Y luego se preguntan qué ha pasado, mesándose los cabellos, agriando el rictus para los selfis megacabreados, como si no lo supieran. Como si no lo provocaran. Enardecidas manifestaciones para mostrar la-más-enérgica-repulsa… ¡por un resultado electoral! Un sarao por cada capital andaluza, se lo juro. Los demócratas contra lo que ellos mismos juraban que era la democracia. ¿Antifascismo con métodos que atufan a fascismo? Uy, muchos decimales para entendederas tan escasas. Como la voluntad popular no fue la suya, una de pataleo, prometiendo ser la tumba de un muerto cada vez más vivo —gracias a sus balones de oxígeno, antipático detalle— y clamando que no pasarán los que ya han pasado… por la alfombra roja que ellos mismos les han tendido, que aquí es donde viene la desvergüenza definitiva.
Sí, porque la orgía plañidera de diseño trae consigo un millón de chapas infames sobre Abascal y sus mariachis. Y qué más quiere el jeta del Valle de Ayala, un tipo que lleva desde los 23 años pillando cacho gordo del erario público sin dar un palo al agua, que engrandezcan su leyenda. De Le Pen, Bolsonaro o Salvini no les sé decir, porque me pillan lejos. De este, con bastante conocimiento de causa, sí les puedo contar que no pasa de fachuzo vividor del cuento. Una versión barbada de Rosa Díez, quizá con alguna lectura y alguna luz más, pero empatado en afán de figurar, rostro de alabastro y falta de moral. 80.000 euros anuales cobraba el rapaz en la canonjía que le procuró su madrina Esperanza Aguirre. No está mal para quien se caga en las autonomías, el nuevo héroe encumbrado, cachis la mar, por sus presuntos enemigos.
Las enardecidas manifestaciones para mostrar la-más-enérgica-repulsa… ¡por un resultado electoral! me recuerdan mucho a aquellos artículos de esta misma tribuna contra el pacto López-Basagoiti de 2009. Un pacto infame, por supuesto, y así les va a sus principales beneficiarios. ¿Aquel pataleo de entonces contaba con el certificado de plena idoneidad democrática? ¿ O acaso no era completamente legítimo que cada partido hiciera con sus escaños lo que les viniese en gana?
Pasando por alto que yo no recuerdo nada parecido a manifestaciones, pasa usted por alto, señor Sánchez, un pequeño detalle. Para que ese resultado fuera posible hubo que ilegalizar una fuerza electoral, justo la que ahora mismo es la segunda. Ilegalizar. Ilegalizar. O sea, no sé si me explico, ilegalizar. Eso también es democrático. Ya lo entiendo.
Totalmente de acuerdo en lo de la ilegalización de la izquierda abertzle, señor Vizcaíno. Eso se da por descontado. Pero si consideramos ilegítimo un gobierno surgido de aquellas elecciones a las cuales no pudo concurrir todo hijo de vecino, ¿no lo serán también los gobiernos de muchos ayuntamientos vascos y navarros -el de Bilbao, por ejemplo- formados tras las elecciones municipales de 2007?
En cuanto a las manifestaciones de estos días en Andalucía, no me parecen ilegítimas. Su convocatoria es una muestra de puerilidad y de una actitud más propia de un grupo de chavales de bachillerato que de una formación política de gente adulta y con un mínimo de madurez, sí, pero ¿antidemocráticas…?
No está diciendo que sea antidemocratico, simplemente señala lo contradictorio que resulta protestar en aras de la democracia precisamente contra lo que es la máxima expresión de la democracia, que son unos resultados electorales. Y señala sobre todo el gran problema que subyace detrás de todo ello, la falta de autocritica por parte de la izquierda tras dichos resultados. Está bastante claro, no se para que andas buscándole tres pies al gato.
Sobre el pucherazo judicial que alzó a Francisco López, «Patxi» para los amigos, como primer lehendakari democratizador de las vascongadas, hazte un favor y mejor ni lo menciones en ninguna debate sobre democracia.
En el primer párrafo del artículo de Javier Vizcaíno aparece esta frase: «Los demócratas contra lo que ellos mismos juraban que era la democracia. ¿Antifascismo con métodos que atufan a fascismo?».
Sobre el pucherazo judicial de 2009, el posterior pacto de gobierno y las consecuencias para la formación de los Francisco López, Rodolfo Ares y demás familia, dejé bastante clara mi opinión en los comentarios precedentes . Por último, ¿qué tal si dejamos que cada uno se haga los favores que estime oportunos y mencione lo que le apetezca?
Tranquilo, que yo te dejo que digas lo que quieras, incluso que hagas el ridículo comparando dos situaciones que no tienen nada que ver.
¡Vaya!, se agradece la permisividad. Mira que si no me lo llegas a permitir…