Hoy nos desplazamos a la vecina Cantabria para visitar el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, uno de los humedales más importantes del norte de la península. Además, aportaremos el punto montañero subiendo a Buciero y bajando por unos bonitos y entretenidos senderos.
Comenzamos la ruta desde Gama y seguimos la carretera CA-148 en dirección a Santoña. Al llegar a una rotonda tomamos la primera salida en dirección al Molino de Cerroja. Pronto tenemos a la vista el pequeño edificio construido sobre las aguas. La marea está bajando y el olor a mar lo envuelve todo. Recomendable parar unos minutos a contemplar las tranquilas marismas desde el mirador situado junto a este molino de marea.
Deshacemos nuestros pasos y volvemos a la rotonda en la que nos habíamos desviado. Retomamos la carretera y cruzamos el municipio de Escalante en nuestro camino a Santoña. Poco después, para evitar el siguiente tramo con coches nos volvemos a dirigir hacia la marisma entrando en el Camino de Castanedo. Este camino rural bordea el monte Llosón pasando por el Barrio de Riaño.
Volvemos de nuevo a la carretera tras este pequeño rodeo. En seguida la abandonamos girando a la derecha y cruzando el barrio de Ancillo. Un camino acondicionado se dirige hacia las marismas y nos deja junto al dique del Molino de Ancillo o de Jado. En su interior una amable trabajadora nos hace una demostración de cómo funcionaba este molino. El agua marina se acumula durante las mareas altas y cuando baja el nivel del mar se abren los diques para que la fuerza del agua haga girar la gran piedra que muele el grano.
De nuevo rodando junto al tráfico, seguimos en dirección Santoña. Tras pasar por un par de rotondas abandonamos el asfalto y tomamos un estrecho sendero que sale a nuestra derecha. Rodamos ahora por el dique que separa la marisma de los Tarays.
Volvemos a sentir de cerca el fuerte olor del mar. Pasamos junto al Observatorio de aves de la Marisma de Bengoa, lugar desde el que se pueden ver gaviotas, garzas y varios tipos de aves que visitan la zona. Seguimos avanzando sin desviarnos, quedando ahora a nuestra izquierda la marisma de Solija.
Finalmente, entramos en Santoña por la zona de las conserveras. Tras cruzar el polígono industrial y pasar junto al puerto, llegaremos al Paseo Marítimo. Antes hemos subido a echar un vistazo desde el peculiar Mirador de las Marismas.
La amplia zona peatonal que ocupa el paseo nos permite rodar con tranquilidad mientras disfrutamos de la brisa marina. Debemos cambiar a una calle paralela para comenzar la subida junto al Fuerte de San Martín. Este lugar declarado como Bien de Interés Cultural formaba parte de una serie de fortificaciones instaladas en esta zona estratégica. Junto a su entrada encontraremos una fuente en la que refrescarnos antes de comenzar con la parte dura de la ruta.
El asfalto nos acompaña durante los primeros metros del ascenso. Pero el terreno no tarda en ponernos las cosas difíciles en lo que va a ser una dura subida. El firme irregular nos hará apretar los dientes exigiendo un buen trabajo a nuestras piernas.
Seguimos con la penitencia a medida que vamos ganando altura. Las vistas hacia Laredo van mejorando y cuando la vegetación deja un hueco a nuestra derecha aprovechamos para echar un vistazo mientras cogemos un poco de aire.
Cuando el camino va girando hacia la izquierda la cosa se suaviza un poco. Unos metros llaneando nos permiten coger fuerzas antes del último empujón. Después de una curva a la izquierda comienza el tramo de bajada, aún en el camino principal. Al ser una zona frecuentada por senderistas se recomienda ir despacio, ya que el terreno bacheado y la humedad no van a permitirnos frenar donde queramos.
Pasan unos cuantos metros hasta que llegamos al cruce de Cuatro Caminos. En este punto podemos seguir de frente continuando con la circular, girar a la derecha hacia las escaleras que bajan al Faro del Caballo o seguir a la izquierda por el Sendero Ecosistemas del Bosque.
Tomamos esta última opción que atraviesa el monte de este a oeste. El camino se ha convertido ahora en un sendero más estrecho y con menos piedra. Vamos intercalando tramos de bajada con alguna corta subida en una zona boscosa y sombría.
No encontramos apenas gente y la sensación es totalmente diferente a la que teníamos en el camino principal. La bajada termina cuando llegamos a las inmediaciones del Fuerte del Mazo, dejando atrás la tierra de momento.
En este punto giramos a la izquierda buscando conectar con la siguiente bajada. A pocos cientos de metros encontramos la señal que nos lleva a nuestra derecha hacia la Senda Camino del Salticón.
Aunque corto, este sendero es un auténtico disfrute. Un bonito entorno nos acompaña en el descenso mientras disfrutamos de cada curva. Eso sí, hay un paso de escalones naturales realmente complicado que sólo los más técnicos harán montados sobre la bici.
Superado este punto, una zona estrecha flaqueada por muros de piedras da paso a unas reviradas escaleras que nos dejan ya en Santoña.
Cruzamos rápidamente la villa y tomamos la carretera CA-241 que se dirige a Cicero. Rodamos por un camino lateral que discurre junto a la marisma intentando evitar el tráfico en la medida de lo posible. En su trazado pasa por el Observatorio de aves de la Arenilla
Para el tramo final no nos queda más remedio que rodar por un arcén que no da demasiada seguridad. Apretamos para superar esta zona lo antes posible mientras pasamos junto a Montehano. Para terminar la circular, en la rotonda de Cicero cogemos la primera salida hacia Gama y rodamos hasta el coche.
Track: https://www.wikiloc.com/mountain-biking-trails/btt-marismas-de-santona-y-buciero-38473835
Info: 28,2 km / 378 m / 2h 45min / Moderado
Videotrack:
Otras rutas por la zona:
Siguiendo la costa entre Oriñón y Laredo
Oriñón y Alto de Guriezo, pasando por Laredo (#planbe)
Siguiendo la costa entre Noja y Ajo (#planbe)
Más rutas en: http://www.testeadoresdeocio.com