Menudo papelón, el del presidente Sánchez, el ministro Illa y el bienquerido e intocable doctor Simón. El lunes prometían a todo trapo que para diciembre llegarían a Hispanistán tres millones de dosis de la vacuna de Oxford, y ni 24 horas después, los responsables de la investigación anunciaban la suspensión temporal de los trabajos ante un serio contratiempo: uno de los voluntarios había desarrollado una grave enfermedad que los científicos no sabían explicar. En ese punto, los titulares de aluvión proclamaban con estruendo la catástrofe y los mismos todólogos que el día anterior celebraron con vítores en mil y una tertulias el anuncio de los temerarios mandarines españoles corrieron a pontificar el tremendo desastre.
Por fortuna, no tardaron en aparecer quienes de verdad distinguen una probeta de una pastilla de Starlux para contarnos que lo ocurrido no era ningún drama. De hecho, según añadían la mayoría de los auténticos expertos, lo que podía resultar mosqueante es que hasta la fecha todo pareciera ir tan maravillosamente bien. Lo habitual en este tipo de investigaciones es que el camino esté trufado de adversidades, cuya paciente resolución será la garantía del funcionamiento deseado del producto final. La lección es bien sencilla: sobran las prisas y las ganas de colgarse medallas.
Claro que el desarrollo de una vacuna no fácil… ni barato.
Por eso se tarda mucho tiempo, aunque los posteriores usuarios de la vacuna sea la población de Países ricos, que la van a comprar y poder pagar, incluso antes de que salga.
Y por todo lo contrario, hay muchas investigaciones para conseguir vacunas que eviten ciertas enfermedades existentes en Países pobres, que no avanzan, y tardan muchos años en salir, o no salen nunca, pero los que mueren por no tener esa vacuna son lo pobres…. Eso importa menos. Y es que la «pela» es la «pela».
¡Vísteme despacio que tengo prisa!
La lucha que tienen las farmacéuticas y laboratorios de investigación de todo el mundo por llegar primero a conseguir la vacuna, prima más la ganancia económica que esperan conseguir que el resultado paliativo que tenga ante la covid 19.
Oímos opinar sobre las posibles vacunas rusas, chinas, estadounidenses, británicas, francesas, etcétera.
Y según la tendencia política del medio de información nos recomienda cual es la más eficaz.
Por otra parte están los políticos con sus carreritas a ver quien llega antes y lo jode más.
¡Que Dios coja confesados a los creyentes y a los no creyentes, que falta nos va a hacer!
Me parece que tanta información respecto a una vacuna que se está probando es un auténtico error
La población tiene que estar informada pero no bombardeada
No hacen más que crear expectativas para luego desinflarlos y dudar de todo ,lo único que nos hacia falta para acrecentar el número de negacionistas
En fin que los medios y los políticos deberían de ser un poco más cautos ..
Sobre esta segunda oleada, tengo la extraña sensación que la peña es incapaz de ver responsabilidad en actividades que comparte o siente cercanas.
Quiero decir, que veo a miles de empresarios más o menos grandes sufriendo una tremenda ceguera respecto a que centros de trabajo atestados y sin ventilación sean fuente de infección.
Pero, toma el mayor furibundo antimataderos del mundo, llévalo a un centro atestado… solo hace falta que se llame bar. Los riesgos laborales han desaparecido milagrosamente y queda la barra santificada.
Por no entrar en que «los botellones no contagian». Nah, que se morreen o pasen botellas, sin problemas.
Al final todo se reduce a ese concepto económico de nombre cuqui de «externalidad». Que si el coste lo asumen otros, a mí poco me importa quemar el mundo, básicamente.
El mismo dia en el que cuatro ciudadanos vizcainos de la tercera edad mueren solos en sus residencias por el coronavirus, más de de 60 jovencillos h..de la gran p..hacen botellón en La Zona de Santutxu.
Cuenta la prensa que la policía municipal les disolvió.
¿Es eso suficiente? ¿ no deberían haber hecho a unos cuantos cagarse de miedo en los pañales? ¿no es la labor de la policía municipal evitar los botellones cuando empieza a haber más de 10 personas reunidas o cuando se empieza a consumir en la calle y no una hora después?
¿Por qué tanta laxitud con el consumo de alcohol por menores de edad que además contravienen las normas sanitarias?
Es un misterio ¿o no?
En Altsasu, entre policía foral, municipal y los de verde han desbaratado otro descerebrado y peligroso macrobotellón.
Líbreme Dios de querer un estado policial, que ya hemos tenido bastante, pero a los tarados éstos se les debe infundir primero respeto y si no reaccionan, miedo. Pura defensa de los más débiles.
Y en Bilbao no hay respeto por los municipales desde hace mucho y por muy diversas circunstancias. Nula colaboración judicial con la consiguiente desgana y fracaso absoluto en poner en marcha una policia de calle y no de coche.