Cuánto antifascista, y yo qué viejo. Antifascistillas o antifascistuelos, quiero decir. A más no llegan. Ni unos ni otros, que en realidad son haz y envés de idéntica moneda. Juegan exactamente a lo mismo y se necesitan mutuamente con urgencia, con apremio, con ansia infinita. Por eso se buscan y se encuentran, como este fin de semana en Donostia y Bilbao. ¿Lo de Errenteria? Sí, vale, también, aunque quizá ahí quepan más matices, por lo menos, para los que tiramos de decimales y no vamos a blanco o negro.
Quedémonos pues con las otras grescas y, afinando más, con la de la capital vizcaína, que fue resumen y corolario de la ponzoña extremista o extremoide con que nos toca lidiar. Y la prueba, la felicidad del provocador mayor, Santiago (y cierra España) Abascal. No le entraba una paja por el tafanario al mindundi encumbrando como líder carismático de la fachitud al abandonar la Villa de Don Diego. “Profeta en su tierra”, titulaba viniéndose muy arriba un medio de orden ante un lleno más imaginario que real en el Euskalduna… o, en todo caso, certificado a golpe de autobús y cenutrio foráneo. Un mitin de medio pelo convertido en apertura informativa peninsular a todo trapo gracias a los alteregos del terruño vascón, que regalaron a los convocantes la batalla campal, duras cargas policiales incluidas, que habían venido a buscar los de la falange renombrada con tres letras. Y casi peor que los que la liaron en el asfalto, los burguesotes que a buen cubierto cantaron la gesta en Twitter, tomándose la licencia de comparar a los bronquistas con Neus Catalá, auténtica antifascista fallecida el mismo día. De vómito.
Se ha centrado todo el foco en el aspecto táctico o estratégico del asunto. La estrategia de Vox y de Cs era venir a provocar esa reacción y trasladar esa imagen de ser agredidos para ganar votos en el resto de España y lo han conseguido (al menos lo de trasladar esa imagen; lo de ganar votos no lo sé pero que tienen la imagen que buscaban está claro).
Desde el punto de vista de la táctica es muy evidente. Eso buscaban y eso han conseguido, por lo que se habrán ido felices. Enhorabuena. Resulta muy significativo hasta qué punto arraigó su modus operandi determinado sector político entre los suyos que no pueden evitar sacarlo a relucir ni incluso sabiendo que benefician a su enemigo. Salvo que, ojo, tácticamente a ellos también les convenga el asunto y esta polarización y, pese a lo que dicen, en realidad no les preocupe gran cosa el crecimiento de esos partidos, sino que lo estén deseando; podría ser, podría ser.
En todo caso, creo que el enfoque estratégico y el rechazo que provoquen Cs y Vox no deberían hacernos olvidar algo importante, que es de principios. En este episodio de Rentería, con toda la obvia provocación que se quiera, y con todo lo mal que nos parezca Rivera, no deja de ser cierto que hemos asistido al intento de acallar, de no permitir que un partido haga un acto público, al intento de que determinados planteamientos políticos deban ser proscritos en esta parte del territorio, perseguidos, y sus portavoces y seguidores atacados, agredidos e insultados.
Y eso sigue siendo muy grave. Y más grave aún que haya tanta gente que lo disculpe o lo justifique porque no le puede ver e Rivera, lo cual es muy legítimo, pero en esta ocasión los agredidos han sido unos y los agresores otros (al menos…lo han intentado y os que iban a hacer un acto político han tenido que ser protegidos). Me ha decepcionado un poco no escuchar este planteamiento tan claro de gentes a las que tengo, sigo teniendo, como muy cabales y referentes de defensa de derechos democráticos.
Y decir esto no es echar un cable a Cs ni a Vox. Ni mostrar afinidad con ellos. Es tener claro que no puede ser que un partido político no pueda hacer una acto de campaña en condiciones de normalidad en esta parte del territorio. Y no caben matices porque es que son “esto y lo otro”; porque se abre una puerta peligrosa porque otros pueden pensar que los demás son también “esto y lo otro”.
Porque un día es esto y otro día, como sucedió no hace mucho, nos damos cuenta de que aún se siguen dando palizas en la Universidad a chavales por mostrar públicamente determinada posición política. Y eso es muy grave. Y lo de ayer…justifica lo de la Universidad; tal cual.
Ojito; y eso…en Euskadi…no lo están haciendo los cuatro gatos de Cs o de Vox…de los que tengo la peor opinión pero…a día de hoy los que te siguen partiendo la cara si tu posición política les provoca, son los de siempre. Que para ser antifascistas se siguen prodigando en actitudes típicamente facistas.
Y seguro, seguro….que lo de aquel chaval al que mandaron de la facultad al hospital hecho un cromo, por acudir a un acto político, también fue considerado una provocación por parte de los agresores. ¿¿¿Es que no nos sabemos ya de memoria los peligros de la coartada de la “provocación?? ¿o solo vale para determinadas situaciones??
Ciudadanos (no digamos Vox) me echa mucho para atrás. Su discurso y lo que representan. Y lo que justifican. Pero…es que también me repelen otros también por lo que representan, y lo que justifican…y también hay quienes consideran una provocación hacer actos públicos de vítores a criminales y ensalzarles en la vía pública por hacer asesinado a x personas (porque por preparar bien la tortilla de bacalao no se les homenajea). Pero yo creo que, por mucho que me repugne, tienen derecho a hacerlo.
Así, que interpretaciones estratégicas y propagandísticas aparte, no dejemos de pensar en lo importante; sigue habiendo gente y una opción política concreta que se cree con derecho a imponer quién se puede expresar en esta tierra y quién no, que se siguen creyendo dueños de la calle. Y eso es tan antidemocrático como lo que defienden desde la otra trinchera de prohibir partidos que tienen determinados discursos (independentistas, por ejemplo).
Lo “bonito” que hubiese sido ver a Rivera con los 40 0 50 seguidores (con todo el derecho, por otra parte) en su acto ante la indiferencia general. ¿Qué imágenes habrían cogido las cámaras? Pero…lo más importante; Rivera tenía todo el derecho del mundo a hacer ese acto y sus seguidores, que lo son por los motivos que sean, al igual que otros siguen a otras fuerzas que tampoco entiendo y que me repelen, a asistir a dicho acto sin ser insultados ni necesitar protección policial para no acabar en el hospital, como el chico de la universidad.
Bueno, si vamos a comparar a los fascistas con los que protestan… Entiendo que DEIA tiene que aprovechar hasta las granizadas para atacar a la IA.
Pero creo que deberían poner límites a la campañita ose les va a ir de las manos.
Que no se ha enterado, señor anónimo. Que lo que no voy a hacer es comparar a los auténticos antifascistas con fachirulos que van a montar gresca. Y peor si lo hacen desde su casita o desde su despachito. Tales para cuales. Por cierto, nadie ha mencionado a la IA en el texto.
El aducir, por parte de los manifestantes, como gran argumento para el incidente, que «estos partidos vienen a Provocar» descarga su estiércol encima de sus propias cabezas.
Es evidente que venían a provocar. Ya lo sabemos. Todos los sabemos. Ellos también.
Pero que los montadores del pollo caigan en la provocación es reconocer que eran los únicos que no lo sabían, o que desean realmente caer en la provocación y así ocupar con satisfacción la mejor ubicación en los medios cavernarios, hablados vistos o escritos. En cualquiera de los dos casos, la madurez esperable a sus años no se ha acumulado suficientemente en su sesera.
Tales para cuales…..?????. Esa exquisirtez no cuela. Y lo sabes