Como esas galletas de la fortuna que hemos importado últimamente por aquí, las elecciones del domingo traían una leyenda en el reverso del envoltorio: “Ten cuidado con lo que sueñas, porque puede convertirse en realidad”. Hamaikabat, Ezker Batua, Aralar y también el PNV, en ese papel de agridulce vencedor al que parece haberse abonado, no precisan de ningún nigromante que les interprete la sabia conseja. Ya son lo suficientemente explícitos sus respectivos números, que marcan desde la hora cercana al adiós de los dos primeros a un balcón con vistas al abismo para la formación de Patxi Zabaleta, pasando por la necesidad de hacer malabares aritméticos casi imposibles para los jeltzales.
Lo que no cabe ahora es engañarse. Aunque los cálculos anteriores a la sentencia del Constitucional sobre Bildu no contemplasen unos resultados tan espectaculares, hasta alguien que sólo leyera el Marca o el Hola tenía claro que la vuelta de la izquierda abertzale tradicional a la legalidad cambiaría el mapa. De momento, el del reparto de influencia institucional; el otro, ya veremos. Sabíamos que ocurriría y, de hecho, viendo las cifras en bloque, el fenómeno se ha producido de una forma muy similar a los deseos que se venían expresando en voz alta. ¿Abríamos la boca grande o la pequeña cuando hablábamos de la mayoría social de este pueblo?
Es comprensible el sentimiento de haberse inmolado o haber sufrido un tremendo bocado a cambio de nada o muy poco. Si ponemos las luces largas, sin embargo, comprobaremos que el sacrificio era necesario y, más allá de las siglas, la única inversión de futuro que cabía hacer. En ese sentido, incluso los que más han perdido (incluyo a una parte del PSE) pueden sentirse ganadores. Nos pasamos la vida proclamando que estrenamos tiempos nuevos, y esta vez tiene toda la pinta de que es verdad. Si este era el precio de deshacerse de ETA, bien pagado está. Mañana empieza hoy.
Estimado Javier:
Propongo a todos presionar por «Tierra, Mar y Aire» a Rubal y a Rajoy y a «todiós» que vuelvan a ilegalizar al menos 2 ó 3 años más a la Izquierda Abertzale. Así la próxima vez ganaremos por paliza. Esta Basura Humana que es la mierda de Democracia a la Española se ha dado cuenta que cuanto más tiempo ilegalizados más votos. Eso es lo que creo. Estoy tan contento que podría tirarme desde lo alto de la Torre Eifel y no hacerme daño. ¡Que se jodan, esta basura humana!
Espero de verdad está MUY EQUIVOCADO pero te “veo” triste en estas líneas, parece ser que el resultado de Bildu no te alegra especialmente. Me siento defraudado por haber pensado que la tricolor estaba representada en esta columna y en las ondas que escucho todas las noches.
Imagino que el PNV volverá a las andadas con alianzas antinatura que critica solamente cuando no le son beneficiosas, pero que abraza con todo entusiasmo cuando le son favorables, alianzas basadas en el €€€€€ y no con una identidad vasca fuera de toda duda.
Algo bueno tienen las urnas y es que cada pocos años va poniendo a cada uno en su lugar, pase lo que pase lo bueno es que en poco más de un año tenemos otra oportunidad de seguir sumando sentimientos vascos contra sentimientos €€€€€
Tiempo al tiempo
¿Triste, Ion? Todo lo contrario. Creo que hago casi un canto al optimismo porque, por fin, estamos donde habíamos soñado. Sólo menciono que había unos precios y, como señalo, que hay que pagarlos a gusto.
Ha sido un precio carísimo…yo, inocente apoderada en 1979 , soy una persona contaminada y no he podido ir ni de suplente… hay cosas injustificables como la ley de partidos y quienes han sacado tajada de ella , sobre todo el PP … ¡Algo era ello!
Javier, pues me alegro mucho de que las sensaciones que me transmitía tu artículo mientras lo leía fueran erróneas. Será que uno ya anda un poco “mosca” con algunos partidos que van de nacionalistas mientras piensan más en conseguir poder que en respetar lo que “su” pueblo a dicho en las urnas
Un abrazo