El pasado 28 de abril, Javier Maroto, encabezando la lista del PP por Araba, cosechó los peores resultados históricos de su formación en el territorio. No solo se quedó sin el escaño que desde tiempo inmemorial se da por seguro para la sucursal vascongada de Génova, sino que esa acta fue para EH Bildu. Y ocurrió así, en buena medida, porque muchas personas que no son de la izquierda abertzale optaron por el candidato de la coalición soberanista, Iñaki Ruiz de Pinedo, solo para evitar que saliera Maroto. Me suelo tentar las ropas ante expresiones como “las urnas han hablado claramente”, pero en este caso, me parece que se ajusta a la realidad. Pocas veces ha sido tan evidente que una gran parte de la ciudadanía alavesa utilizó su papeleta con un fin determinado: que el antiguo (y nada añorado) alcalde de la capital no ocupara un puesto institucional.
Pues ya ven el respeto a la voluntad popular. Desde que el descabalgado Maroto —que también lo fue de sus responsabilidades en el partido, como culpable del tortazo electoral— se quedó al pairo, el PP no ha dejado de mover hilos para encalomarlo como fuera. La primera intentona fue endiñarlo como senador autonómico por la Comunidad Valenciana, lo que los populares locales evitaron porque tenían culos por acomodar. Fracasado ese plan y otros tan descabellados, el actual parece que pasa por colar a Maroto nuevamente como senador autonómico, pero esta vez por Castilla y León. Tal cual es la política. Un zutano al que en su tierra le han dicho que no lo quieren ni en pintura es susceptible de colocación desde un territorio con el que no tiene el menor vínculo. Ascazo.
El caso es que en politica, donde se supone la mayor expresión de representación y derecho ciudadano se dan circunstancias tan desmadradas, como el hecho de que a un politico que estorba y que no ha salido elegido en las elecciones a las que se ha presentado, como Maroto, le tenga que buscar el partido un hueco en una comunidad que no tiene nada que ver con él en absoluto para poder colocarlo en el Congreso y además de portavoz… es el colmo de la DEDOCRACIA, lo que digo es que a alguien con esas aspiraciones y que ha salido elegido, se verá obstaculizado por que el Presidente del partido quiere colocar a quien era su amigo y la cagó en el cargo como responsable de la campaña electoral por el que se descalabro… No voy a decir tampoco que la culpa fue suya, meter a Aznar y su politica rastrera, ya era suficiente garantía para la ecatombe, pero él era el responsable de campaña y ahora hay que alejarle como una mala influencia. Cuanto menos salga en la foto mejor.
Es la política, amigo….¿o son los políticos?
En cualquier caso nada nuevo bajo el sol, bajo ningún sol. Lo has expresado perfectamente en una de tus frases: «tenían culos por acomodar» La política institucional es como el juego de las sillas, siempre hay menos sillas que jugadores
El apunte es muy bueno. Llegar a tales extremos por ir de facha, y no bajarse de la burra, aparte de algunos chanchullos por el alquiler de unas oficinas por el ayuntamiento en condiciones perjuiciosas para el propio ayuntamiento.
Los que se quejaban de las ayudas a gente necesitada beneficiando a un pez gordo, hay que ser miserables e idiotas. ¡¡ por qué no te callas¡¡ como diría uno.
Pero quien ha estado de 10 ha sido Gasteiz y Araba, zazpigarren alaba, que ha conseguido dar la vuelta a una sitacion axfisiante con el PP subido a la chepa, las gentes y sus representantes, como el cuatripartito navarro, supieron denunciar actuar ceder acordar….he aquí el resultado, con Gorka de capitan de un barco en mares complicados, ha llegado a buen puerto.
y a EH Bildu recordarle lo de los votos prestados
Lo que llama también la atención – a mí por lo menos- es que Maroto reviste todo lo requerido para ser apartado como ente tóxico y no deseado de un partido cuya ideología rasca con su naturaleza desvelada y que, sorprendentemente, le acoge en su seno: Es candidato perdedor, gestor de campaña fracasado y homosexual casado (perdón por la rima y referencia fácil). Demasiados atributos en contracorriente como para no imaginar otro tipo de ensamblajes más poderosos que impidan su defenestración.