A Urkiola por Navidad

Nos acercamos al Parque Natural de Urkiola por Navidad. Y es que este lugar tiene un toque mágico y sus bosques un aire de lo más navideño.

 

Ftos: Iker Eraso.                                                                                                                Más info: www.urkiola.net

Este santuario se encuentra rodeado de un extenso manto de bosque y salpicado por las escarpadas cumbres de roca caliza. Estamos rodeados de 3.200 ha de árboles! Nos perdemos en el silencio de sus hayas, encinas, robles, abedules,… que se interrumpe por el borbotear de las aguas de sus cristalinos arroyos.

El parque se encuentra en el corazón de Euskadi, entre las provincias de Bizkaia y Araba, a más de 600 metros de altitud y al abrigo de las cumbres del Anboto. Aquí sin duda, se respira calma y … magia!  Y es que estamos en la morada de «Mari», deidad femenina que representa a la tierra, la reina de todos los genios, según dicen las leyendas. Mari vive en las cavernas de las montañas que rodean Urkiola, aunque su guarida preferida es la cueva “Mariyenkobia” que se encuentra en la pared vertical del Anboto. Algunos dicen que la han visto surcar los cielos… ¿Será cierto? Lo mejor, venir hasta aquí y comprobarlo.

No se sabe con exactitud la antigüedad del Santuario, ya que no existen documentos antiguos que lo precisen. Lo que si es cierto es que Urkiola reunía condiciones óptimas para convertirse en uno de los primeros templos del país, puesto que era uno de los grandes focos del pastoreo.  Además era un lugar ya sagrado antes de la llegada del cristianismo a estas tierras, por ser morada sagrada de Mari, el genio central de la mitología vasca.

Su construcción es de grandes proporciones. El acceso se realiza por una gran escalinata. El altar actual está rodeado de veintiuna piedras cúbicas. En el jardín del santuario hay elementos simbólicos de la vida de Bizkaia: la vida marinera, mediante un ancla; la Bizkaia agrícola, mediante una laya, útil de labranza; y la Bizkaia industrial, mediante una turbina de piedra procedente de una ferrería antigua.

No exageramos si decimos que estamos en el corazón Euskadi, ya que estamos en el centro geográfico exacto. Tanto es así que el tejado del santuario divide las aguas de la lluvia por un lado al Cantábrico por Bizkaia y por otro a la llanada Alavesa, que por el Ebro, llega al Mediterráneo.

Pero sin duda lo mejor del Santuario es su entorno, increíbles bosques de hayedos que en esta época del año se encuentran si cabe más bonitos.

Más de la mitad (1.680 ha) de toda la masa forestal son bosques naturales. Hayas, encinas, robles, abedules y marojos; el resto plantas coníferas. Entre las zonas húmedas de los arroyos y esfagnales prosperan gran cantidad de plantas singulares. En los hayedos de Saibi y Urkiolagirre aún sobreviven centenarias hayas trasmochas que abastecieron de madera durante muchos años a los carboneros de Urkiola.

Muy cerca del santuario se encuentran ermitas encajadas en bosques centenarios, lugares antiquísimos de culto, que en la edad media fueron reconstruidos por el cristianismo en ermitas. El más cercano es la de Santa Apolonia. Una inscripción grabada en la pila de agua bendita nos recuerda que fue construida en 1515.

La ermita está construida sobre un manantial. A sus aguas se le atribuyen virtudes curativas. En concreto, para el mal de muelas. Para conseguir el efecto hay que dar la vuelta a la ermita  tres o siete veces y luego arrojar el líquido en su interior invocando a la Santa. Este lugar está repleto de rituales mágicos ancestrales!!

Por ejemplo, a esta piedra se le atribuyen virtudes mágicas para favorecer el matrimonio, dice la cultura popular que la que quiera tener marido debe de dar vueltas a esta piedra y ya verá como pronto le sale uno.  Está frente al Santuario y se afirma de ella que es un meteorito. Desde luego que no estamos en un lugar cualquiera!

Entorno al santuario encontramos caseríos típicos antiguos y también servicios para el agroviajer@. A los pies se encuentra este albergue donde os atenderán de maravilla, nosotros nada más llegar nos decantamos por un caldo bien caliente. www.lagunetxea.com Os recomendamos quedaros aquí a pasar la noche. Al día siguiente os daran los buenos días las ovejas de los verdes pastos de alrededor.  Una maravilla!
Seguimos explorando la zona, y al otro lado del santuario encontramos una senda que nos lleva hasta la Ermita de San Cristo. Una incrispición frente a la puerta nos recuerda que fue reconstruida en 1663, tras unas fuertes nevadas que asolaron este lugar en aquellos años. Antes aquí se alzó otro monumento. Seguramente sería lugar de culto incluso antes de la llegada al cristianismo a la zona del Duranguesado. Quizas lugar de descanso de Mari,… ¿quien sabe? 

Pero si venís hasta aquí tenéis que seguir el sendero porque al final de él encontraréis una grata sorpresa, una panorámica digna de cualquier objetivo.

Este mirador custodiado por tres cruces tiene una de las panorámicas desde nuestro punto de vista más espectaculares de Euskadi, desde aquí podréis ver algunos de los montes más emblemáticos.

Y el ojito derecho de muchos escaladores, con el sol dándole de lleno encontramos el Untzillantx, forma parte de la inmensa mole de caliza arrecifal de la zona. Pertecene a un antiguo arrecife de cuando el mar cubría este lugar hace miles de años. Aún podemos encontrar restos de corales coloniales y grandes conchas de rudicos y ostreicos. Increíble!!

Y con esta estupenda panorámica nos despedimos, nos vemos en el próximo agroviaje!!

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