¿Es Halloween también una tradición vasca?


Noche de brujas, akelarres, cánticos y fiesta a la luz de las velas… La verdad que si te pones a pensar, esta fiesta, la de Haloween de origen celta, casa muy bien con las tradiciones vascas. Nuestros caseríos y las gentes que las habitan han sido a lo largo de los siglos auténticos transmisores de nuestra historia. Los baserris son como cápsulas del tiempo, donde se han transmitido de generación en generación, hasta nuestros días, historias, llegando incluso algunas tradiciones a superar muchos siglos de antigüedad. Una labor excepcional es la de ahotsak.org. En sus vídeos se pueden encontrar también testimonios sobre nuestra noche de Halloween, también conocida como Animen Gau o Gau Beltza. Tradiciones que incluso incluían calabazas y velas encendidas en su interior. Los niños de nuestros pueblos cantaban “xanduli, manduli, ¡kikirikiiii… eman goxokiak guri!”, el que podría ser nuestro “truco o trato”, o también “txingili, txangili, txango… gau beltza, beltzago… kalabazek argituko, jana eman arte ez gea jungo”, una cántico donde se habla sobre cuando en las noches oscuras las calabazas iluminaban.

Antaño los niños vascos se ponían en las ventanas con calabazas iluminadas con velas para pegar sustos a los moradores de la casa

¿Y es que sabías que en nuestros valles y caseríos también se vaciaban calabazas y se metían velas en su interior en estas fechas?

Así lo recuerda Bixente Sasiain, en la maravillosa recopilación de Ahotsak.org. Desde Lasarte-Oria, nos cuenta que, eso él lo conoció, “como hacen ahora vaciar calabazas y rellenarlas con velas, eso lo conocí. En la oscuridad se veían desde lejos luces con calabazas encendidas.”

“Vaciábamos la calabaza, le quitábamos la txapela y le poníamos ojos cuadrados y pestañas e introducíamos velas en su interior, y después encendíamos las velas”, relata con entusiasmo Mari Karmen Olazagirre de Hernani. “Después las poníamos en la ventana en la oscuridad”, recuerda, entre risas.

Tradiciones que fueron perdiendo fuerza en la década de los setenta y que debido a la importancia de la cultura anglosajona en nuestra sociedad, ha irrumpido de manera aplastante en nuestras fiestas. 

También en otras esquinas de la cornisa cantábrica se celebra la fiesta de “Halloween” desde hace milenios o la fiesta de Samhain, una festividad muy arraigada en Galicia, también Asturias y Cantábria. Y que se ha recuperado en las últimas décadas. Resurgió en el municipio de Cedeira (A Coruña), hace tres décadas y hoy día, toda Galicia festeja la noche del 31 de octubre por todo lo alto.

La cultura celta celebraba la transición del verano al invierno, un momento que creían oportuno para el tránsito entre el mundo de los vivos y el de los muertos.

No es mala idea, ¿verdad? Desde este humilde blog siempre estaré a favor de recuperar nuestras tradiciones más arraigadas, como la de Gau Beltza o Animen Gaua.

Preparándonos para Halloween en Zugarramurdi

Definitivamente Halloween es la fiesta pagana foránea por excelencia, ha echado raíces y se ha aclimatado de manera ejemplar a nuestra geografía. Disfraces, calabazas gigantes, «truco o trato», fiestas, … Difícil no dejarse seducir por tanta diversión! Llegados a este punto de inmersión, creo que no nos queda más remedio que incorporarlo a nuestro calendario. Sin hacer de menos a nuestras costumbres, claro, los huesitos de santo, por ejemplo, son una alegría al paladar cada uno de noviembre.

Sorginen Leizea

Un lugar que sin duda, casa muy bien con esta fiesta anglosajona de origen celta es Zugarramurdi. No solo porque en esta época del año los colores y tonos de este rincón navarro, evocan como ninguno al otoño, sino porque en cada rincón sus cuevas, oquedales y ríos nos transportan a épocas donde nuestras costumbres paganas estaban en pleno apogeo. Akellares, fiestas alrededor del fuego, cánticos a la naturaleza, …

Además su visita es una lección de historia ejemplar. Un lugar marcado a fuego por la Inquisición, pero también, es aquí donde esta sanguinaria institución de la iglesia cambio para siempre, debido a las atrocidades que en este lugar se sucedieron. Todo ello nos lo explican maravillosamente en su Museo.

He hecho un pequeño resumen con los momentos de nuestro programa en el pueblo de las brujas por excelencia

El otoño se despierta en la naturaleza

El otoño ya está aquí. Quizás sea en este comienzo del año cuando más poéticos e íntimos nos ponemos. Y es que cuando hablamos de la primavera se nos llena la boca de palabras como perfume, flores, alegría. El verano nos transporta a la playa, nos recuerda al sol, al bullicio de las terrazas. Y aunque el invierno sea otra estación de lluvia, nieve y frío, también es cierto que es momento de fiesta y alegría. Así que únicamente nos queda el otoño para la verdadera inspiración y momentos introspectivos, a la vez que melancólicos. También es cierto que el choque entre agosto y septiembre es enorme. Quizás sea hasta sano y normal sentir cierto desasosiego. Es un cambio importante que se produce en muy poco tiempo.

Atardecer en Getxo

Hay signos inequívocos de que aun sin mirar el calendario, nos descubren que ha llegado la tercera estación del año a nuestras vidas. Imposible no hablar de las hojas y sus tonalidades marrones. Es una señal muy clásica, pero a la vez de las más bonitas, por no decir, la más bonita. Todos los años nos enamoramos de las mil y una tonalidades de los árboles, tonos marrones, ocres, cobrizos.

Y por cierto, exceptuando casos necesarios, sigo sin entender que haya a personas que les pueda molestar las hojas caídas en el suelo. Son una hermosura y además crean un entorno perfecto para el desarrollo de la vida natural.

El comienzo de este otoño está siendo algo seco y la naturaleza se encuentra algo extraña pero ya se pueden ver arboles pintados de tonos otoñales en muchos puntos de nuestro territorio. Hierba cubierta de hojas caídas.

La flor más bonita del otoño

Y aunque el terreno este poco húmedo, han salido ya algunas flores de otoño como el resplandeciente y precioso “Colchicum autumnale” también conocido como Colquico, Narciso de Otoño o Azafrán Silvestre. Lo cierto es que vimos pocas flores, eran escasas y dispersas. Pero eso no le quitó belleza a las pocas que conseguimos vislumbrar.

A pesar de ser familia del azafrán de cultivo, esta bella flor tiene algo de toxicidad, por lo que el ganado no la come y así es más fácil encontrarla. Además de porque llama muchísimo la atención su color. Esta especie consigue unas tonalidades lilas increíbles a pesar de estar en otoño. Resalta entre el verde de los campos. La podemos encontrar sobre todo en los pastos de alta montaña y a los bordes de los caminos de altitud.

Sus hojas se mantienen durante todo el otoño, incluso en invierno, para morir en primavera, momento en que comenzará su letargo. Y es sin duda, también una de las señales más bonitas del comienzo del otoño.

Otra señal inequívoca es, desde luego, la falta de luz solar. Se hace el día más corto y nos recogemos antes en nuestros hogares,…. A no ser que nos pongamos las botas de monte, nos hagamos con una cesta y una makila y nos vayamos a pasar el día al monte para ir a por setas! No podía faltar otra de las imágenes típicas de esta estación, ¿verdad?

¿Por qué deberíamos tomar calabaza en otoño?

Hace varios meses que no escribo en el blog por falta de tiempo y aunque sigo igual, no he podido resistir la tentación de hacer un hueco para hablaros de mi nueva hortaliza preferida, la calabaza. ¿Por qué es momento de comerla? Pues porque está muy buena, es muy sana y además es de temporada. Su sabor dulzón hace que a los que les cuesta tomar vegetales, lo hagan con menos esfuerzo.

Foto: Pixabay

Las tiendas inundan ya los escaparates que no recuerdan que estamos en el momento de este fruto de la familia de las cucurbitáceas, sobre todo, desde que se ha puesto de moda celebrar Halloween. Ya queda poco para el 31 de octubre y se nota. No soy muy partidaria de la intrusión de las costumbres anglosajonas en todo el mundo. Aunque a veces algunas se entiende que hayan tenido tanto éxito, la de Halloween es una fiesta muy divertida para todos, sobre todo para los más pequeños de la casa.

Foto en Pastelerías Zuricalday (Areeta)

No es casualidad que sea la calabaza el fruto elegido para esta fiesta pagana de origen celta. Estamos en el mejor momento para comer esta hortaliza.

Otoñeando

Y es que el otoño y la calabaza forman un matrimonio perfecto.

Foto: Pixabay

Su planta es rastrera como su primo el melón o el pepino. El origen de la calabaza parece encontrarse en Asia, de donde se cree que pasó a Ameríca. Se sabe que se consumía hace miles de años, de hecho ya aparece documentada en el antiguo Egipto. Una de las formas más ricas y fáciles de tomarla es a mi parecer a través de cremas. Una de mis favoritas es acompañada de zanahoria, patata, avena y mijo, todo cocido y aderezado con aceite de oliva y sal. Antioxidates, fibra y vitaminas a tope.

CUANTO MÁS NARANJA, MEJOR

Lo mejor es ir buscando las calabazas que más color tengan porque esto indica que tiene mayor cantidad de betacarotenos. Uno de los componentes que la hacen tan especial es precisamente este elemento que se convierte en vitamina A en el organismo. Ayuda a prevenir algunas enfermedades del corazón, algunos tipos de tumores y muchos procesos degenerativos del envejecimiento.  Y claro está, por todos es sabido que además los betacarotenos son muy beneficiosos para la vista.

ES MUY SACIANTE Y CASI NO TIENE CALORÍAS

Una de las propiedades que más he notado desde que la tengo muy presente en mi dieta, es la digestiva. Sacia a tope y casi no tiene calorías, en general es buenísma para todo el aparato digestivo, además su alto contenido en fibra ayuda contra el estreñimiento.

EL NIVEL DE ÁZUCAR A RAYA

Esta hortaliza tiene la capacidad de controlar los niveles de azúcar, por lo que es ideal en caso de diabetes o si queremos bajar de peso. Esto se debe en parte a que ayuda a estimular la función del páncreas.

MUCHAS VITAMINAS Y MINERALES

Pero el hecho de tener pocas calorías no significa que no este cargada de minerales como el hierro, calcio, zinc, magnesio y potasio, entre otros, además de vitaminas como la C,  la E y las del grupo B (entre ellas, el ácido fólico).

SUS PEPITAS, UNA FUENTE DE OMEGA 3

Antiguamente de esta hortaliza se consumía únicamente sus pepitas, y no es de extrañar, tienen un alto contenido en ácidos grasos omega 3. Además elimina los parásitos intestinales.

Foto Pixabay

¡Udazken zoriontsua opa dizuet!