Rusofobia

Aunque ahora anda recogiendo cable y acogiéndose al comodín de la tergiversación de sus palabras, la rectora de la Universitat de València, Mavi Mestre, ha instado a volver a su casa a los diez alumnos rusos que cursan sus estudios en el centro académico. Según ella, se trataba de una amable invitación “por su propia seguridad”. Lo que no ha explicado es qué tipo de peligro puede acechar a los estudiantes en la capital del Turia. Como le reprochan los miembros de la plataforma de profesores asociados de la propia institución, “la universidad tiene que ser un espacio de paz y encuentro”. Pero la rectora ha preferido ser más papista que el papa y descargar sobre los jóvenes una decisión para la galería y que, en todo caso, debería dirigirse a las instituciones rusas y no a sus ciudadanos. Estos diez alumnos no deben ser los paganos de las acciones del tirano sin escrúpulos que los gobierna.

Y creo que es bueno que se nos meta a todos en la cabeza, porque más allá de exageraciones mononeuronales como tratar de prohibir un seminario sobre Dostoievski en una universidad de Milán, empezamos a ver cancelaciones de actividades culturales con presencia de personalidades rusas. O, como poco, llamamientos al boicot. En ningún sitio se debería sucumbir a esa grosera atribución de los crímenes de unos pocos a todo un pueblo, pero menos, en el nuestro. Los vascos sabemos lo que es cargar injustamente con el baldón de los crímenes de ETA cuando éramos nosotros los que los sufríamos en carne propia. Basta media gota de empatía para comprender que también los rusos son las primeras víctimas de Putin.

4 comentarios en «Rusofobia»

  1. Este sensacionalismo extremo que estamos viviendo, viendo solo una cara de la historia, no solo afecta a los rusos sino a otras personas que nada tenemos que ver con Putin, pero que por nuestra cercanía a Rusia (lazos familiares) estamos siendo estigmatizados, incluidos nuestros hijos.

  2. No es bueno confundir la parte con el todo.
    Dice bien Javier cuando recuerda aquellos tiempos en los que para una gran mayoría, «todos los vascos éramos ETA».
    Algunos nos los decían en plan de broma, pero otros lo hacían con toda la mala leche que podían.
    Y es un defecto muy generalizado. Tenemos una gran facilidad para utilizar el «todos»: Todos los políticos… Todos los periodistas, Todos los hombre o Todas las mujeres….
    Y eso, además de ser injusto, es inexacto. Lo que que demuestra es que a quien lo hace, le falta conocimiento y le sobra maldad.
    Tenemos que ir cambiado el «todos» por el «este», el «ese» o el «aquel», con nombres y apellidos, pero para eso hay que saber lo que se dice y tener, ademas de pruebas, valor para hacerlo.
    El que esté libre de «culpa» que tire la primera piedra.

  3. La propaganda que se hace es descarada
    Yo veo una invasión y un desastre humanitario , un genocidio que no justificó de ninguna manera , en eso estamos todos de acuerdo pero mucho ha tenido que ver el caso omiso a las advertencias de Rusia de no acercarse a sus países limítrofes también tienen mucho que ver
    Así que miremos también los errores políticos de este lado de la película .
    Por supuesto los ciudadanos rusos en general no tienen ninguna culpa y además tampoco tienen voz ni allí ni aquí

  4. No lo sé, yo veo una distinción clarísima entre no odiar todo lo ruso porque es ruso y tener claro un hecho simplemente indiscutible, que el pueblo ruso está preso de una alucinación totalitaria y genocida. Por lo tanto, «alguna» consecuencia debe darse.

    Porque, mirad, hay una clara diferencia entre «sois rusos, largaros» y «sois rusos, estáis apoyando públicamente un genocidio, largaros».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *