El bolsillo sí duele

El frente jurídico —judicioso, le llamo yo— es muy dañino para el soberanismo catalán. Ya se ha visto cómo sus españolísimas señorías hacen de su toga un sayo y se dedican a suspender, imputar, condenar o lo que se tercie. Sin embargo, una vez que la república catalana traiga una nueva legalidad, ya pueden echar los galgos que quieran, que todo será papel mojado. Incluso en este ínterin en que ya se ha decidido hacer la peineta al cuerpo legal español, las decisiones que vengan de los tribunales hispanos serán una jodienda, pero no el freno definitivo.

Con la ofensiva policial, tres cuartas partes de lo mismo. Habrá porrazos y pelotazos de goma para parar el Orient Express, pero eso estaba amortizado de saque. Es más, las imágenes viralizadas barnizarán de épica a la causa y conseguirán —ya están consiguiendo— que la prensa internacional cante la gesta del pueblo catalán haciendo frente a la represión inmisericorde de los uniformados mandados por Rajoy.

Ocurre ídem de lienzo con el embate mediático. A estas alturas, no hay que explicar que los regüeldos de la caverna quizá embarren el campo, pero a la hora de la verdad, no hacen ni cosquillas. Al contrario, su indelicadeza convence a los no convencidos y encabrona más a los que ya lo estaban.

Canción aparte es la acometida económica que, según estamos comprobando, se había minusvalorado. Por ahí sí cabe que tiemblen las rodillas. Más, si como está aconteciendo, ya no es fuga sino una estampida empresarial en toda regla, y con algunos buques insignia mostrando el camino. No sería la primera revolución ni la segunda que se naufraga por el bolsillo.

7 comentarios en «El bolsillo sí duele»

  1. Yo no tengo acceso a la verdad absoluta como tanto político de todo signo… aunque lo que se metan en la izquierda parezca últimamente un producto de calidad superior.

    Yo solo observo.

    Observo… que hay un montón de causas que tienen la simpatía internacional; se me ocurren la situación de las mujeres, las terribles hambrunas que sacuden África o los tropecientos «días de», así, de saque. Que solo hace falta una metedura de para para que se esfume.

    Observo… que los representantes de la sedicente izquierda y representantes catalanes y vascos pasaron un kilo y medio cuando se podría haber tomado otras vías. Ha habido momentos, auténticamente históricos, que por estar metidos en mezquinos asuntos diarios se han ido al garete.

    Observo… que el número de síes coincide sospechosamente con los votos independentistas. Que siguen siendo una minoría de los emitidos en aquellas elecciones «plebiscitarias».

    Observo… que era obvio lo que iba a ocurrir con las grandes empresas, porque sus intereses están íntimamente ligados con los españoles en general.

    Observo… que la bandera de crear la república catalana tiene pinta de ser una alianza momentánea entre una xenofobia catalana y un liderazgo burgués que lo que quiere es librarse de pagar por décadas de corrupción.

    Observo, por lo tanto, que cada hora que pasa, en realidad la situación se aleja más.

  2. No pongo en duda el impacto en las portadas que estas medidas están teniendo, pero al margen de eso, ¿es tan grave que un macrotinglado financiero cambie de residencia fiscal y defraude en un sitio lo que antes defraudaba en otro?

  3. Creo que en los traslados de sedes sociales (que es en realidad lo que son) inciden más razones de estrategia patrimonial que de negocio, y sobre poco en la impositiva. Tanto el impuesto de sociedades como el IVA (en caso de una entidad financiera, éste es infinitesimal) se liquidan en función de la distribución geográfica del negocio, por lo que, a falta de otras medidas, que por ahora no se han dado, la cuenta de resultados queda afectada muy poco.
    Otra cosa es el acceso a los fondos financieros y la legislación que le atañe a cada empresa. Por ejemplo, para un banco el tener sede social española quiere decir estar respaldado por el FROB en caso de crisis, tener a los clientes garantizados hasta 100.000 € por el FGD, y estando en la U.E. tener acceso a los fondos del Banco Central Europeo en caso de necesidad de rescate. Y teniendo la sede central en Catalunya, pues no.
    Y, a la vez, pues si se echa una mano al gobierno que facilitó la compra de la CAM por un € y con la garantía de 18.000 Mill. si salían agujeros no previstos… pues miel sobre hojuelas.
    Efectivamente, los gigantes eran molinos.
    Creo sinceramente que las independencias se buscan en otros foros, en otras circunstancias y con otros apoyos.
    Una vez dicho esto, el proceso ha servido para algo, y mi enhorabuena sincera a los participantes. Lo mejor la dignidad de los votantes.

  4. ¡Claro que duele el bolsillo!
    CAT supone más del 20% del PIB de Hispanistán
    (Para algunos economistas, que estiman que su PIB-de Hispanistán- no es 1,058 billones de euros, sino 0,885, la importancia de CAT llegaría al 24-26%)
    Por otra parte, como mínimo el 25% de todo lo que exporta Hispanistán corresponde a CAT.
    Y recordemos que en CAT viven 7,5 millones de personas, es decir, el 16,13% del total
    Es decir, CAT es una locomotora económica bestial, que yendo sola en un entorno europeo, eliminados los fardos que la atenazan (¡y a los que financia!) se constituiría en una pequeña potencia al cabo de poco tiempo.
    Es tan bestial, que si se abriera, lo que permaneciera a las órdenes de los mesetarios entraría en situación de «quiebra técnica»
    Y con la idiosincrasia de la peña que puebla el Infraebro, es bastante lógico pensar que esta quiebra sería completa y definitiva.

    Ese es el problema que tiene CAT el bolsillo… de los de la meseta

  5. J Palmer; muchísimos miles de personas, de idiosincrasia trabajadora y honrada, mesetarias o llegadas a Catalunya desde el «infraebro», han contribuido con su trabajo durante mucho tiempo a la pujanza económica de Catalunya.
    Hay muchas razones de todo tipo que explican el déficit de desarrollo de determinadas partes de España. La de la idiosincrasia de los del infraebro…apesta.

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