“El soberanismo comparte con el nacionalismo clásico un elemento común: la creencia en el derecho de autodeterminación, pero la matiza en el sentido de que es posible una asociación con el Estado anfitrión, producto de un pacto susceptible de dinámica renegociación, dado que la Nación a partir de ahora se sitúa progresiva y preferentemente en el contexto internacional antes que en el Estado acogedor”.
El abogado Txema Montero pronunció en mayo de 1996 en el foro “Politika Plazara” promovido por el PNV de Andoain, una conferencia –“¿Qué es el soberanismo?”- en la que redefinió el concepto de soberanía adecuándolo a la realidad internacional que emergía tras la caída del muro de Berlín, la internacionalización de la economía y la desterritorialización de capitales.
Montero partía de la premisa de que “reconocer el hecho diferencial en un marco de geometría variable de acuerdo con el cambiante orden regional, europeo e internacional es la única fórmula para el desarrollo de la personalidad colectiva de los pueblos y la convivencia entre las naciones en tanto en cuanto subsistan los Estados actualmente existentes”.
Apoyándose en la tesis de Rubert de Ventos sobre la fractura del sentimiento de pertenencia a la comunidad que acompaña al concepto ilustrado de ciudadanía, Montero resolvía la aparente contradicción entre derechos individuales y colectivos (políticos) con la aseveración de que “ha emergido un nuevo sujeto en el derecho de gentes que es la nación… En el mundo actual la soberanía comienza a estar bajo el Derecho antes que bajo el Estado”. Comparte por ello, con Gurutz Jauregi, que “se debe comenzar a diferenciar entre la soberanía del Estado y soberanía en el Estado”.
Esta actualización del concepto de soberanía supone que “la integridad territorial de un Estado quedará subordinada al derecho de las naciones a la autodeterminación”.
Soberanía dentro del Estado
Con todo, el ejercicio de tal derecho no tiene porqué tener un correlato automático en la constitución de un nuevo Estado: “Aun siendo posible que en determinadas circunstancias sea necesaria la constitución de nuevos Estados, tales debieran ser excepcionales si el Estado de acogida preserva la soberanía de aquellas naciones que en el mismo se incluyan”.
Así las cosas, el abogado Montero definió el soberanismo como “la acción política nacionalista que pretende la soberanía, esto es, construir la nación como autoridad última dentro de un territorio, o, por pasiva, conseguir del Estado de acogida el respeto al ámbito democrático de decisión propia”.
La legitimación de un proyecto soberanista está indisolublemente ligada a la pluralidad política, en ningún caso “a un sólo grupo social o partido porque “debilitaría su base de apoyo”. En última instancia, planteó como condición sine qua non “la construcción de una nueva mayoría social” en la medida en que “la sociedad civil es una esfera tan importante como el propio autogobierno para el proyecto de construcción nacional”.
Cuestiones a clarificar
El proyecto soberanista requiere en Euzkadi, según Montero clarificar tres cuestiones. La primera, “la ruptura no sólo política sino ideológica con las expresiones de violencia armada que perviven en la comunidad nacionalista”.
Por otra parte, también aboga por “la confluencia con otras expresiones legítimas del nacionalismo que se reclaman de otras banderas ideológicas o estrategias políticas”.
Por último, Montero sostiene que es preciso promover una cultura ciudadana que amalgame “lo étnico o identitario con lo funcional o instrumental, es decir, la gestión de los asuntos públicos para formar una entidad política de nueva planta. En suma, la superación del nacionalismo étnico por un soberanismo político, lo que supone el reconocimiento de la fuerza social del pluralismo y la asunción del sincretismo cultural”.
Fue una muy interesante disertación que cobra hoy toda su actualidad.
Señor Anasagasti:
Resultaría casi cómico, si no tuviera consecuencias tan lamentables, comprobar cómo desde hace varias décadas los nacionalistas, soberanistas, independentistas, constitucionalistas y demás especies políticas se afanan en alargar un debate terminológico sobre quiénes somos y a dónde vamos, cuando en realidad su principal objetivo es, simple y llanamente, ganar dinero, influencia y poder a costa de una sociedad cada día más exprimida y descreída. Los únicos que han mantenido siempre la misma posición (“Bietan Jarrai”) son los etarras a través de sus diferentes franquicias. Una coherencia brutal, es cierto, pero coherencia al fin y al cabo. Con decenas de miles de víctimas inocentes y una sociedad amordazada, pero con un objetivo claro: la independencia de Euskal Herria de España y Francia y la consecución de un nuevo Estado en Europa. Mientras ETA ha seguido machacando en el mismo hierro durante más de 50 años, los nacionalistas del PNV o de CIU han continuado buscando el modo de sacar rédito de una creciente tensión política sin tener la valentía de ponerle el cascabel al gato (limitándose a recoger las nueces de un árbol que otros agitaban). Eso se ha acabado. ETA sigue exhibiendo su lema (“Bietan Jarrai”). No ha abandonado la lucha de la serpiente y el hacha, como usted bien sabe, y está dispuesta a cobrarse la pieza final: desbancar al PNV definitivamente de la Lehendakaritza (lo de Patxi López es una aberración fruto de la Ley de Partidos) y convertirse en la primera opción política vasca (ya es el partido con mayor número de concejales), mientras el hacha sigue encima de la mesa para tutelar el proceso y rescatar a los presos terroristas de las cárceles. Hoy España está, afortunadamente, cada día más lejos de Euskadi y se acerca el momento de ver con enorme satisfacción cómo se separan dos territorios que nunca debieron estar unidos. Creo que la mayoría preferimos un vecino correcto que un inquilino insoportable. Los que somos realmente demócratas y creemos en la libertad de la gente para pertenecer o no a un país o a un proyecto político (sea éste Euskalherria, España, Europa o cualquier otro), deseamos desde que tenemos uso de razón compartir ese proyecto únicamente con quienes nos aprecian y respetan, con quienes aceptan tener los mismos derechos y obligaciones que los demás, con quienes deciden convivir en igualdad de condiciones, pero no con quienes esgrimen los fueros firmados con un Rey español hace cientos de años como patente de corso para disfrutar de una situación de privilegio, no desde luego con quienes viven y han vivido durante décadas alimentando el odio hacia los españoles, sacando rédito de la confrontación diaria, de los debates terminológicos estériles para evitar llamar a las cosas por su nombre, del chantaje permanente para alimentar el etnicismo en la estela del primitivo y elemental Sabino Arana. ETA, con su brutalidad y su violencia, ha ganado la partida, pero no a España, no se equivoque. Para España es una liberación. Aquí viviremos mucho mejor sin ese cáncer. ETA ha ganado la partida en Euzkadi, de donde nunca debió salir. Allí, tristemente, se quedan con el hacha y la serpiente.
Ya veo que habeis borrado mi posts anterior, lo siento por vosotros porque por mucho que salteis de alegria nadie se creera lo de ETA hasta que deje las armas y de disuelva y de eso no ha dicho nada! y e Txema Monero te has hecho muy amigo, pobre Inaki, si no sabes la historia politica de Montero algun dia te enteraras pero igual es demasiado tarde para el PNV como lo fue para HB! sabes como subio al poder en HB siendo el abogado de «Medius» curioso porque fue su suegro quien vendio Basordas a Iberduero paraconstruir Lemoniz! y tras la disolucion de ESB meterle en la carcel a Inaki Aldekoa fue facil, matar a Santi Brouard aun mas, asi que todos sabemos como usar a las victimas, de hecho todas las viudas del GAL aterrizaron en el Karmelo otra casualidad!
«la soberanía es posible en Asociación con el Estado anfitrión”. Ya sabemos lo que significa eso, es el plan Ibarretxe, o lo que es lo mismo, «soy español sólo para lo que me interesa y me es rentable».
Los demás ni somos tontos ni nos chupamos el dedo; Se puede ser español o no, lo que no se puede es ser español «a la carta» sólo para lo que interesa.
Se lo aseguro, con un Gibraltar tenemos bastante; tansmitaselo a Ibarretxe.
Estás ya amortizado, hipócrita. Seguiremos viéndonos en Bakio ayá arriba y en su día escupirte a la cara.
¿Como que pobre si son todos unos trepas Mª Luisa?.
Discreparé contigo politicamente, pero en esto creo que estaremos de acuerdo.
De txupopteros esta lleno el mundo.
Muy bueno!!!