Procedamos, pues

Volvamos atrás. Exactamente hasta el instante en que en mi anterior (y muy borrascosa) columna escribí que en última instancia debería ser la ciudadanía con su voto la que decidiera si era pertinente que el o la lehendakari no fuera capaz de desenvolverse en euskera. Me faltó apostillar que, personalmente, hoy no votaría unas siglas que propusieran para el cargo a una persona no euskaldun. Simplemente quería expresar que no me siento la unidad universal de medida. Como en tantas cuestiones, mi opinión es solamente eso. Tengo la suficiente tolerancia a la frustración como para comprender que, por maravillosos que sean mis planteamientos, si estoy en minoría, ahí me jodo.

Puro principio de realismo, que es del que suelo partir. Y si hay que cambiar las cosas, propóngase abiertamente, pero siempre sin perder de vista las consecuencias. ¿Está algún partido en situación de propugnar la obligatoriedad del conocimiento del euskera y la capacidad de su uso para aspirar a ser la principal autoridad de los tres territorios? ¿Lo extendemos a la presidencia de Nafarroa y a la de la Mancomunidad de Iparralde? ¿Y a las personas que figuran como elegibles para cualquiera de los parlamentos?

Si la respuesta es sí, procedamos. Hagamos una propuesta clara donde no quepan dudas y apliquemos el tantas veces invocado derecho a decidir. Aceptemos después que nos saquen la conocida letanía de los ciudadanos de primera y de segunda —esta vez, quizá con complicada posibilidad de réplica— y, además, el riesgo de que en todo nuestro país o en alguna de sus tres partes haya una mayoría social que no esté por la labor de cruzar ese puente.

3 comentarios en «Procedamos, pues»

  1. Lo he comentado antes. Hay zonas de Euskadi en las que históricamente nunca se ha hablado euskera. La mayor parte de encartaciones, partes de Álava. Y ahora, el rodillo «de la mayoría» (curioso, ese concepto que si se aplica a 47 millones de ciudadanos es «fascista» y aplasta derechos, pero que si se mira en casa, hay que olvidar) deja fuera a un porcentaje muy grande de la población en su posibilidad de optar a la lehendakaritza. Y ya puestos a muchos cargos y opciones más, ¿por qué parar ahí?

    Pero parece que queremos ser «unidad de destino en lo universal», versión «txiki». La mayoría. Como la tuvo Adolfo en las Germanias, hace 90 años ya. Cuanto mas homogéneos mejor. Luego ya Hitano al poder. Hay que ir ahogando poco a poco.

    Adelante.

    Lo siguiente, llevar brazaletes con lauburus (en lugar de brazos curvos quizá ya los ponemos a 90º para no disimular, total como era en un principio, que sea ahora y siempre), porque lo decide la mayoría. Prohibir ciertos nombres. O ciertas ropas. Abarcas obligatorias. La imaginación es el límite.

    Quien no lo vea…. o es partícipe o está ciego.

    Seamos serios: Nada de condiciones previas para ser lehendakari. Que se presente quien quiera, que exponga su programa y que esa persona reciba los votos.

  2. Desde mis 60 años y con muchas batallas combatidas en y por Euskadi he llegado a la conclusión de este debate que existe sobre una chica sin conocimiento del euskera y que se presenta a lehendakari no existiría (ya que se callarían como mudos) si dicha mujer hubira nacido en Rabat o en Bucarest en lugar de León.Cosas de lo políticamente correcto.

  3. Iñaki: exacto. Si fuera algo políticamente correcto, todos haciendo los coros. Enmascaremos el odio (y el complejo) a lo español mediante una falsa adoración a lo políticamente correcto. De Ghana si, de Castro Urdiales no.

    En cualquier caso, imponer la condición previa, «no escrita» de que una persona deba hablar «las dos lenguas oficiales» es otro pasito más en una nueva imposición. Lo importante no es poder comunicarse, sino pasar por el aro, otro más, y admitir a ciertos sectores como censores de cualquier actividad. Sin saber muy bien el motivo, sin pensar en ello, pero todos a una. «La Martínez», mala.

    Mal lo deben pasar los candidatos en países con muchas lenguas oficiales. Igual, por esa misma regla, no se admiten candidatos a presidente de gobierno en España que no hablen bien español, catalán, valenciano, gallego, cantabru, bable, llionés,….. Siguiendo con el ejemplo, en Rusia o en China aquello puede ser un desmadre.

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