¿Vamos cuesta abajo y sin frenos a la casilla de salida? Espero sinceramente que no, pero los datos, las actitudes y las declaraciones me hacen temer lo peor. Hay un sospechoso parecido entre lo visto y dicho estos días con lo que ocurrió a finales de febrero y principios de marzo, esa época que para siempre quedará en tinieblas, porque a ver quién es el guapo que osa señalar la sucesión de pésimas decisiones que se tomaron entonces, vaya usted a saber si por inconsciencia o porque algún mengano con implante capilar decidió que unos muertos arriba o abajo no se notarían.
Pero esas aguas pasadas no mueven, de momento, el molino actual. O sea, el remolino de la multiplicación de contagios de día en día. “No es una segunda oleada”, nos dicen los mismos que al final del invierno nos juraban que todavía estábamos en fase de contención. El clavo ardiendo al que quiero aferrarme es que este torrente desbocado de positivos por ahora no va acompañado de hospitalizaciones en masa ni de ingresos en UCI. Más por fe que por capacidad de raciocinio, quiero creer que en esta ocasión la gravedad será menor, entre otras cosas, porque, por lo menos, tenemos suministro de mascarillas e hidrogeles. Peor andamos, sin embargo, de memoria, de solidaridad y de sentido común. Y cómo lo gozan los cuantopeormejoristas.
Los jóvenes, en general, no serán hospitalizados. Alguno sí, y alguno morirá. Una cantidad no muy clara quedará con secuelas de por vida. De todas formas, eso es desde el principio de los tiempos el peaje que todas las generaciones le pagan a su propia juventud estúpida.
Y si esto fuera un país cualquiera en el que los jóvenes de veintipocos están viviendo por su cuenta, ahí se acabaría la cosa.
Pero con un alquiler imposible de pagar, la emancipación es una quimera para esos infectados. Así que conviven con sus padres y estos tienen todas las papeletas para infectarse.
Ah, la ironía. A la generación boomer le trae la peste a casa la generación a la que los mismos boomers negaron el acceso a la vivienda propia porque tenían que proteger el ladrillo a toda costa. El ladrillo no se come. Y no te inmuniza contra enfermedades.
Sobre lo que te pregutnas de si va a haber cierres. Sí. Los va a haber. Quizá mo tan bestias como la anterior vez.
Y mira que era yo tan feliz reconociendo que me había equivocado sobre la extensión tras abrir terrazas y bares. Pero, nada, ni un mes…
Pues mientras unos vivimos ciertamente acojonadillos, los otros andan apretujándose en las playas o en las tascas, montando botellones caseros u organizando partidos de fútbol entre infectados y no infectados, por no hablar de los sociópatas que lucen mascarilla en la papada o en el codo.
Dado que nadie sabe aún cómo funciona el bicho, que la responsabilidad debe ser de todos o nos damos la hostia todos, por lo menos que los políticos cretinos no comiencen como Casado ha hecho ya echando infectados sobre espaldas ajenas.
Hace unos días un yanki que consideraba un engaño lo del virus y que buscaba contagiarse para demostrar que era una chorrada lo hizo y estiró la pata.
Un buen ejemplo a seguir para algunos, pero por favor mientras lo hacen no molesten a la gente normalita.
Así empezamos, primero contención luego contención reforzada y después confinamiento total.
No voy a disculpar la irresponsabilidad de los jóvenes que la tienen, como la tienen sus padres que les permiten pasar las noches fuera sin ningún control, pero como siempre los irresponsables son los hijos de los demás.
Hoy las imágenes de las playas no son nada halagüeñas y en ellas se ven más «viejos»en espera de pillar sitio que a jóvenes.
Por cierto a la 6:45 un viejo con su perro bajaba de Gastizarro mientras más abajo cuatro chavales quinceañeros intentaban encontrar su casa.
El hombre y la mujer son los únicos animales que tropezarán siempre en la misma piedra
Usemos y todos los medios preventivos que tengamos a mano para evitar daños irreparables y otra «encarcelación».
Ahora si tenemos mascarillas, guantes todavia no, todo llegará…
Un saludo.
Según cuenta hoy DEIA bastantes de los jóvenes contagiados se niegan a facilitar sus contactos para rastrear el foco.
Sin comentarios.
Una ventaja es que ahora se sabe algo sobre el virus, cuando en marzo no se sabía nada.
Sabemos dónde son los contagios, en lugares cerrados con amontonamiento de gente. La solución es obvia desde el punto de vista sanitario, pero desastrosa desde el punto de vista económico. Pues sí, hay que volver a cerrar bares, restaurantes, pubs y discotecas, exceptuando los que dispongan de instalaciones al aire libre. Si ya estos negocios estaban al límite por el anterior cierre, ahora directamente los hundes. No es fácil tomar estas decisiones.
Lo que no tiene sentido es penalizar actividades al aire libre donde el riesgo es cero sólo por aparentar que se hace algo. El decreto del día 15 es un disparate.
Y con todo, prohíbas lo que prohíbas los chavales seguirán juntándose en cualquier cuchitril. Más sano sería dejarles hacer los botellones en la calle.
Estoy con Antonio Cruz. El peligro es la contaminación en lugar cerrado. Volvemos a la situación previa a los picos, pero con otro contenido. En Abril no era obligatoria la mascarilla, ¿por qué?. Porque no había. En Junio y Julio no se puede restringir las celebraciones familiares y cuadrillares, ¿por qué? Porque hay mucho en juego en la hostelería. Siempre decisiones políticas condicionadas por la necesidad, no por la conveniencia.
En marzo había en España un parque de 2 millones de máquinas de coser, y Simón diciendo que no era necesaria la mascarilla, haciendo de menos la necesidad, en vez de afrontrarla. En Junio se temían rebrotes para el verano y otoño, y se apela a la responsabilidad individual… Hasta las elecciones, que se pondrá multa al que no la lleve. ¿Y el hostelero que sirve en su local atestado de gente sin control alguno?
Es lo que hay.
Mejor informar de cómo va lo de las vacunas, y la disponibilidad de rastreadores hospitales.
Ni dos días han tardado desde el día de las votaciones en ponernos mascarilla hasta para ir a la playa. Que no digo que me parezca mal que hagan algo, lo que me parece mal es que no lo hicieran antes. Pero, claro, cómo iban a alarmarnos cuando teníamos que ir a votar. A pesar de todo, ya nos alarmaron otros y por su culpa no fue a votar nadie. Malditos cuantopeormejoristas, ellos tienen la culpa de todo. Ahora los chavales no hacen ni caso y se contagian, solución: cierran los udalekus. Los aitonas se encargarán de los niños mientras los padres trabajan, a ver si se contagian y se mueren de una vez, la de pasta que nos ahorraremos en pensiones.
Por supuesto que el peor escenario posible es el del hacinamiento, escasa ventilación y mucho contacto.
El segundo peor escenario es poner dos de tres
Así que al aire libre también se contagia, si hay contacto humano y no se respetan las medidas higiénicas. Lo que viene a ser en las fiestas, arcaicamente «verbenas» y modernamente «botellones».
Y también explica muestras explosiones de casos cuando, por ejemplo, tras las manifas antiracistas estadounidenses no ocurrió. Claro, es que estas manifas hicieron de llevar máscara un signo de identidad. Cosa que, en fin, aquí no se ve.
¿Es una excusa? Pues no. Eso sí, por darle al pimple y pasarlo bien unas horas que quizá ni recuerden, están cargándose sus perspectivas de trabajo.
Tomo como referencia para este comentario un titular de DEIA que dice: «las celebraciones tras la selectividad se hallan en el origen de los brotes». Pues ya les vale, esto me hace pensar que durante los estudios que ahora han revalidado, hay algo que no les han enseñado o no han aprendido: RESPONSABILIDAD SOCIAL y RESPETO A LOS DEMÁS. Y esto es más grave aún, si pensamos que entre «LOS DEMÁS», están sus padres, quienes, seguro, con mucho sacrificio, han hecho posible que esos jóvenes puedan tener su título de bachilleres.
Urkullu no solo gobierna en Euskadi. También Navarra, como en Castilla y León, La Rioja, Aragón y hasta Cataluña. Añade a eso Iparralde y Madrid.
Chúpate esa, Sancho el Mayor. El sosongo del PNV es capaz de conquistar territorios sin siquiera levantarse del sillón.
Ah, no, espera. Que resulta que no es así, que las comunidades sin Urkullu también han tenido sus problemas de gente que hacina a trabajadores en barracones por un lado y de jovenzuelos que se lo pasan todo por el arco del triunfo, por otro.
Civid 19: el 11 M a la vasca. Con peones negros inclusive.