A las tres de la madrugada del domingo pasado atrasamos el reloj hasta las dos… del 15 de marzo. Lo escribí como broma macabra, pero empiezo a pensar que no estamos muy lejos de lo que vivimos entonces. No se imaginan la sensación de haber visto ya esta película de terror que tuve ayer cuando tratamos de explicar como mejor pudimos a los oyentes de Onda Vasca lo que se puede hacer y lo que no tras la entrada en vigor de las últimas restricciones. ¿Últimas? Me temo que solo son las que anteceden a las próximas que, a su vez, serán las que precedan a otras, y así, en bucle, hasta que un buen día las autoridades nos anuncien que estamos listos para la vuelta a lo que llamarán Renovísima Normalidad o una parida por el estilo y nos manden otra vez a preparar el caldo (gordo) de cultivo para la tercera ola.
Resignado a ser Bill Murray en Atrapado en el tiempo, no gastaré bilis en acordarme de la puñetera calavera de los hijos de mala entraña que, pasándose las recomendaciones por el forro o con manga ejecutiva excesivamente ancha, nos han devuelto (casi) a la casilla de salida. Me limitaré a hacer acopio de papel higiénico, cervezas y cinismo para asistir, pensando que no tenemos remedio, a la nueva tanda de mensajitos voluntaristas, aplausos y sermones desde los balcones o a lo que toque este viaje.
Hago mio el articulo de principio a fin.
No faltaran los de…. «que malos son los políticos!»…ya sea para los que gestionan o para los de la oposición.
Los políticos son como nosotros, son nuestra representación exacta. Carne de nuestra carne.
Disfruten de su espejo.
Y mientras tanto, Illa de jarana con Pedro J…
A veces pienso que, por no querer renunciar a lo más superficial, terminamos perdiendo lo más importante.
Por cierto, Javi ¿cuando te acuerdas de la calavera de los hijos de… , incluyes a los felices participantes en el “sarao” montado por PedroJ el pasado lunes, ministro/as, alcaldes, presidente/as de Comunidad, etc? A día de hoy no ha dimitido nadie, que yo sepa. Y, bueno, por no acordarse de la ordinaria de Baleares, que la semana pasada quiso hacer bueno, en pleno toque de queda, perdón, “restricciones nocturnas extraordinarias “ (Orwell ¡profeta!) el lema de la ministra de Igualdad: ¡SOLA Y BORRACHA QUIERO VOLVER A CASA!
Y mientras tanto la Presidenta Balear de copas en horas, se suponen, prohibidas. Los amigos o pelotas del ínclito Pedro Jota (entre otros el «renovado»Casado, ejemplares y heroícos militares, la señora Arrimadas y el señor ministro de Sanidad…etc..etc) de sarao dando un ejemplo claro y contundente de consejos vendo para mí no tengo, de que ésto no va con las élites y gerifaltes eh..?, no nos confundamos, ésto va para el resto de los mortales y cuidadín eh… sin rechistar, que os pongo un estado de queda que vais a alucinar.
Pues… mientras haya barra libre para unos y para otros no, yo sigo en las mías ¿dónde está el libro de reclamaciones? Yo no he pagado éste peaje a precio de autopista para encontrarme luego con un camino de asnos, eso sí, asnos resabiados e ilustrados.
La fiestecita del digital ultra con 150 individuos, entre ellos ministros y fiscales, ha sido la mejor iniciativa para desmotivar a quienes no tienen muy claro el asunto de la responsabilidad social y para acojonar a los ciudadanos cumplidores.
¡Qué horror de pais!
De esta solo nos puede sacar una vacuna eficaz, es decir, la ciencia, si esperamos algo de la condición humana vamos errados, al menos el Europa occidental, y más con un virus dando vueltas por nuestras ciudades, basta con que un 0,1% de la población no cumpla para que el resto suframos las consecuencias. Saldremos de esta por la ciencia, o la inmunidad de grupo, ya que a este ritmo, y si no hay vacuna eficaz, para finales del 2021 un % elevadísimo de la población habrá pasado por el peaje de la Covid, sin enterarse o de forma cruel, y las farmacéuticas habrán perdido un potosí.
Yo no espero nada de los políticos y pienso que más vale que nos pongamos las pilas y nos dejemos de el y tú más o si ellos lo hacen porque yo no
Lo digo porque si no moriremos o nos arruinaremos demasiados
Itzi, cada uno debe salvar su trasero y el de los suyos pero hay demasiados imbéciles que harán todo lo posible para que eso también sea difícil de llevar a cabo.
Hay mucha gente histérica ya con sus puentes, navidades, sus compras y sus celebraciones como para que sea difícil hasta la autodefensa.
Quienes dictan las normas no saben transmitirlas con sencillez, quienes deberían garantizar que las normas se cumplan no están suficientemente capacitados o motivados para ello y los jueces pondrán su granito de arena para hacerlo todo aún más confuso.
En Alemania bares y restaurantes estarán totalmente cerrados durante un mes y no se ha alborotado el gallinero.
Aquí algunos hosteleros echan la culpa a las normas cuando deberían echársela al virus y las autoridades se sienten presionadas como reconoció anteayer el alcalde de Bilbao, el de las terrazas abiertas en las calles.
Suerte es lo que hace falta.