Celebro hasta el atragantamiento de risa la mala sangre que gasta el facherío patrio tras la presentación del anteproyecto de la ley de Memoria Democrática. Sus lacrimógenos graznidos me suenan a música celestial, al tiempo que me confirman (como si lo necesitase) que padecemos una plaga de cabras que tiran al ultramonte, por más que vayan disfrazadas de constitucionalistas fetén. En cuanto rascas con una moneda de cinco céntimos, los aleccionadores de la tribu en materia de libertades fundamentales se revelan como jaleadores del bajito de Ferrol y sus mil y una villanías. Ahí se jodan.
Anotado lo anterior, dejo constancia aquí de mi estratosférico escepticismo ante la enésima cortina de humo parida por el siniestro gabinete de engaños y embelecos del (falso) doctor Sánchez. Siento decirlo, pero el tufo a brindis al sol es insoportable. De entrada, ese nombre gilipollas que le han puesto a la cosa nos pone sobre aviso de la intención de enseñarnos un pajarito para tenernos distraídos a tirios y troyanos, es decir, a partidarios de la revisión crítica del pasado y a los que echan las muelas ante eso mismo. Lo que se nos promete ya estaba contemplado hace un decenio en otra ley, la de Rodríguez Zapatero, cuyos primeros incumplidores fueron los que la promulgaron. En dos palabras, menos lobos.
Tambien es de notar que muchos defensores de la libertad de expresión, de los que se opusieron al cierre de Egin o Egunkaria, celebren la anunciada ilegalización de una Fundación solo por sus ideas.
A mí también me parece que el (todavía) anteproyecto de ley va a ser otro brindis al sol. Eggpain (permitidme llamarla así, es por el sentimiento que me produce), tiene problemas que siguen haciendo imposible que se reconcilie con su pasado.
Los jueces franquistas son uno de ellos, por supuesto. El dictador dejó atadas y bien atadas algunas cosas fundamentales para la convivencia entre españoles, y la judicatura es una de las más importantes. Hay tantos jueces exfalangistas y opusdeistas que el espíritu del franquismo sigue vivo y sobrevolando nuestras vidas.
Pero quizá lo más importante es la cantidad de ciudadanos (perdón, súbditos) que se consideran a sí mismos triunfadores de la guerra civil y que todavía no han perdonado a los rojos y a los separatistas que se opusiesen al glorioso alzamiento nacional. Aunque parezca mentira.
Y por cierto, el daniel que hace el primer comentario a esta entrada debe ser uno de esos eggpainoles a los que me refiero, porque dice que van a ilegalizar la fundación Francisco Franco «solo por sus ideas».
No, daniel, no se la va a ilegalizar por eso. Y tú hueles a facha de forma repugnante. Ya tenemos otro troll en los blogs de Deia.
Quien mucho abarca poco aprieta y parece que aquí hay algo de eso. Sí huele a postureo.
Al hilo de este tema..ayer vi las imágenes de una mujer delante la la fosa de su padre fusilado recién abierta. Ella es ya una anciana. Le entregaron en anillo de casado de su padre que estaba en la fosa y se agarró al mismo rompiendo a llorar, emocionada.
A mí esas imágenes me generan múltiples sensaciones. Una inmensa tristeza y una gran ternura. Eso es lógico viendo a una persona ya tan mayor y fráfil derrumbarse de emoción y pena.
Al mismo tiempo me generan una enorme rabia de pensar en la miseria moral, la ruindad, la crueldad, la maldad en esencia de quienes desdeñan estas exhumaciones o incluso las ridiculizan y quieren obstaculizarlas.
Y va en la misma línea de quienes expresaban júbilo por un suicidio o quienes atacan la placa en memoria de Ordoñez.
Seguro que ha habido tiempos más duros que estos, más violentos, más salvajes, más difíciles…pero más miserables…lo dudo.
Inteligente el artículo de Vizcaíno.
Iba a escribir sobre ello pero Fernando lo ha hecho mejor.
Por cierto Fernando, el tal Daniel será el mismo facha reventador de blogs y blanqueador de franquistas que firma con apodos-nicks distintos en el blog de Iñigo landa. Ni caso.
Por qué sino se preve ilegalizarla?
De acuerdo en todo con el sentido del artículo de Vizcaíno, Fernando Cuevas, Cáustico y Larry. Mi temor es que a lo más que se llegue, (sería mucho más que un brindis al sol) sea a tapar la necesidad de compensación emocional de las personas afectadas directamente, con lo que nos quedaríamos en una satisfacción de tipo personal e individual (a mí no me serviría, pero comprendo el deseo de paz emocional de aquel al que el estado le reconoce el daño). Voy a que a esta ley habría que darle también un componente público, didáctico y regeneracionista.
Las familias, la justicia y la dignidad quedaron rotas, y hay que rescatar y reparar ese daño, pero también quedó muy malherido el sentimiento moral que lleva la democracia, la superación del individualismo materialista por lo excelso que tienen los afanes por el bien común, la solidaridad, la igualdad y la cultura de lo público.
El rescate de cuerpos y memorias debe ser un escupitajo a la cara de los que aún piensan en que hubo alguna justificación falsa por un bien superior, por un destino superior a la dignidad de las personas.
El mal se hizo contra la convivencia civilizada, contra la «instrucción pública» (maravillosa denominación que se debería recuperar para el ministerio o consejería de educación), contra el deseo de decidir en común nuestra existencia, incluyendo al que no piensa como nosotros.
Es una oportunidad para fundar un nuevo contrato social que excluya la violencia de cualquier engendro de ideología política que avasalle a otra. Alemania lo hizo con el Estado Federal y Francia con la V República.
Estimado Cueva Iturbe. Le informo de que he borrado otro comentario suyo. El debate está muy bien. El insulto, incluso a comentaristas anónimos, no procede.
Estimado Javier,
Pido perdón y no volverá a ocurrir.
Saludos.
el fascismo no tiene un pase y hay que poner pie en pared porque significa acabar con
la democracia
Cuidado con ellos que están muy crecidos y resucitando como los zombies ..