Me he pasado las últimas horas poniendo la oreja a conversaciones ajenas. Sin rigor estadístico alguno, he constatado que cerca de la mitad de esas charlas robadas tenían como asunto el inmenso pifostio de la vacuna de AstraZeneca. Había valientes que decían que no tendrían el menor reparo en chutarse una dosis del antídoto de marras y también personas muy ponderadas que sostenían lo obvio, que el riesgo es incomparablemente inferior a los beneficios. Estamos hablando de un muerto por cada millón de pinchazos frente a miles de vidas salvadas. Ahí llegaba la apostilla de no pocos de mis espiados: eso, si damos por cierto lo que nos han venido contando, cuestión que no resulta nada fácil a la vista de los sucesivos espectáculos de las últimas semanas y no digamos de los incontables cambios de criterio sobre las franjas de edad para las que es adecuada.
La conclusión es que se ha instalado la sospecha y va a ser muy difícil restaurar la confianza. Los antivacunas se están dando un festín en medio de esta ceremonia de la confusión. Ocurre esto justo cuando parecía que la mayoría de la población había entendido la necesidad de vacunarse y también cuando empezábamos a coger ritmo en la inmunización. ¿Cómo arreglarlo? Con una herramienta que las autoridades sanitarias usan regular: la comunicación.
Hemos cometido el error de menospreciar y ridiculizar a los negacionistas o incluso darles la cartera de educación y cultura en la exótica Murcia.
Poquito a poco van consiguiendo meter el miedo en el cuerpo o la desconfianza en las mentes más proclives a ello.
Desastres, noticias falsas y caos organizado como el de Ayuso también han puesto su granito de arena para el revoltijo mental.
Sumamos la afición de algunos políticos y medios a hablar o escribir sin tener ni puta idea de lo que dicen o las titubeantes declaraciones de los diversos portavoces políticos sanitarios. Añadimos la torpeza de la UE, la electoralista politización inmoral de la sanidad en el estado español, el silencio gansteril de algunas farmacéuticas y el acojono del personal tras 14 meses de lo mismo que pasa lo que está pasando.
O así más o menos, que tampoco estoy seguro de nada.
Buenos días, don Javier.
Bueno, creo que no hay por qué alarmarse. Son tres meses de plazo hasta que nos den la segunda dosis, y para entonces ya habrán encontrado una vacuna para la vacuna.
Un saludo
Va a ser difícil recuperar la confianza después de todo el barullo a nivel mundial con la dichosa vacuna.
Por supuesto que el riesgo de uno por millón es ínfimo, el problema es saber a quién le va a tocar ser ese uno.
De momento yo me alio con los cobardes, aunque creo que no es mi franja de edad, pero… vaya uno a saber todavia en que queda este
preocupante lio.
Si Javier, la COMUNICACIÓN es muy importante. Lo sabes, eres un profesional de la COMUNICACIÓN, pero también sabes que para que ésta sea efectiva, es necesario un clima de confianza entre el «emisor » y el «receptor «, además de la veracidad de lo que se comunica.
Y desde que comenzó la pandemia no ha sido esa, precisamente, la forma que COMUNICACIÓN.
Tal vez por ignorancia, desconocimiento, improvisación, dispersión en los contenidos, contradicciones, y con todo eso la desconfianza del «receptor» está asegurada.
Y no quiero pensar, aunque podría, en mala intención e intereses económicos en todo este pifostio (por utilizar un término tuyo) sobre las vacunas.
Pues más vale que la restauremos porque sin vacunas el riesgo es mucho mayor
Demasiada información que nos confunde en lugar de informarnos correctamente
Antes los médicos explicaban lo justo al paciente a sabiendas de que cierta información a quienes somos ignorantes del tema o se explica muy al
detalle o puede ser confusa y mal interpretada por el paciente creando más ansiedad
Los prospectos informativos de los medicamentos solemos decir que mejor no leerlos y así lo hacemos mucha gente
sencillamente pensamos que si nos lo manda el médico tenemos que tener confianza siendo conscientes de que el riesgo cero no existe .
Yo solo miro cuando compro algún medicamento por mi cuenta sin receta pero si me lo manda tomar mi médico no lo cuestiono .
Solo diré que Astra Zeneca tiene más casos de efectos secundarios por haber sido la vacuna que más se ha utilizado, pero a efectos estadísticos es pfizer la que más efectos secundarios graves esta generando, pero como los vacunados por esta vacuna son dos y un tambor, pasa desapercibido.
Aquí lo que hay es una guerra entre laboratorios, gobiernos, y cada uno va a su bola según sus intereses, y así nos va. Una prueba más de que Europa no existe ni existirá como unión de nada.
Por lo demás, recomendar a la gente que no lea los prospectos de fármaco alguno, ya que hasta el paracetamol causa más casos de trombos que esta vacuna, y la gente se las toma cual gominolas.
Pues te voy a contar algo que me ocurrio ayer, mi esposa y servidor nos encotramos con una pareja conocida de años, y claro tema pues eso de la vacuna decian eso de para arriba para abajo de que si patatin que si patatan, que no es segura que no saben de tanto royo de que si los trombos que si la abuela fuma, que si anda en bicicleta y que ellos no se iban a vacunar pues no se fiaban.
Yo les conteste diciendo que entonces es que no se fian de la medicina, de los medicos y que nosotro si nos vacunaremos. Porzierto les dije cuando un medico os receta aspiricen u otro medicamento seguro que lo primero que haceis es leer el prospecto del medicamento y si pone alguna contraindicacion automaticamente no tomais la medicina o si? contestacion pues si. Entonces a que viene esto de que no os fiais de los medicos sobre este medicamento.
Mi sentencia: sois unos cantamañanas que os dejais llevar por los bulos y evidentemente no os preocupais por vuestra salud, que tengais mucha suerte y que no os pille el carrito de los helados.
El “carajal” que ha montado la UE con el tema de las vacunas es mundial. Creo que las carcajadas de los “brexiters” se escuchan desde Vladivostock. Ha sonado la campana para que cada país, región, ciudad libre, vizcondado o señorío se busque la vida por su cuenta en esto del suministro de vacunas; Alemania encabeza la estampida. ¡Y para algunos la culpa la siguen teniendo los murcianos, los marcianos, los negacionistas, Ayuso,… cualquiera menos los que DE VERDAD ostentan el mando en plaza! Es cierto que existen “negacionistas”, pero es más cierto que existen muchos más “tragacionistas”, que son más peligrosos. ¡A ver si Ayuso o la consejera marciana, o murciana, no sé bien, va a tener la culpa de que Baviera contacte con los rusos para adquirir la Sputnik 5! Así que Erdogan le coloca a la Úrsula en un rincón, para que no perturbe la conversación entre gente importante, Putin se carcajea de Borrell, ministro de Exteriores ruso interpuesto y a la UE no la toma en serio ni perico de los palotes. Es lo que hay; nos esperan tiempos bizarros.