Aritmética inexacta

En cuanto las matemáticas bajan de las pizarras académicas, te das cuenta de que no son una ciencia tan exacta como presumen. Vamos, que dos y dos son cuatro, pero según y cómo. Nótese, por ejemplo, que la apabullante mayoría absolutísima del PP se ha conseguido con cuatrocientos mil votos menos —sí, menos— de los que al PSOE le sirvieron en 2008 para apañar una agónica mayoría simple que lo tuvo mendigando pactos toda la legislatura.

Que no nos timen los cantores de gesta que dicen que Rajoy tiene barra libre para hacer lo que a él, a Merkel o a la agencia Fitch les salga de la sobaquera, porque el de Pontevedra apenas ha rascado unas miles de papeletas más que en su derrota anterior, cuando a puntito estuvieron de mandarlo a casa. Se pongan como se pongan los titulares con la inestimable ayuda de la ley D’Hont y la legislación electoral vigente, en el Estado español no ha habido un vuelco para las antologías. Como mucho, una ramplona alternancia en el poder convertida en apoteosis por el hostiazo del PSOE, que sí ha sido histórico sin matices ni ambages.

Donde de verdad han ocurrido un puñado de cosas que aún no contaban con precedente —y ya llego al puerto que de verdad quería— es en el marcador final del 20-N en Euskal Herria. En una columna (CIS… ¡zas!, se titulaba) que les da derecho a rechiflarse de este escribidor, anoté como el que se pone una venda para una herida futura que en todas las elecciones generales reunían más votos los partidos llamados constitucionalistas que los soberanistas y/o nacionalistas. La norma se quebró, y de qué manera, el domingo.

Que eso se quede en anécdota o acabe haciendo categoría dependerá, en buena medida, de la actitud de las formaciones abertzales que han protagonizado el sorpasso. De entrada, no es buena señal que se enzarcen enseñándose los votos y los escaños. Aquí las matemáticas sí van a misa: sumar es mejor que dividir.

8 comentarios en «Aritmética inexacta»

  1. Precioso el artículo. Y exacto en sus apreciaciones. Ahora, hace falta que NOS demos cuenta de la gran verdad a que haces referencia: «Aquí las matemáticas sí van a misa: sumar es mejor que dividir.»

  2. Acertado articulo Vizcaíno. Eres de las pocas voces que no ha «cargado» en este medio con munición lobera contra Amaiur. Este Pais se hará alguna día sumando voluntades no con guerras banderizas.

  3. Sumar sí,pero (como diría la botella)peras con peras y manzanas con manzanas.Una vez sumado esto,todos deberíamos sumar al frutero,eso sí.Fíjate los nacionalistas Españoles,que suman carne con pescado y hasta Soroa dice en el correo Español que «han fracasado en el intento de gobernar Euskadi»(sic).
    Navarra ha sido toda una lección en este sentido.

  4. Intza, insisto, este Pais será SUMANDO o no será. Da igual que sean peras con manzanas o melones con artaburus pero sumando sensibilidades diferentes. Mientras eso no se entienda,o se esté cómodo con el status actual no iremos hacia adelante como Pais.

  5. Y si empieza el PNV no alegrándose, por ejemplo, de que Amaiur no logre grupo parlamentario, tal y como hace Manu Legarreta hoy en su blog, qué tal?

  6. He querido decir que a veces la suma resta,y que la supuesta división suma,como ha sumado que Geroa bai y amaiur hayan ido separadas a las elecciones.Lo cual no debe ser obstáculo para acabar sumando,como lo han hecho al final en lo cuantitativo,y como sin duda deberán hacer en el futuro en lo cualitativo.
    Y Lukanianos…..se podría haber empezado por no entonar el «Ari,ari,ari Patxi lehendakari!!!» en algunas herrikos el uno de marzo del 2009.Si empezamos con esas,no acabamos………….

  7. Esta mañana no conseguia hacerle entender a mi madre por qué un partido con 200.000 votos no conseguía plaza en Madrid y mucho menos podré hacerle entender por qué en las autonómicas el voto de un alavés vale cuatro veces el de un vizcaino y tres el de un gipuzcoano, aunque hoy no toca este debate.
    Tiene razón J. Vizcaino cuando define su´artículo como «arit. inexacta», porque parece que la matemática es incuestionable y sin embargo la mentalidad y el sesgo con el que la interpretamos tiene muchos prismas, aunque en Génova el otro dia no vieran tanto una victoria aplastante como una derrota clamorosa de su (cada vez menos) contrincante en el ring.
    Sólo la borrachera del éxito parece que explica ese alarde de caballerosidad y buenas maneras que se vieron la otra noche entre la cúpula del PP. Pero es cuestión de muy poco tiempo que asome la otra patita, la prepotencia clásica de unos dirigentes malcriados en la dictadura y terminados de pervertir entre el mangoneo institucionalizado, y la impunidad de un sistema político, económico, judicial y mediático que les ampara y proporciona la coartada ideológica que necesitan para seguir existiendo.
    Aplicarán el rodillo, y seguramente sus maneras serán menos beligerantes que durante el «aznarato», pero sólo por que estamos en una época de vacas flacas y en Europa se asoman a la península con mas miedo que esperanza.
    Esperanza, esa sí que da miedo (para terminar con un chiste).

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