La primera vez que te engaña Baltasar Garzón es culpa suya. La segunda, la tercera, la cuarta, la quinta… qué quieres que te diga, amigo progresí. Quizá empieza a ser menester que le des una vuelta a cómo las gasta el fulano extogado que veía amanecer, según la almibarada biografía escrita por Pilar Urbano, también conocida como Pilar Suburbano entre los veteranos del gremio periodístico.
Es probable que ni sepan los lectores a santo de qué saco a coalición al creador de aquella religión que se basaba (y aún se basa) en el mantra único Todo es ETA. Por fortuna, más allá de sus bien pagadas presencias en platós, mesas redondas y bolos varios, las andanzas del tipo se quedan en el córner de la actualidad. La última consiste en secundar al simpar Gaspar Llamazares en la creación de una candidatura para las elecciones de mayo bajo la marca Actúa, que hasta ahora era una escorrentía de Izquierda Unida. Se trataba de competir contra el partido nodriza con su propia pasta, con Garzón in person encabezando la lista a las europeas.
Para que no falte ningún detalle chusco, han aparecido unas grabaciones al estilo Villarejo —no por casualidad, compañero de cloacas del exmagistrado— que prueban la fechoría. “Este señor y yo nos tenemos que comer las candidaturas más importantes”, dice Gaspar en alusión a Baltasar (se diría que solo falta Melchor Miralles para completar la tripleta de reyes magos) en uno de los audios. Ahora, el otro Garzón, Alberto, el de la boda a lo duque de Alba, que todavía manda en la actual excrecencia de Podemos llamada IU, está que fuma en pipa por la traición. Como si no se la hubiera buscado.