¿Revisión crítica del pasado? Venga, va. A ver quién es el primero que da un paso al frente para confesar que tales días como estos de hace treinta años conoció por un chauchau del enterado de turno de la agrupación local que a Lasa y Zabala les estaban apretando las clavijas en el palacio de La Cumbre de Donostia. O que también supo por otro susurro que la cosa se les había ido de las manos a los carniceros y que el todopoderoso Rodríguez Galindo, con el visto bueno de muy arriba, había dado la orden de echar unos sacos de cal viva sobre el asunto. Y que ni una ni otra noticia le provocó la menor inquietud. Dos menos, ojo por ojo. Querían guerra, pues la van a tener. ¿Sucia? Bueno, la suya tampoco es que sea muy limpia.
Valdría la misma secuencia, unos meses después, para el secuestro de Segundo Marey, la primera acción reivindicada y sellada con el anagrama de la serpiente con la cabeza cortada por el hacha. Ni siquiera la certeza desde primera hora de que se estaba reteniendo a un pobre desgraciado sin ninguna relación con ETA hizo que nadie mostrara la menor incomodidad. Al contrario, alguien con corazón de hierro decretó que de tanto en tanto no estaría mal que cayera alguna víctima colateral, porque eso haría que la población de Iparralde presionara al gobierno francés para acabar con el supuesto santuario. La chapucería de los pistoleros a sueldazo del fondo de reptiles se convertía en estrategia. Los que estaban en el secreto, que eran decenas, si no cientos, callaron… o directamente justificaron.
27 cadáveres y 40 heridos en cuatro años, ahí queda la marca de los GAL. Como un mal menor, como algo que no hubo más remedio que hacer, como una anécdota en comparación con los números de enfrente. Tres decenios después, y con no pocos testigos y protagonistas todavía en primera línea política u otros que se han trepado hasta ella, también como un asunto que no se debe remover.
Siguen justificándolo los implicados .
El GAL se destapó como impacto mediático pre-electoral,y cumplida su misión quedo aparcado, y olvidado utilizándolo de vez en cuando para demostrar «trasparencias» y «democracias» varias, pero lo real son cada una de las víctimas, su familias, amigos que no recibieron los aplausos, ni los abrazos de principes ni ministros, ni pensiones ni nada.
Silencio, y más silencio junto a excarcelaciones vergonzosas,Rodriguez Galindo ,indultos y libertades a torturadores y asesinos.
Es así.
Pero el GAL no sé si tiene treinta años,o más… ha ido cambiando a lo largo de los años de nombre: ATE, Batallón Vasco Español; Guerrilleros de CRisto Rey; y tantos otros representantes del terrorismo de estado.
Será por que a algun@s todavia nos escuece la absoluta falta de moralidad del «mas han matado esos otros», o tal vez porque en el fondo a casi nadie se le escapa que detrás de todo aquel trabajo de fontaneria sangrienta habia un motivo exclusivamente monetario, o de interés crematístico (coño, odio tanto esta palabra que he tenido que encajarla en un tema tan castizamente español), osea, que en el fondo fondo fondo, solo eran unos putos mercenarios.
Es decir, unos putos.
Como la utilización periodística del affair GAL del negociado de Pedro Jota contra el gobierno de Gonzalone y en general, del uso de sus crímenes como un ariete contra el que empujar un poco mas al corrupto régimen que instauraron los del puño y la rosa.
Ni han pagado, ni pagarán, y eso es lo que echa mas sal a la herida, que salvo unos cuantos allende El Ebro que creian verdaderamente que «alquien tiene que hacer algo», los que conocían mas mal que bien la Trama Verde de Intxaurrondo, y el frustrado intenta del Fiascal Navajas por investigarlos desde su despacho en Donosti se quedaron (nos quedamos) con la vieja sensación de que España está en Europa porque no queda mas remedio y en general no supuso mas que otra muestra cutre, violenta y rapaz de quienes heredaron los privilegios del régimen anterior sin haber pagado peaje en «esto», sea lo que sea.