¿Qué hacer con el Valle de los Caídos? ¿Dinamitarlo o gastarse una pasta para reconvertirlo en centro de interpretación de la memoria, la reconciliación, la no repetición y me llevo una? Confieso que me tienta mucho la primera opción, aunque el tipo civilizado y en el fondo cobardón que soy me solía hacer apostar en público por la segunda. Se queda como Dios vendiendo la moto del parque temático alumbrado por magníficas intenciones y pésimo sentido de la realidad. Puede que durante un par de fines de semana o tres la cosa funcionara, pero enseguida se convertiría en otro enorme quemadero de pasta pública. Mantener un monstruo así, incluso a medio gas, sale por un pico. Sí, efectivamente, ya está saliendo. Por eso urge encontrar la solución y resulta tan sugerente la alternativa del trinitrotolueno a discreción.
Luego, claro, uno piensa en los miles de inocentes —ojo, de ambos bandos— cuyos huesos se pudren allí, y se da cuenta de la tremenda falta de respeto que supondría hacerlos volar por los aires. ¿Entonces? Pues creo que el mejor modo de zanjar la cuestión es el que propone un antifranquista probado como Gregorio Morán. Tan simple como no hacer nada. O sea, solo una cosa: cerrar el grifo de fondos públicos, retirar hasta el último céntimo de subvención a la orden religiosa que parasita el mausoleo, y dejar que la naturaleza se encargue del resto, incluidas las tumbas de Franco y José Antonio. Por si acaso, se ponen en los alrededores unas señales advirtiendo del peligro de derrumbes, y a esperar. Me parece más honesto que, como han hecho sus señorías en el Congreso español, brindar al sol.
La Cruz de Cuelgamuros es realmente un termómetro de la temperatura democrática del sistema político. Su mantenimiento, su protección, las ansias de dedicarlo a algo tan irreal como la «reconcialiación», la memoria… es señal inequívoca de que algo se quiere dejar como cordón umbilical que nos una histórucamente a la infamia política social y cultural que arrasó prácticamente a dos generaciones y atrasó la evolución necesaria de este país junto con los demás en esta región occidental del Mundo. Ninguna nación tiene un monumento laudatorio, y menos un lugar de peregrinación, a un régimen autoritario integrista y homicida como el que España tiene en la sierra de Madrid y con subvenciones de un presupuesto aprobado en un parlamento democrático.
Su existencia y mantenimiento es prueba y símbolo de lo lejos que estamos de los niveles de los demás paises que sufrieron el horror fascista, y que devinieron en regímenes democráticos.
La solución que propongo es sencillamente la misma que la que tienen infinidad de victimas de la postguerra que aún no se han encontrado: La desaparición y el anonimato. Así por lo menos habrá una igualdad en lo indeseable. Y es que en estas cosas, las formas son el fondo.
Yo soy partidario de la clausura, pero no me vale la comparación con otros países europeos. A ningún pais de europa occidental dejaron que lo gobernara un dictador fascista durante 40 años. En 1945 lo pudieron pegar una patada en el culo con el mínimo esfuerzo, y ahora no habría ni valle de los caidos ni muchas otras cosas. Cuando algunos dicen que si en Alemania o en Italia no hay nada parecido, parece que se os olvida que a Hitler y Mussolini se les combatió y eliminó. En cambio a Franco le dejaron que muriera de viejo. Si en Alemania hubiera gobernado Hitler 40 años no dudo que tendría su mausoleo. Y si a Franco lo hubieran derrocado los americanos en su momento, no quedaría ni rastro de los 6 años de franquismo. De aquellos barros, estos lodos.
Entiendo, JM, que lo único que varia en el caso de España con respecto a otros países, es el patrocinio, reconocido o no, que arropó al régimen miserable del bajito por parte de los anglosajones, americanos y británicos, no solo durante los 40 años, sino anteriormente en la guerra civil. De acuerdo.
Pero eso no quita para la comparación, porque en lo que reclamas para 1945, lo reclamo yo para 1975 ¿o es que no pudo ser? ¿Y en 1995? ¿Y en 2005?. Vuelvo a lo del termómetro: Es una muestra palpable de que el régimen «ejemplar» que vivimos no es más que una adaptación al medio, que diría Darwin, de un franquismo que, en sus bases no deja de estar entre nosotros: No ha habido depuración policial, ni de sistema judicial, ni de concordato con la Iglesia, ni concepción territorial del Estado, ni la jefatura del Estado, que basa su legitimidad en el nombramiento del anterior, que no la tenía. Si el monumento y la fundación perviven es porque en el fondo pervive el mismo régimen. Va íntimamente relacionado.
Y esa es la comparación que hago con Europa, que en esos países hubo una verdadera ruptura con el fascismo, mientras aquí, no.
Resumo: El que a España se le haya dejado gobernar por un fascista durante 40 años, no justifica en ningún modo que perviva un monumento al golpismo, autoritarismo, integrismo, progromos, exterminio ideológico, exilio forzado, esclavismo, etc..
En Portugal también tuvieron una dictadura y durante cuarenta y ocho años pero rompieron con ella. Ya si era fascista o fascistoide u otra cosa, no sabría decirlo. Pero el poder era personal, ilimitado, indiviso y no reconocía los derechos humanos: así que dictadura sí que era.
Claro que Salazar ni escogió a su sucesor ni le dio por emular a Felipe II y construirse un panteón con basílica y cenobio. Está enterrado en Santa Comba con sus familia.
No tendría inconveniente en permitir que la duquesa de Franco se llevara de allí a su padre para poder hacer lo mismo: después de pagar los gastos de mantenimiento de su tumba actual, por supuesto. En fin, soñar es gratis.
En cuanto a resignificar el Valle, yo tampoco lo veo por dos razones.
La primera porque está descomponiéndose. En memoriahistórica.gob.es hay un informe de 2011 sobre cómo estaba la cripta entonces. Se caía. Y no solo es eso: la cruz se tambalea, las estatuas se deshacen, todo el conjunto de la basílica y el cementerio amenaza ruina.
Lo único que está perfecto es la Hospedería que gestionan los monjes, que es de lo que viven.
La otra razón es que no me parece que pueda ser un monumento a una reconciliación que no ha habido, pero eso es una opinión.
En todo caso, me gustaría que antes de taparlo y abandonarlo se hicieran dos cosas: una, vaciar los columbarios para que los Lapeña y todos los demás que tienen a sus familiares allí se los puedan llevar si quieren.
Y la otra es hacer una exposición temporal sobre su construcción.