Bilbao e Iruña, 150 kilómetros de distancia poco más o menos. Mismo día y casi misma hora. En la capital foral, por impulso del gobierno de Uxue Barkos, se honra a las víctimas del terrorismo con la ausencia estentórea de UPN y PP, que berrean no sé qué de farsas y blanqueos. En la Villa de Don Diego, bajo la organización del ejecutivo de Iñigo Urkullu, se hace exactamente lo mismo, aunque esta vez la ausencia a gritos es de EH Bildu. Para retorcer la esquizofrenia hasta el límite, sí acuden representantes de Eusko Alkartasuna. He ahí el retrato de nuestra normalización eternamente en obras. O, bueno, si me pongo cenizo, a punto de liquidación por derribo. No hacen falta progresivas ni bifocales para ver que la resistencia está, como siempre, en los extremos, que más que tocarse, se magrean que es un primor.
Si lo miramos por el flanco navarro, la espantada de regionalistas y los rajoyanos es la prueba evidente —ya lo dijo el nada sospechoso presidente de la AVT— de la utilización carroñera de las víctimas, en teste caso, de ETA. El perfecto correlato está en el acto de la demarcación autonómica, donde la sigla que engloba lo que se presenta como izquierda soberanista hace mutis alegando que el lema contiene palabras tabú y busca su humillación. Revelador argumento, cuando resulta que el lema tan supuestamente vejatorio, además de haber sido edulcorado, es de parvulario de convivencia: “Fue injusto. Sociedad y víctimas, construyendo juntas el presente y el futuro”. Ese es el punto de dolorosa involución en el que estamos. Aún no se puede asumir ni lo más primario. Y me temo que irá a peor.
Reconocer que fue injusto conlleva ponerse a pensar por qué se apoyó. Es demasiado para muchas personas por lo demás maduras y funcionales, ¿Cuánto más difícil será para quien no es capaz de ver más que «enemigos que se lo merecían»?
Esta negativa desmonta la falacia de la supuesta autocrítuca que dicen haber hecho y de la que tanto presumen; que si son los únicos que han dado pasos, que si sólo ellos han hecho revisión crítica…
Nada de eso. Reconocer el daño causado es como reconocer que ayer ganó el Athletic.
Mera constatación de un hecho. Punto. A partir de ahí siguen ensalzando com héroes a los que infringerieron ese terrible dañ a tantas personas. Y les ensalzan precisamente por haber generado ese daño. No creo que el reconocimiento que hace, de continuo a los miembros de eta sea porque juegan muy bien al mus o la tortilla de bacalao les sale de cine.
Y lo seguirían generando de no haber sido absolutamente derrotados. Ni apuesta por la paz ni leches. Fue necesario llegar hasta el final en su derrota para que dejaran de matar a la gente. Una vez derrotados…pues claro, sí. No te j…
Un matiz; sí hay una leve autocrítica que sí ha hecho la IA. Sí han admititido haber carecido de sensibilidad hacia las víctimas. Pero a eta…nada. Es tremendamente patético el grado de sumisión y dependencia emociona que tiene todo un movimiento político respecto de una banda de asesinos ya fantasma y derrotada para que prefieran ponerse ellos primeros en la crítica antes que afearle algo a los pistoleros.