No quiero resultar melodramático, pero me da que la banda sonora de esta pesadilla la está interpretando la orquesta del Titanic. Por benévolas y voluntaristas que se pongan las autoridades sanitarias al aventar los datos diarios, quedan pocas dudas de que caminamos de nuevo hacia el abismo de la tercera ola. Como menú-degustación, los aumentos de positivos forjados en los puentes, en las mareas callejeras, en las chuflas domésticas… y mucho me temo que también en lugares a los que no acudimos precisamente por ocio.
“¡Eh, eh, eh, que la hostelería no estaba abierta esos días!”, protestan los recalcitrantes. Y la respuesta no es difícil: menos mal. A nadie que no quiera autoengañarse se le escapa que el descenso que ahora se estanca llegó tras el cierre de tabernas y restaurantes. Cualquiera que haya visto las imágenes de la reapertura en la CAV tiene motivos para temer lo peor. ¿Culpa de los tasqueros? Desde luego que no.
Claro que el pasmo mayor viene al mirar el calendario para comprobar que estamos cada vez más cerca de las fechas señaladas y no parece que nadie con mando en plaza tenga la intención de echar el pie al freno. Nuestros vecinos del norte, incluidos los que se tomaron a la ligera la primera embestida del bicho, se afanan en medidas a cada cual más restrictiva. Y aquí, como si nada.
Entre si la culpa es unos o de otros, sigo observando alegres terraceros y terraceras fumando o simplemente hablando a gritos sin mascarilla. Y cómo no, también veo aglomeraciones en las zonas comerciales.
Los alemanes y los holandeses son muy sositos y miedicas. No saben pasárselo bien. ¡A nosotros nos van asustar!
Cuando la señora Merkel toma unas medidas se cumplen y si no te empluman. Aquí damos el cante. Por ejemplo, el concejal de movilidad de Bilbao, Alfonso Gil, se sacó una foto muy bonita para la prensa con un autobús, un taxi y montado en una bici electrica y declaró solemnemente que
EL TRANSPORTE PUBLICO ES 100% SEGURO.
Hombre, puestos a elegir prefiero a la señora alemana esa tan seria que al señor Gil. No sé, me fío más. ¿De dónde carajo ha sacado ese señor esa cifra? ¡Jo qué miedo me da ese tipo de populistas!
Aquí no hay olas que valgan, esto es un maremoto que no es capaz de doblegar nadie.
Los del Norte toman medidas como el cierre de hostelería porque nunca apostaron de lleno por el sector ocio, todo lo contrario que aquí, donde todos los entes, Gobierno, Diputación incluido los alcaldes de Bilbo daban constantemente la matraca con tener siempre todo abierto para los turistas y de paso para los no turistas.
Ellos pueden pagar el 75% de la declaración anterior a los que haga falta inhabilitar para intentar parar la pandemia.
Nosotros no, porque no hay un duro y no nos queda más remedio que seguir jugando a la gallinita ciega.
En cuanto a los ciudadanos, no creo que haya diferencias, habrá de todo como en botica. Gente sensata y no tanto llevamos sirviendo varias décadas por estos lares, y no te digo por allí abajo.
El problema es que aquí cerramos la hostelería y efectivamente bajan los positivos pero no lo suficiente
Por que ? pues muy fácil porque la gente se lo monta en casa con sus amigotes y familia variada además de los botellones clandestinos
No hay que ser muy listo para deducirlo
Con lo cual el problema somos el personal que nos da lo mismo mientras no nos toque
Ósea aquí nos tienen que tutelar y si no pues seguiremos jugando a la ruleta rusa mientras no nos inmunicen ..
Si la legislación actual no permite sacar inmediatamente y
a palos a 67 imbéciles de la hospedería de un convento de Derio, que por cierto no estarían haciendo ejercicios espirituales y llevarlos a un polideportivo, o a un cuartel y tenerlos semana y media haciendo flexiones, amén de las correspondientes sanciones pecuniarias, es que la legislación no sirve y hay que dictar urgentemente nuevas normas y por supuesto hacerlas cumplir. Porque para mi la pregunta es : ¿estamos a salvar vidas o a rolex?.
ENRI, alguien pordria decir que tus palabras huelen a populismo, pero la verdad es que estas alturas lo que huele es a hartazgo, y no sólo del comportamiento sociópata y chulesco (y choni poligonero que todo hay que decirlo) del rebaño de Derio.
Una cada vez está más harta de que nuestros politiquillos nunca quieran legislar «en caliente», pero tampoco en frio, al parecer y así nos encontramos con una buena cantidad de sucesos y circunstancis de injusticia manifiesta porque al parecer sus engreidas señorías tampoco están por interpretar la ley de acuerdo a la jodida realidad, sino al pie de la letra o como les salga de las puñetas, pero a espaldas de la sociedad.
Qué queda?
Pues la policía, mira tu por dónde, los únicos que en estas circunstancias cumplen con su papel.
La semana pasada otra persona comentó aquí mismo que entre la Ley de la patada en la puerta y el que tengan que pasarse (la Ertzaintza) la noche al raso controlando a los energúmenos esos prefería lo segundo.
Pues en este caso, y sólo porque algunas personas tenemos muy muy claro que más vale la salud de la gente anónima que las ganas de juerga de unos gilipollas, estoy de parte de la bofia.
Pero no se lo digáis a nadie…
Una buena medida prohibir la venta de alcohol mientras dure la pandemia.