nada. Nunca se sabrá cuantas infecciones se habrían evitado, con susu correspondientes muertos.
El problema es cuando se toman decisiones políticas y se disfrazan con razones científicas.
El doctor Bacterio sigue actuando…
Hace dos meses Trump dijo que a falta de mascarillas con una bufanda era suficiente. Y el mundo se le echó al cuello de qué manera. Ahora, sesenta días después, todo vale en cuestión de máscaras, como en el carnaval. las quirúrgicas, las PP2qrs, las de válvula, las que hizo la abuela….y las bufandas.
Pues mira, yo creo que es mas facil que todo eso o por lo menos asi lo veo yo.
No es cierto que el coronavirus este entra por las vias respiratorias, o sea la nariz y la boca?
No es cierto que para que eso no ocurra nos mandan poner una mascarilla? porzierto carilla.
Y yo pregunto no es mas facil, mas barato si, que cuando nos vayamos a cruzar con alguien, hagamos una apnea dos metros antes y dos despues? Pues yo creo que seria suficiente. si me apurais 3 metros. Aguantamos todos o no?
Eso si, para tener una conversacion se puede tener a gritos o bien, si es mas reservada con una mascarilla, pues hablando con la mascarilla tambien tienes que gritar para que tu interlocutor te escuche lo que dices con claridad.
Pues eso lo mas importante es disciplina, o sea evitar contagiar y ser contagiado.
Vamos a ver: ¿las autoridades competentes (sic) nos han estado mintiendo como bellacos desde hace tres meses o nos mienten ahora? Si ha sido lo primero tienen una CULPA DOLOSA de juzgado de 1.a instancia, si es lo segundo solo se entiende si algún cuñado de algún alto cargo tiene una empresa dedicada a la venta de mascarillas.