Tengo edad para recordar aquella heladora frase del ministro de Interior José Barrionuevo a las preguntas del diputado del PNV Marcos Vizcaya sobre el paradero de Mikel Zabalza. “Aparecerá o será encontrado”, espetó el que, andando el tiempo, acabaría en la cárcel de Guadalajara por haber ordenado el secuestro de Segundo Marey. Como bien sabemos, y ahora tenemos certificado por las estremecedoras grabaciones de los infames Perote y Gómez Nieto, efectivamente, Zabalza apareció en el Bidasoa. Lo habían arrojado después de que a sus torturadores se les fuera la mano. Palabras literales.
35 años después, el que ocupa el cargo de Barrionuevo en un gobierno también con un presidente del PSOE, Fernando Grande-Marlaska, pareció ayer un digno —o sea, indigno— remedo de su antecesor. Ante la pregunta del senador jeltzale Imanol Landa sobre lo que haría su Ejecutivo para esclarecer el asesinato de Zabalza tras la revelación de la espeluznante conversación, el juez al que Europa ha sacado los colores seis veces por mirar hacia otro lado en casos de tortura, volvió a despejar a córner. “Ese asunto tendrá que ser valorado por el Poder Judicial, que es quien lleva, sustenta y dirige la investigación”, fue su bochornosa a la par que ilustrativa respuesta. Los ministros de la porra son, en esencia, iguales.
O sea lo que quería decir el juez ciego era:
No me moleste Vd preguntando sobre cosas del pasado y en concreto sobre una víctima despreciable que no merece que el gobierno constitucional español pierda su tiempo con ella.
Si familia nos importa un pimiento y que se sepa la verdad nos jode porque el PSOE hizo lo que hizo con Intxaurrondo por el bien de España.
Ya se ocupará la justicia española de dejar morir el asunto tal y como lo hizo en su momento.
Con Barrionuevo como ministro de Interior, se secuestró y asesinó en dependencias policiales a Mikel Zabalza.
Han pasado por este cargo ministros del PSOE como, Corcuera, Antoni Asunción, Enrique Múgica, Rubalcaba etc, hasta llegar a Marlaska, y ahora 35 años después sale «el secreto» tras unas declaraciones de sus verdugos.
En realidad la sociedad vasca nunca creyó que el ahogamiento de Mikel sucediese en el Bidasoa, y menos en aquellos años.
Años en que los detenidos por terrorismo eran muy propensos al suicidio, tirándose por la ventana, o bien ahogándose en el río.
Todos los citados en este comentario, tienen asuntos muy opacos relacionados con los derechos humanos, y todos coinciden en su afición por el mamporreo.
Podríamos empezar por Martín Villa, inaugurador de este «nuevo ministerio» para terminar con Grande Marlaska.
¡Todos grandes patriotas, demócratas y mucho españoles!
No hay remedio, no nos engañemos; no se van a dar pasos desde ningún gobierno Español para reconocer que en España la tortura fue sistemática y amparada desde todos los resortes del estado. No solo eso, no se va reparar a las víctimas del terrorismo de estado, ni a la familia de Zabalza ni de Lasa y Zabala ni de nadie, al contrario, sus torturadores son ascendidos, condecorados y pensionados, son reconocidos, héroes, para la inmensa mayoría de la clase política Española y de la sociedad Española, también. Me repugnan los ongi-etorris, pero me parece más repugnante y cínico cargar contra ellos desde un supremacismo nacionalista Español que clasifica a víctimas y a asesinos; las suyas y suyos de primera, los de los demás puta mierda.
Queda el relato, que quede constancia y transmisión de lo que pasó aquí, de TODO lo que pasó aquí.
«España es una gran Nación» «España es una democracia plena», «la transición española desde un régimen autoritario a una democracia constitucional ha sido ejemplar desde donde se mire». Esto no son palabras de derechistas, fachas o conservadores. Son palabras de presuntos dirigentes de la izquierda, más conocida por PSOE, hoy en el Gobierno, así como en otros periodos.
Esas palabras serían ciertas si el propio gobierno y la judicatura hubieran tenido una actitud compatible con un estado derecho, evitando, persiguiendo y aclarando la tortura y los ataques a los derechos humanos. No solo no lo han hecho, sino que los han consentido, obviado y en algunos casos organizado.
No hablemos por tanto de herederos del franquismo, de una sociedad consentidora, de una falta de depuraciones… Hablemos de los que pudiendo y esperando que ejercieran su responsabilidades con la democracia, y más tarde con la verdad y memoria histórica, no la han ejercido.
Una puntualización; no son seis sino siete las veces que Estrasburgo ha sacado los colores a G.MarlasKa. La séptima la sumó hace poco. Y a saber si es suma y sigue.