Si no estuviéramos en medio de una inmensa tragedia con alrededor de cien mil muertos en el estado, resultaría hasta cómico. El ministro de Justicia español, un tipo cuyo nombre desconocen nueve de cada diez de sus administrados, sale de las catacumbas para decir por la mañana pata y al mediodía patata. Qué personaje, el tal Juan Carlos Campo, que nos madrugó en El País con una redacción escolar en la que daba por muerta la pandemia y terminaba con un párrafo pegoteado tras las imágenes de la nochevieja del fin del estado de alarma deslizando que quizá se pueda cambiar el cagarro de decreto evacuado por su gobierno el otro día. Total, para desmentirse a sí mismo un rato después en el programa de Ferreras.
La última versión del mengano cuando tecleo estas líneas es que no hay nada que cambiar, que la legislación ordinaria no permite el toque de queda y que las comunidades tienen “un arsenal de herramientas jurídicas” para hacer frente al virus. Ni media hora antes, su compañero de gabinete Miquel Iceta había asegurado a metro y medio del vicelehendakari Josu Erkoreka que si cualquier comunidad necesitaba un estado de alarma, se estudiaría y con toda probabilidad se concedería. Como se ve, la irresponsabilidad de los juerguistas del domingo es directamente proporcional a la del gobierno español.
Apelamos a la responsabilidad de la ciudadanía Mos dicen con rostro afectado
Por mucho que repitan el mantra, quienes lo han hecho y lo hacen lo seguirán haciendo y el resto se padana y se pasa la verborrea política por sus entrepiernas
Así que no me lo repitan por favor. Más que nada si tienen Vds. algo de responsabilidad politica sean menos jetas.
El famoso palabrero del PSOE, Simón por ejemplo, que dice sentirse decepcionado por los botellones de Madrid. Este tipo o es un alma cándida o tiene la cara muy dura
Las llaves de » la caja del arsenal de herramientas jurídicas» de las que disponemos???, deben de estar, como en la canción, en el fondo del mar Matarile, rile, ron chimpón.
Tenemos una clase política a imagen y semejanza de los que bailaban la conga el la Puerta del Sol o iban de botellón por el puerto donostiarra el domingo pasado. No hay más. Son el espejo unos de otros, y esa es la desgracia.
Tal para cual. Tal para cual: Gobierno y parte de la ciudadanía.
Lo que no sé es que cual es la causa y cual es el efecto.
¿El Gobierno gobierna para esa parte de ciudadanía que, como diría Javier «se pasan todo por la entrepierna», o esa parte de la ciudadania se comporta así a la vista del desmadre del Gobierno? Esta es la cuestión.
Sabemos que orden y contraorden es igual desorden. Y aún que queramos cumplir las normas y comportarnos de forma responsable, lo tenemos difícil. ¿A quién hacemos caso? ¿ Al Gobierno? ¿Pero a qué Gobierno, al central o al autonomico? ¿A los Jueces? Pero la misma duda: ¿A qué Jueces, a los de aquí o a los de más allá? ¿A los epidemiologos o a los tertulianos diplomados en medicina? Demasiadas preguntas para un ciudadano de a pie, por mucha buena voluntad que le ponga, para saber lo que puede y lo que debe hacer en este periodo confuso en el que parece que el slogan es: «que cada uno haga lo que quiera y que pase lo que pase».
Yo me permito recetar una buena medicina para estos casos: SENTIDO COMÚN, que es muy buena y no tiene contraindicaciones.
Javier tu que eres listo.. escucha… esto…, ¿Hay alguien que pueda decirme cuales son concretamente (listado de) las «herramientas» de las que dispone el Gobierno Vasco para el control eficiente del virus?
Es que todo perropichi habla y habla y no se sobre qué en concreto.
¿Son una medida? ¿Tres? ¿cuarenta docenas?
Si me puedes decir algo te lo agradecería. Es por salir de mi incertidumbre espantosa.
El pescado siempre empieza a oler por la cabeza.
Me parece que la gente que nos tomamos esta pandemia en serio porque la hemos visto muy cerca en amigos y familiares poco podemos hacer salvo apretar los dientes y aguantar tanta insensatez . Haciendo un esfuerzo para no terminar odiando a una parte de nuestros semejantes .
El gobierno central cobarde y con miedo a la falta de turistas y la ciudadanía que no entiende nada y pide libertad para juerguearse no ayuda a ser optimista .
Las vacunas ayudan pero no sabemos todavía si inmuniza igual a todos ni por cuánto tiempo y hay cepas que pueden llevar al traste el camino andado