Se había quedado el fin de semana niquelado para una de esas pomposas comparecencias sabatinas o dominicales del señorito de Moncloa, pero en la hora en que tecleo, parece que no va a ser así. El caporal ha mandado a su chico colocado como candidato, el ya casi exministro Illa, a hacer una nueva exhibición de lo que mejor se le da, que es lo que, al fin, le hace tan buen cabeza de cartel: hablar mucho y no decir nada. Convirtiendo prácticamente en bella arte su divisa —ni una mala palabra, ni una buena acción—, el interino de sí mismo se pegó toda la rueda de prensa con el balón en el córner. Todo lo que llegó a medio anunciar, que es lo que ustedes habrán visto en los titulares, es que en un gesto de inconmensurable bondad, su benemérito gobierno quizá —pero solo quizá— se avenga a conceder graciosamente a las comunidades autónomas la facultad de adelantar el toque de queda.
¿Y si precisaran tomar otras medidas más drásticas? Ah, no, eso ya no. Da igual que la curva de contagios sea ya una pared vertical que diariamente pulveriza su propio registro, que las UCI estén a reventar o que vuelvan a morir personas por paletadas. Lo que impera, como viene ocurriendo desde el minuto cero de la pandemia, es el frío y desalmado cálculo de lo que conviene políticamente. Y esta vez toca hacer la estatua.
Viendo a mi alrededor gente conocida que a pesar de que ha procurado cumplir con las normas va cayendo contagiada, me corroe la curiosidad de saber cuántos infractores pillados incumpliendo dichas normas han pagado ya sus multas.
Y tengo también mucha curiosidad por aquéllos que consideran esencial en su vida sociabilizar en las terrazas de los bares, permaneciendo sin mascarillas durante largos periodos de tiempo sin que nadie con responsabilidad les llame la atención, mientras se lanzan esos sprays en los que parece estar el virus, virus que encuentra terreno abonado en los insolidarios, maleducados, ignorantes y peligrosos individuos que aún suponiendo que sean minoría son el caldo de cultivo de la pandemia.
A los políticos les veo, a los más éticos como boxeadores sonados, y a los demás como incompetentes y egoístas.
Y me pregunto. ¿La alternativa de evitar medidas extremas ha contribuido a mantener la economía o nos estamos auto engañando y el coste está siendo superior al presunto beneficio?
El Alcalde Aburto dice hoy que los bilbaínos nos vayamos preparando para un cierre perimetral la próxima semana.
¿Está el Ayuntamiento preparado para controlar su cumplimiento?
Descansa Javier.
Yo hoy esperaba de ti, un artículo sobre el partido del Athletic, aunque sólo fuera para descansar del monotema de la pandemia, y de su gestión institucional.
Insisto, consejo de amigo, descansa, que ya tendrás ocasión de ponerte nervioso esta noche.
Eso sí, mañana de nuevo con la pandemia, que aunque algunos no terminen de creérselo, el tema es MUY SERIO.
No me acaba de convencer tu razonamiento. Y hoy sí que hay motivos sobrados para darle caña al gobierno español a base de bien, porque lo del cambio en el reparto de vacunas es alucinante, perjudicando al que ha sido previsor y beneficiando al que ha hecho las cosas mal.
En cambio, adelantar el horario del toque de queda parece sensato ahora en invierno, pero si en su momento aprobaron ese horario en el Congreso me imagino que tocará hacerlo de nuevo allí, si no se quiere que un juez lo eche para atrás.
Y sobre las medidas drásticas, cómo entender que comunidades que ni siquiera han cerrado los bares hablen de confinamiento total. Igual hay profundos cálculos políticos pero a mí me parece todo surrealista.
Bueno, como he comentado en algún otro blog, en este mismo diario, aquí somos un poco aldeanos, a veces para bien, pero otras… en el lío este del suministro de vacunas probablemente tanto Gotqzone Sagarduy como Salvador Illa creo que son más víctimas que culpables. Desde hace ya un par de semanas existe una polémica en Europa a cuenta del desempeño de la UE en la adquisición y distribución de las mismas. Sobre todo en Alemania, a pesar del empeño del gobierno en “templar gaitas” los ánimos están bastante soliviantados al considerar que la actuación de la UE en este tema no ha sido todo lo diligente que debiera. EEUU, GB, Israel,… habían cerrado acuerdos con Pfaizer-BioNtec antes de finalizar el verano de 2020, asegurándose el suministro, la UE no lo hizo hasta finales de noviembre. Conclusión: a Israel, a pesar de haber vacunado a casi el 30% de su población, le “sobran” vacunas y nosotros nos encontramos a la greña por unos pocos miles de más o menos. Se dice que ya se están negociando partidas en el “mercado secundario”, no quiero hablar de “mercado negro”. Se dice que incluso países de la UE se están “buscando la vida” por su cuenta; es el caso de Chipre, que por sus lazos y cercanía con Israel dicen que está sondeando la posibilidad de que este país le venda parte de su stock, se habla de Portugal, incluso de la propia Alemania. Por supuesto todo con el mayor sigilo.
De todas formas tal vez es mejor que nos manden las vacunas con cuentagotas, total para, como dice Denis Itxaso, delegado del gobierno de Madrid en Euskadi, tenerlas almacenadas.