Sí, otra columna sobre el churumbel de la diputada Bescansa. Ovación y vuelta al ruedo para el mago de la propaganda podemita —probablemente, Iglesias Turrión en persona— que atinó con el modo de agenciarse el protagonismo de la jornada de apertura de la nueva temporada del pardillo en la Carrera de San Jerónimo. Nadie se llame a engaño. No hubo nada casual ni espontáneo. El catecismo morado, compendio de todas las demagogias que a lo largo de la historia han sido y siguen siendo, contiene el mapa detallado de los resortes que hay que tocar para obtener la máxima eficacia comunicativa. Y si es necesario utilizar como reclamo una criatura, se utiliza sin el menor reparo.
El triunfo de la estrategia es seguro. No solo por las tiernas imágenes que se consiguen de saque. La parte mollar viene con el debate trapacero que se organiza inmediatamente. Que si igualdad, que si conciliación, que si naturalidad. Cualquiera que entre en ese jardín, como servidor ahora mismo, es susceptible de ser despellejado por las milicias progresís enarbolando argumentos irrefutables. Lástima que uno esté ya muy mayor para comprar esas motos trucadas.
Si algo hizo la escañista Bescansa fue demostrar un desprecio sideral por el trabajo —sí, es un trabajo— de representar a la ciudadanía. Le puede echar toda la música de violín que quiera, que con un bebé en brazos es imposible desempeñar la tarea que le han encomendado las urnas. ¿Acaso si fuera albañil se subiría al andamio con el niño? No, y menos, disponiendo, como ocurre en las Cortes españolas, de un servicio de guardería que ya quisieran las y los currelas de a pie.
Estoy de acuerdo en que es un truco de propaganda, populismo o como se quiera llamar. No estoy seguro de que sea un buen truco. Es tan obvio y burdo que…sólo es efectivo entre su propia clientela; o sea; que no vale para nada.
Y a los que miramos con buenos ojos a Podemos (yo lo hago; no entiendo del todo la tirria que les tienes), a quienes los vemos como un fenómeno muy interesante y necesarios, estos excesos de postureo nos hacen recelar, dudar.
Para mí, esto les hace perder puntos.
¿Es incompatible tener un niño en los brazos con la sesuda tarea de levantarse cuatro veces del escaño, meter un papelito en una urna, volver a tu escaño y jurar o prometer el cargo, en el peor de los casos, soltando un rollo? En eso consistió la sesión de ayer me parece. El día que una diputada o diputado lleven a su hijo a la tribuna cuando defiendan un proyecto de ley o esten haciendo carantoñas a su bebé cuando tendrían que estar escuchando a un ponente creo que se podrá decir que muestra un desprecio «sideral» por el trabajo de diputada.
Y perdón por ser de la desnortada progresía.
Es simplemente curioso y dice mucho de quienes solamente repararon en el hecho de ver un bebé ayer en el hemiciclo político.
A mi me sorprendió mucho mas reconocer entre sus señorías al diputado aforado e imputado, Sr. Gómez de la Serna. Será que cómo estaba agazapado detrás de una columna nadie reparó en su presencia.
Curioso, muy curioso.
En la pregunta está respuesta. Serna estaba perfectamente oculto tras los numeritos circenses. Sí, sí, y sí. Extraños aliados.
Pose, pose y más pose. Teatralidad de personajes sin ideas propias. Un señor como el trincón Uralde que hace la pamema de recorrer cien metros en bici y se equivoca de entrada demostrando de paso que lo suyo con las dos ruedas es solo para fotos. Un señor como el Iluminado que, copiando a Obama o a Lina Morgan, se echa una llorera más falsa que las del cocodrilo. Una señora, hija de buena familia y profesora por cooptación de sus amigos, que acude con su bebé al Congreso pero deja en los pasillos a la niñera que tiene contratada a jornada completa, y metiendo la pata, desde una perspectiva igualitaria, al mencionar la conciliación pero resaltando que para ella cuidar a los hijos es cosa de mujeres.
Pues sí, lo suscribo enterito enterito.
Demagogia y eficacia comunicativa, en ambos terrenos los de Podemos se mueven como pez en el agua. Han nacido y crecido en unas condiciones ideales para prosperar políticamente: una crisis económica, social y política (y sobre todo, moral y de confianza) brutal y un dominio absoluto de los medios de comunicación y de las redes.
Lo de la «democracia formal» creo que les parece un invento burgués y se van a afanar en minusvalorar el foro parlamentario todo lo que puedan y más. Y en otoño les tendremos montando el Circo Ringling en el Parlamento Vasco.
Mucho espectáculo de luz y de color al principio, pero luego hay que debatir y contrastar con la realidad (o sea, con los demás) lo que uno propone… Por aquí sabemos bastante de los que creen que el mundo ha empezado con ellos. Pero en cuanto hay que pasar de la manifa, el lema y el discurso perfectos, a gestionar la tozuda realidad diaria y sus infinitas contradicciones, se estrellan.
La democracia es muy vieja, pero tanto como ella la demagogia. Nada nuevo bajo el sol.
Me sorprende tu columna. En un país de corruptos, de castración sistemática de libertades y de degradación del Estado de derecho por sistemas varios, que una diputada haga lo que hacen muchas otras en Europa y esto provoque hasta columnas de opinión, solo me hace seguir pensando que estamos en Europa como auténtico accidente geográfico, porque socialmente tenemos el Atlántico a la derecha. No soy «podemita» pero hasta mi madre de 80 años está sorprendida con que se hable de ese niño, como si eso fuera noticia de algo. Estamos muy enfermos, chorros de tinta por esto… es que nos merecemos todo lo que pasa.
Pasarse de frenada se le suele llamar a esto. Que si un bebé en el congreso, que si un micro discursillo cada vez que nominaban a algún anarquista antisistema, que si bicicletas, que si bandas de música…De verdad, todo esto es peligrosísimo; a dónde vamos a llegar! Parece que a los chupiguays de la otra parte todo este postureo más o menos medido es lo que les acojona, repremonitorio del apocalipsis. Pues qué queréis que os diga, me acojona muchísimo más (dónde va a parar…) todo el postureo continuo de los partidos tradicionales, incluido el del PNV, al que los reyes socialistas de centro derecha le han traído una silla, mientras se siguen olvidando del injusto y, éste sí, acojonante encarcelamiento de Otegi y Cía. Sin casi oírles nada acerca de todo lo ocurrido la última década respecto a los cierres de diarios y radios vascos y las detenciones seguidas de torturas de responsables de estos medios. El ataque a AEK y la pérdida de los puestos de trabajo, y de la dignidad. Los ataques judiciales y mediáticos día sí día también al independentismo catalán o vasco…
Joder, un bebé en el congreso, el mundo se acaba.
Javier, para demagogia tu ejemplo del albañil. No veo qué problema hay en llevar un niño a un «trabajo» en el que las señorías ocupan su tiempo jugando al pasapalabra (o lo que sea) y la presidenta del tinglado juegue al Candy crush ese mientras se duscursea desde la tribuna de aburridores.
Hay algo que nunca entenderé. Es la manía de mezclar temas..o de reprochar que si hablas de un tema resulta que te importan una higa el resto de temas o que los pones a la misma altura o no sé qué.
Vamos a ver; este tema del bebé…tiene su discusión; su punto. la prueba…esta es una de las entradas de Javier que más comentarios está suscitando. No es el tema más importante de lo que llevamos de siglo, obviamente, pero…se presta al comentario: sin más. No va más allá.
Y sobre el tema pues, como se ve, hay posiciones distintas y además es que creo que hay argumentos válidos para ambas posturas.
Pero lo que no me vale es decir que como se dedica una columna a esto…se pasa olímpicamente del encarcelamiento de Otegi, de la corrupción, de los refugiados, o del hambre en el Africa subsahariana.
Porque es que entonces no se puede hablar de nada. Siempre sale uno que te dice «¿Y no dices nada de aquello y de lo otro que es mucho peor?» Pues no; ya sé que es mucho peor pero no puedo hablar de mil temas a la vez; ahora hablo de esto y otro día hablaré de otra cosa de más enjundia y otro día de otra chorrada.
Es como cuando la gente sale a la calle a celebrar un triunfo deportivo (ya sea del Athletic…de la Roja…aunque suele suceder cuando es en Madrid donde se celebra algo). Siempre sale alguno diciendo: «hay que ver; con el paro que hay y la corrupción y esto y lo otro…y estos «engañaos» ahí celebrando esto».
Pues oiga, sí. Que me haya llevado una alegría porque el Athletic haya ganado la Supercopa (bueno; yo soy de la Real…pero es que no me ganan nada) y lo celebre..no quiere decir que no me importe estar en el paro y que no me indigne con la corrupción, etc, etc.
Pues lo mismo.
Aplaudo,que en el Congreso tengan guardería, no sé si en Gasteiz, también, en el Gobierno Vasco.Sé que en la UPV había.Ojala que Podemos, defienda esta posibilidad para las mujeres trabajadoras, en hospitales, centros de salud, fábricas, grandes almacenes, etc.Ojala Sra Bescansa, defienda usted esta posibilidad, con uñas y dientes ya que estamos y podemos pedirlo….¿no?… ah su hijo precioso, oiga, usted.
Yo no me quejo de que se trate este tema, ni mucho menos, si no no intervendría. Simplemente discrepo del tono apocalíptico que usan algunos cuando los nuevos «chavistas» montan algún numerito o hacen postureo, como si sólo lo pudieran hacer los clásicos. He leído críticas porque en sus comienzos abundaban en las televisiones porque eso era lo que hacían los políticos tradicionales y si ellos querían renovar la política no debían de hacerlo como aquéllos, como la «Casta». Yo no soy votante de Podemos, aunque se puede entrever que simpatizo en cierta medida con ellos, y creo que ciertos numeritos publicitarios les sobran y les pueden afectar negativamente, pero ese tono tan inquisitorial que a menudo se usa para criticarlos me parece obsceno precisamente porque cuando los clásicos nos atormentan continuamente con lo desvalidas y olvidadas que están las víctimas del terrorismo, perdón, de ETA, y montan una charla aquí, un museo allá, el nombre de una calle no sé dónde, entrevistas y programas documentales sobre el tema, cine, concentraciones, etc, pase el tiempo que pase y esté la situación como esté mientras otras tropelías típicas de dictaduras bananeras se silencian, se manipulan, se intentan tapar o, lo que es peor, se justifican impunemente. De eso me quejo, de ese tono, que no me parece que se lo merezcan, porque pueden resultar rídiculas para algunos estas posturitas pero tienen un trasfondo y una intención loable. Otros no pueden decir lo mismo de su postureo.
Es muy evidente, Javier, que en PODEMOS dominan el arte de la propaganda. Criticarlos porque la usan con más eficacia que otros me parece un despropósito. La propaganda existía con anterioridad a PODEMOS, la apelación continua a las emociones, también (se utilizaba y existía con anterioridad a PODEMOS. ¿Qué es lo que molesta? ¿Que PODEMOS sepa utilizar muy bien las armas que llevan utilizando, y usan, los demás toda la vida? Eso es una.
La otra es la acción en sí. LLevar a un bebé y amamantarlo en el Congreso de los Diputados. Es verdad que sus señorías tienen guardería, y otras muchas cosas que les permite conciliar la vida laboral y familiar. Pero en este lugar al sur de Europa la mayoría de mujeres trabajadoras no disponen de «tanto lujo». Aquí se es más de que se queden en casa o de no contratarlas cuando ya son madres de un bebé e, incluso, cuando se sospecha que podrían quedar embarazadas al poco de firmar un contrato de trabajo. Y no hablemos de las presiones para que abandonen su empleo, a ser posible con la indemnización más rácana posible, cuando acaban de ser madres. El propio permiso por maternidad, o paternidad, es irrisorio, típico de un lugar al sur de Europa. En fin, que la propaganda de PODEMOS, además de ser muy efectiva dado el perfil de la competencia política y de la oposición mediática, puede entenderse, si se quiere, como apoyo a la situación actual de la mujer trabajadora, aunque es cierto que desde la «progresía» y el feminismo se han hecho críticas muy potentes y muy bien fundamentadas.