Hubo un tiempo nada lejano en que yo también solo veía virtudes infinitas en Fernando Simón. Mil veces lo puse como ejemplo de comunicación en la gestión de crisis peliagudas. Me parecía sinceramente un tipo que sabía transmitir confianza y calma en situaciones de zozobra, cuando el común de los mortales, o sea, servidor, empezaba a acongojarse ante lo que ya se iba dibujando como un episodio de alta gravedad. Y por ahí empezaré el desmontaje del mito. Hoy es el día en que está documentado que, en el caso más favorable para él, no sabía tanto como aparentaba. En los archivos está su declaración categórica, el 23 de febrero pasado, de que el virus no había entrado en el Estado español, cuando para esas fechas, según el informe del Instituto Carlos III, ya campaba a sus anchas en, por lo menos, una quincena de focos.
Nadie venga con la soplagaitez del Capitán A Posteriori, que ya en esos días había voces —y no únicamente de tertulieros fachuzos— alertando de la posibilidad que Simón negó no solo con contundencia sino con displicencia. Y así, en un sinfin de ocasiones en estas semanas tremendas en las que hemos podido comprobar que en numerosas ocasiones no son los datos técnicos y científicos los que basan las decisiones políticas, sino al revés. La ciencia sirve de coartada a la política.
Se tomó la decisión de seguir para adelante porque, al principio de la pandemia, lo que más se temía era quedar como que se había destrozado la economía por nada. Y en el caso español, quedar como machirulos cerrando el sarao institucional del 8-M pesó lo suyo, también.
De todas formas, se está reabriendo y yendo a elecciones dando por buenas dos cosas. La primera, que el virus es estacional. La segunda, que la inmunidad por haber pasado la enfermedad es potente y continuada.
Lo primero es muy probablemente falso, la enfermedad se extiende por países cálidos a la misma velocidad (y fuera de estacionalidad de la gripe) que en países fríos. Irlanda está pegando ahora un acelerón.
Lo segundo. Hay que tomarlo con muchas pinzas. Todavía no lo sabemos.
Ahora mismo, para mí que tiene pinta de que vamos a tener otro subidón, y pronto, junio mismamente. Me encantaría equivocarme y hacer penitencia el 30 de junio diciendo que estaba errado y que todo va a mejor.
Lo mas jodido, valga la expresión, es aprender que este episodio no es mas que un recordatorio de que la globalización hay que entenderla y saber aplicarla con criterios.
No olvidar el autoconsumo y la autoproduccion básica local y cercana.
Entender que no necesito viajar a NewYork, Madrid o Bilbao para mantener una reunion de trabajo cuando puede hacerse telemática.
Nunca debimos permitir que sea mas barato un espárrago lejano, ni una camisa confeccionada en las antípodas.
Y, por supuesto, que no necesitamos reducir los tiempos de duracion de los viajes a costa de cargarse el planeta y los ecosistemas, se trata de reducir los viajes y, cuando sean necesarios, hacerlos seguros para el que viaja y para el entorno por el que se viaja.
Esta pandemia ha sido un suma y sigue de nuestra actuacion sobre este planeta.
Pero lo triste es que a quienes dirigen, que no tienen porque ser los politicos, no parece interesarle nada mas alla de lo que signifique rédito y beneficios.
Enfinnn.
Si algo se ha demostrado en todo este asunto es que EL MANDO ÚNICO solo ha sabido hacer con eficacia dos cosas:
a) PROHIBIR
b) CONTROLAR
Para el resto de cuestiones (sanitarias, económicas, aprovisionamiento, etc), pues una mezcla de incompetencia e ineficacia.
Tampoco hay que ir tan lejos como hasta el sr Simón. Mirémonos el ombligo; ¿cuántas veces negaron las autoridades vascas la peligrosidad del virus antes de su aparición y afirmaban que todo estaba bajo control ( pese a informes de científicos contrarios) ? ¿alguien ha visto o escuchado en este tiempo a algún virólogo, epidemiólogo o similar de Osakidetza o de las autoridades sanitarias vascas? ¿ Quién fue el que despreciaba esta epidemia y se empeñaba en hacer elecciones electorales hasta que la triste realidad le convenció ? ¿ quién se negó a cerrar los comercios y empresas en el primer estado de alarma ? ¿ quienes se quejaron por el cierre total de la economía augurando el apocalipsis económico vasco ? ¿ quién dijo que era compatible la salud con en ir al trabajo ? ¿ quién no se abasteció lo más mínimo en epis, mascarillas y demás ? ¿dónde estaríamos ahora si se les hubiese hecho caso ? ¿qué decir de los famosos tests made in Euskadi donde alguno/a se autoalabó en los medios para luego dejarlos en el armario de turno? Que el sr Simón falla más que una escopeta de feria ha quedado más que claro al igual que el desastre de nuestra «txinbera». Habrá que fijarse y criticar en que hemos fallado nosotros para que la próxima no nos pille con los pantalones bajados.
El Gobierno Vasco fue el primero en mandar a los escolares a casa, una semana antes de imponer el Gobierno central el estado de alerta, que, por cierto, el GV nunca se negó a que se declarara, entre otras cosas porque no sería de su competencia.
La convocatoria de elecciones se realizó a comienzos de febrero cuando nadie se imaginaba que una noticia de una gripe rara y nueva que sufrían en China se iba a convertir en causa de situación tan deteriorada como para impedir unas elecciones. Y de empeñarse, nada. No ha habido nunca una polémica tipo “elecciones o confinamiento”. De hecho lo que nadie vio entonces es ninguna crítica opositora a dicha convocatoria. Los que utilizaban el akuyu con vigor en cada ocasión era la oposición, forzando dichas elecciones en base a la debilidad del Gobierno; Esos mismos son los que ahora ponen caras raras. Se puede ir al súper, o a sacar al perro, o al niño. A echar una papeleta en una urna, noooo! ¿cómo?.
Lo de la compatibilidad de salud y trabajo no solo lo ha dicho Urkullu, Murga y otros. También la evidencia. De hecho deberian ir juntos, y de la mano del sentido común. Desde que se ha ido a trabajar, las infecciones no han aumentado. Y desde luego, si fueran incompatibles, ni supermercados, ni gasolineras, ni otros servicios básicos podrían atenderse.
Que no ha habido precaución en cuanto a material y recursos en la red sanitaria es un hecho. Tampoco ha habido investigación sobre test de una enfermedad surgida repentinamente e igualmente son criticables las rebajas presupuestarias a Sanidad, Educación, acción social y Dependencia, pero de esto, precisamente no es el Gobierno vasco de los más significados, sino al contrario.
Lo que pasa que hay que sacar pecho de unidad y liderazgo y lo que hay que hacer lo digo yo, cuidado, qué es eso de convocar elecciones. Todo tiene su «tempo» El que yo diga. Y los niños saldrán como y cuando lo diga yo, y las ferreterías abrirán cuando lo diga yo, que esto es muy serio y tú no sabes.
Que esta actitud no se traslade a otros temas, porque hay cierto atisbo de galerna muy preocupantes. Y los palmeros que se lo hagan mirar, a ver con qué amistades nos andáis.
Por otro lado, yo sí creo que la ciencia es utilizada interesadamente por la política, y no solo en Madrid ya que también el Pisuerga pasa mucho por Valladolid, y en todas las latitudes.
A mí me habría gustado ver a Urkullu reconociendo que estabamos en pelotas , que no teníamos mascarillas , que no teníamos epis , que teníamos que hacerlas en casa , que no se podía asegurar la seguridad de sanitarios, no de ertzainas, ni de limpiadoras, ni de ….
Lo siento pero me ha defraudado.
Al pastor del gorbeia decirle que nunca. Pero puedes seguir diciendo lo que te plazca sin poderlo probar.
A ti, Javier, que eres de Santurtzi ten cuidado con las palabras que usas, y recuerda a aquel parroco que llego a Santurtzi y que se quedo con el sobrenombre de «precauciones».
No olvidemos que todas las comunicaciones, informes, recomendaciones,etc de la OMS y resto de instituciones internacionales no llegaban al GV, sino al Gobierno Central, que era el capacitado, como se ha demostrado con el ESTADO DE ALARMA, para ORDENAR la asunción de las medidas pertinentes. El GV podría haberse adelantado en temas como el aprovisionamiento y ya lo hizo al declarar el ESTADO DE EMERGENCIA, suspendiendo las clases y tomando medidas en las residencias de mayores. Podría haber he hecho algo más, pero otra cosa que ha quedado clara en esta crisis es quien es el que realmente manda. ¡Que no se nos olvide!