Otra AVT

A falta de uno, les vengo con dos remedios caseros contra los prejuicios. Con caseros quiero decir que salen de esta casa, es decir, el Grupo Noticias. El ingrediente principal de ambos es la claridad de ideas y la valentía para expresarlas de la misma persona, Alfonso Sánchez, actual presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Tanto en la charla que mantuvimos con él el pasado viernes en Euskadi Hoy de Onda Vasca como en la entrevista de Javier Encinas de ayer en Diario de Noticias de Navarra se percibe desde la primera pregunta que cualquier parecido en materia de redaños y honradez con sus predecesores, los histriónicos Francisco José Alcaraz y Ángeles Pedraza, son pura coincidencia.

Víctima directa de ETA —en 1985 salvó la vida milagrosamente cuando estalló un coche bomba al paso del microbús en el que viajaba junto a otros guardias civiles—, no se deja guiar por el odio ni por las ganas de revancha. Y tampoco por los intereses partidistas, que denuncia sin tapujos: “Cuando un partido del arco parlamentario navarro tiene que utilizar a familiares de sus asesinados para a su vez enquistar a otras víctimas del terrorismo y, de esta forma, ir en contra del Gobierno, mal va la política”. Eso va, obviamente, por el PPN, al que afea que “tire los muertos a la cabeza” de sus oponentes.

Y respecto al acercamiento de presos, es verdad que Sánchez no es entusiasta partidario. Pero anoten sus palabras: “Yo no me puedo oponer al estado de derecho ni encadenarme a la Audiencia Nacional. Si se cumple la legalidad en torno a los presos de ETA, nosotros no sacaremos los pies del tiesto”. Mi respeto.

AVT, Sociedad Limitada

Y tanto que no hay peor cuña que la de la misma madera. El Mundo ha estrenado su era postpedrojotesca con un par de lametones a las patas de la gaviota y, por el mismo precio, con un ataque a la yugular de la sacrosanta e intocable AVT, que de unos meses acá le anda tocando los pelendengues al Gobierno español. Hasta el momento de escribir estas líneas, dos entregas demoledoras dando pelos y señales de todo tipo de manejos turbios (presuntamente) perpetrados por la actual dirección que encabeza la ex-dependienta venida a más Ángeles Pedraza Portero. Conociendo la querencia por el serial del mentado diario, se presume que habrá nuevos capítulos, si bien lo ya publicado basta y sobra para hacerse una idea —o sea, para confirmarla— de los usos y costumbres de la benemérita cofradía.

Citando numerosas fuentes que conocen muy bien el percal, se denuncian pucherazos en las asambleas, utilización indiscriminada de datos personales de asociados para fines espurios, una caja B, y de postre, tiranía en el trato a empleados, colaboradores y, oh sí, víctimas de a pie. Hay un entrecomillado que pone los pelos de punta al tiempo que explica a la perfección el mecanismo del sonajero: “O se está con el equipo o eres un abertzale”. Semejante lindeza se atribuye al lugarteniente de Pedraza, un tal Miguel Ángel Folguera, de profesión guardia civil, que lleva años reclamando una condición de víctima que se da por absolutamente imaginaria. De hecho, otra de las trapisondas puestas en solfa por El Mundo es la mediación de la presidenta ante la cúpula del Ministerio de Interior para que le concedieran por su cara bonita el certificado que da derecho a percibir unos euritos al mes a sumar a los que ya se embolsa por su supuesta dedicación a la causa auvetera. Como se ve, una cuestión de purita dignidad, decencia, honorabilidad, integridad y me llevo una. O ya sin ironía, nada que no imaginásemos desde hace mucho.