Poco estimado señor Rajoy, dos puntos. Ni me molesto en desearle que al recibo de la presente se encuentre bien de salud, porque es de sobra conocido que un individuo de su indolencia, o sea, de su cachaza, es inmune a todo. O bueno, a casi todo, que ya imagino que sufrió lo suyo con el ridículo de su selección en el reciente Mundial o con el abandono del Tour del chico ese que buscaba chivos expiatorios en los chuletones de Irun.
Al grano. El motivo de estas líneas es traducirle la carta que le envió hace unos días —debe de ser como la quincuagésimo octava o así— el lehendakari. Ya, ya; me consta que se la escribió en perfecto castellano, pero también conozco lo suficiente a Iñigo Urkullu como para intuir que su tacto y su educación exquisita le hicieron medir o, incluso, edulcorar sus palabras, con lo cual usted habrá entendido lo que le haya salido de los fandangos, que diría Maruja Torres. Pues anote.
Lo que (creo que) quería decirle el primer representante de los ciudadanos de la llamada Comunidad Autónoma del País Vasco es que por aquí llevamos un tiempo hasta las mismísimas de los sucesivos sobeteos inguinales a que nos someten. Eso va por usía, por sus ministros y un rato largo por su comisionado en los tres territorios, que se pasa la vida ingeniando formas de jorobar(nos) la marrana. Y que ya va estando bien, que a buenos y pactistas no hay quien nos gane, que hemos dado muestra de unas tragaderas por las que cabe el Amazonas, pero que hasta una paciencia talla doble Job como la nuestra tiene un límite que ya ha sido superado. ¿Piensa seguir tensando la cuerda? Vaya, me lo temía.
Las autonomías, incluida la vasca, no son nuestras sino suyas, de Rajoy, del que gobierna en Madrid, y por tanto puede hacer esto y mucho más. La culpa es de los que defienden autono-suyas diciendo que son autono-nuestras. Una autonomía como nos la ha vendido el PNV, si tiene bajo su tutela la educación, economía, salud, etc etc etc se gobierna según dicta el gobierno autonómico y punto, nada tiene que decir el Central. Pero resulta que la cosa es que si el gobierno de la autono-suya no es de los suyos, de los de Madrid, pues comienza la batería de leyes básicas, retrasos en los desarrollos y mil y una piedras en el camino, demostrando lo antes afirmado, son AUTONO-SUYAS, y por eso lo hacen. Así que Urkullu ya sabe lo que tienen que hacer, ser el tonto útil del Poder madrileño o a joderse, pues no hay otra. Esa es la diferencia entre la autonomía actual, la que tenemos, (que no ha dado nada a ningún ciudadano vascongado de más que a los ciudadanos de navarra, rioja, Madrid….donde no han gobernado nunca los del PNV) y la independencia, la autonomía por excelencia
Sakamantekas: Urkullu de tonto no tiene nada, te lo aseguro. Y una pregunta: ¿Hay que rebelarse y plantarse como en….? ¿Como en dónde? Como en ningún sitio. Tienen muy poco fundamento las criticas que vienen no solo de quienes no se plantan… sino utilizan la JUSTICIA ESPAÑOLA (ola, ola, ola, dice el eco) para el enfrentamiento partidista, o séase, la puñetera batalla por la hegemonía.
Catalunya, Javier, como en catalunya
En Catalunya, según mi lectura, el cambio de actitud lo propicia la movilización popular, sobreponiéndose a las siglas. Aparte de que allí todavía no se ha concretado nada (espero que lo haga), aquí nos perdemos en la batalla por la hegemonía, la mejor garantía de que no pasará nada.
Javier, tienes razón.
No hay nada más estéril que Caín matando a Abel. La fuerza de los abertzales de todas clases es presentar una hoja de ruta común, un programa definido de mínimos, que no tendría que ocupar más de un folio. Los problemas de la crisis, la paz, el autogobierno y su soberanía económica deben ser abordados en una unión sin fisuras por todo aquel que aspire a no ser parte integrante de España, y presentar al Estado una fuerza mayoritaria, no dos aspirantes a gallo del corral.
Las autonomias es una forma de organizar la gestión de nuestros ingresos,para mi forma de ver.
Saben de memoria, en la península,no hay más que ver los resultados electorales y una calculadora, lo que pensamos en relación a otras aspiraciones, las de identidad.
Me imagino que esto irá, de:
«Mira ahora no me pidas más «tantoporciento» porque tengo una crisis del recopetín»
«Yo no puedo esperar más, que llevo ya más de 30 años esperando, y al paso que vamos, te vas a ver con un interlocutor que no quieres, y que va a crear tensión…y vete tú a saber y esto y lo otro»
«Por cierto, gracias por apoyar al presidente del parlamento europeo, sabia decisión»
«Nada,en esto estamos de acuerdo, ya sabes»»
Y así, años y años.
Luego ,igual, un día dicen que en un tiempo, igual más pronto que tarde, nunca preciso, hacen un referendum…y así 30 años más.
Eso sí, cada uno en su papel el Lehendakari que toque, educado, circunspecto, taciturno, y el presidente del gobierno español que toque, monárquico,indeciso,conspirador y patán.
Pa no cambiar.